Encuentros

6.5K 461 28
                                    

Daniela y María José llegaban al almuerzo robando la atención de todos los presentes.

Los comentarios no faltaban en el lugar, ver a la empresaria del brazo de una mujer les parecía noticia de primera plana, añadiendo que siempre ha ido sola a dichos almuerzos.

El almuerzo se había hecho en una parte del zoológico con área verde, mesas redondas con sombrillas dando sombra, sillas de madera y manteles blancos que se movían con la brisa.

Un lago con una fuente se podía apreciar a un lado de las carpas blancas en dónde había ventas, bocadillos, bebidas y champaña, una pista dentro de una de las carpas con una banda arriba de un escenario.

El lugar estaba lleno de hombres y mujeres de alta posición en la sociedad, sus chequeras eran sus temas principales de conversación.

María José por su lado se sentía orgullosa de llevar a una mujer tan bella del brazo, con solo haber entrado al lugar Daniela había robado más de una mirada.

Se acercaron a observar lo que había en las mesas, la castaña dándole de probar un bocadillo a la empresaria, tomaron dos copas de champaña.

— Salud por ti y tú belleza. — brindó la morena.

— Salud por nosotras. — brindó la castaña con una sonrisa.

Ambas chocaron las copas y tomaron de estas sin dejar de verse la una a la otra.

— ¿Qué? ¿Pasa algo?— preguntó Daniela con una sonrisa curiosa, María José negó con una sonrisa en el rostro.

— Déjeme decirle que aún no puedo creer su belleza escogiendo a una poeta que revela desastre en dónde sea.

— Revelas un hermoso desorden. — replicó Daniela acariciando la mejilla de su acompañante. — Eres una poeta diferente a cualquier otro, mi dulce poeta.

Se dieron un corto beso, María José flotando con solo ver los ojos avellanados.

Obviamente todos en el lugar no perdieron de vista a la pareja, eran el que hablar ante sus interacciones –según todos– nada apropiados.

Daniela y María José tomaron asiento en una de las mesas de dicho lugar, ambas no solo paraban de reír, también se hacían bromas e imitaban a personas muy “alzadas” según ellas.

Alguien una vez dijo que los novatos roban besos y lo profesionales roban sonrisas.

María José era una profesional en sacarle sonrisas a Daniela con cualquier tontería que se le ocurriera, pero es que para la morena ver la perfecta sonrisa de Daniela y escuchar el sonido de ella era cómo dar mil pasos cerca del un paraíso.

— No eso no es justo. — se quejó Daniela haciéndole pucheros a la empresaria.

Después de haber imitado a los otros presentes, ahora habían creado un juego que consistía en que María José decía la mitad de una frase y Daniela tenía que completarla a la que ella le parecía correcta.

La que tuviera mayor puntaje le iba a regalar algo a la otra. No obstante, la castaña dejaba mucho a que desear con las palabras que decía.

María José en un intento por hacerla ganar, pensó una palabra fácil, Ramón, dándole pistas de lo que había pensado, pero Daniela simplemente soltó la palabra rulo, perdiendo por sexta vez.

María José no paraba de reír tras haber escuchado esa palabra de los labios de Daniela.

La castaña hacía berrinche y pucheros matando de amor y ternura a María José.

Propuesta Indecorosa || TerminadaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang