Último lugar favorito

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San Francisco/Cementerio.

Las muchas tumbas en líneas sobre el pasto verde en aquél lugar, era lo único que se podía ver.

La brisa cálida de la ciudad daba en los rostros de Daniela y María José, el cielo estaba nublado dando un toque más melancólico al lugar, ese lugar dónde todos los vivos van a decir el adiós o un hasta pronto a los seres que hemos amado en vida.

Un lugar dónde todo mundo llega a parar en algún momento de la vida al dar un último suspiro.

María José caminaba de la mano de Daniela, ella dándole leves caricias con su pulgar para transmitirle tranquilidad a la empresaria que le apretaba la mano con fuerza.

Después de unos minutos María José paró su recorrido, quedando enfrente de tres tumbas.

Sin soltar la mano de Daniela se puso de cuclillas para quitar unas cuántas hojas secas color ocre en aquéllas lápidas color blanco cenizo, María José se paró y sonrió con tristeza.

— Bella, te presento mi último lugar favorito. — murmuró melancólica.

María José vio las lápidas dónde descansaban sus padres y hermana.

— Con ello quiero decir que, te presento a mis padres y hermana. — agregó viendo con media sonrisa a Daniela.

La castaña se quedó helada, sabía que podrían estar haciendo en aquel lugar, no obstante nunca creyó que María José fuera huérfana.

No se le cruzó por la cabeza porque al hablar de su familia, daba la sensación de que seguían con ella, pero ahora que veía aquellas lápidas entendió que se equivocó, y también comprendió ciertas actitudes de la empresaria.

Se acercó a María José para dejar una caricia en su mejilla, la morena cerró los ojos ante el suave tacto.

— Es muy grato acompañarte. — murmuró con una ligera sonrisa.

La castaña sin soltar la mano de María José se acercó a las lápidas.

Juan Carlos Garzón.
Padre, esposo e hijo.
Descansa en paz, mi héroe.

María José apretaba la mano de Daniela queriendo calmar sus lágrimas, gesto que Daniela entendió a la perfección, por lo cuál no soltaba la mano de la morena.

Daniela leyó la primera lápida para leer la otra que era de la madre de María José.

Martha Guzmán.
Madre, esposa e hija
Descansa en paz, mi luna.

Daniela vio a María José en un vistazo rápido y sonrió con ternura y compasión a la vez, pasó a la última lápida para leer.

Valentina Garzón Guzmán.
Gran hija y hermana
Descansa en paz, mi pequeño ángel.

Al terminar de leer los nombres grabados en las lápidas en silencio, Daniela se pudo de cuclillas dejando la mano de María José en su hombro, sin soltarla.

— Hola. — habló con timidez. — Soy Daniela Calle, estoy saliendo con la maravillosa persona que tienen cómo hija y hermana.

Esbozó una pequeña sonrisa.

— Es un enorme placer conocer a las personitas que concibieron a este hermoso ser humano. — añadió alegre. — Prometo cuidar a cómo dice ella, la poeta frustrada o catastrófica que es.

Propuesta Indecorosa || TerminadaWhere stories live. Discover now