Contrato

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Hotel Hilton/Las Vegas.

Un abogado y una mujer ridículamente millonaria se encontraban en una pequeña oficina que había en la suite.

María José leía con detenimiento cada hoja que había en el contrato hecho por Mario, esa misma mañana María José había recibido la llamada de Juan Pablo, nada más y nada menos que con la aceptación de la propuesta.

Juan Pablo fue claro con ella, no haría ningún trato al menos que no hubiera un papel legal de por medio. Ahora Mario quién había llegado cómo la luz del día, checaba todo con la empresaria sobre el contrato.

La morena veía con atención cada cosa en los papeles.

— ¿Qué es está cláusula de verificación?— preguntó María José.

Mario fue a la página y leyó un poco antes de responder.

— Eso asegura que usted... — vaciló arreglando su corbata. — Pagará aun el acto no sea consumado.

María José sonrió divertida.

— ¿Hablas de ser impotente?— cuestionó de nuevo con una sonrisa.

La situación le divertía pues no era el caso para ella, Mario asintió apenado, leyó la última cláusula que faltaba.

— ¿Y la cláusula John Garfield?

Frunció ligeramente el ceño al leer la cláusula. Mario carraspeó su garganta.

— Es por si muere en el acto. — explicó el pelinegro ligeramente sonrojado.

María José rió y firmó el papel.

— Eso no pasará. — replicó con seguridad.

Le entregó los papeles dejando su pluma en el escritorio para bajar las mangas de su camisa formal.

— Eres buen abogado podrías trabajar para mí. — apremió la morena.

— Uuh. — canturreó el pelinegro con emoción. — Eso sería una buena idea.

Guardó la copia del contrato en su portafolio, salieron de la oficina y ahí estaban Juan Pablo y Daniela.

Ambos se miraban a los ojos queriendo decir algo que no podían.

— Ya está todo listo. — informó María José a la pareja arreglando su saco.

Juan Pablo abrazó a Daniela por lo hombros.

— Mañana tendrás un millón de dólares en la cuenta que hay en el casino. — agregó, Juan Pablo asintió.

Un silencio sepulcral llegó a la pequeña sala de la habitación, Mario miraba esperando alguna interacción, su lado chismoso ganaba en la situación, pero no pasaba nada.

Dexter fue quién quitó ese silencio incómodo.

— Creo que lo mejor es dejar que la pareja tenga un momento a solas. — comentó el castaño con una sonrisa.

Los presentes asintieron y dejaron a Daniela con Juan Pablo a solas en un momento breve.

Juan Pablo solo dejó un beso en la frente de Daniela con una pequeña sonrisa.

Sus dedos que estaban entrelazados se soltaron con pesar, sin querer hacerlo, él se fue de la habitación con su mejor amigo totalmente contrariado.

Daniela quedó sola con María José en la habitación.

—Tranquila, no muerdo. — mencionó la empresaria con esa característica sonrisa torcida.

La castaña jugaba nerviosa con sus dedos, mientras María José solo estaba parada con una mano en su bolsillo viéndo a la castaña, su aura calmada le daba más nervios a la otra mujer.

Propuesta Indecorosa || TerminadaWhere stories live. Discover now