—Nicole...

—Cada año que pasaba era cada vez más duro, cumplí catorce y dí mi primer beso, pero tú no estabas ahí para decírtelo, cumplí quince y tuve una fiesta con todos mis nuevos compañeros de escuela y todos mis nuevos amigos, pero ninguno de ellos eras tú, Cumplí dieciseis y tuve mi primer auto, lleve a mis amigas a todas las fiesta que puede, tomé todo el alcohol que estaba prohibido tomar, besé a cada chico que quise besar... Pero en ningún momento estuviste tú, cumplí diecisiete, y me fui de casa de mi madre, ella ya no pudo soportar más los dolores de cabeza que yo le provocaba, mis amigas me hicieron una fiesta en mi departamento... Pero tú no estabas ahí. Me rodee de personas y más personas para ahogar el dolor que me causó nuestra separación pero fue totalmente inútil porque Elizabeth Cáliz solo hay una y esa estaba a kilometros de mí.

Nuestros ojos se alinearon, los de ellas negros como la noche y los míos extremadamente azules. Nos mirábamos como si fuera la primera vez que nos estuviéramos viendo, es verdad lo que dicen, dicen que los ojos son las ventanas del alma, y es cierto porque pude ver su dolor através de lo oscuro de su mirada ¿Estaría igual de oscura su alma?

—Hubo un tiempo en el que me odié a mi misma por haberte dejado, y hubieron otros tiempos en los que te odié a ti por no haberme buscado, y claro nunca dejé de odiar a mi padre por haber provocado que mi madre tuviera que alejarme de tí. No ha habido un momento en que no te haya extrañado, no ha pasado un segundo en el que no imagine como hubiera podido ser mi vida si hubiera seguido aquí. Yo me fui de aquí y aquí, contigo, y en cada lugar en que jugamos, en cada sueño que soñamos y en cada risa que compartimos, se quedaron todas mis ganas de vivir. Me fabriqué una sonrisa de cristal con cada una de mis lágrimas nocturnas y la plasme en mi cara para que el mundo pensara que estaba orgullosa de estar viva. Entonces dime... ¿Como lo has pasado tú?

¿Como lo he pasado yo? ¿Sería eso posible de resumir en palabras?

—Me hundí cada día mas dentro de mi propía desdicha —dije—. El día en que mi madre me dijo que te habías ido me quedé totalmete en shock, tú te habías convertido en mi todo y sin que el mundo se detuviera a preguntarme habías pasado a ser menos que nada, te habían arrancado de mí. Todos estos años me los pasé pensando que te habías ido porque sí, que no se te había dado la gana de decir adiós, que no me habías extrañado ni tan solo un segundo.

Hice una pausa y luego continué.

—Cumplí catorce y nadie me hablaba en clase, cumplí quince, y no hubo fiestas ni regalos, cumplí dieciséis y decidí no aprender a conducir ningún auto, no había lugar al que quisiera ir si no ibas a ir tú, cumplí diecisiete, y mis fuerzas decayeron, comencé a perder la fé y la esperanza de volver a verte algún día. Me alejé de todos y de todo, me alejé de mi familia, de mi hermano, de todo lo que pudiera recordarme a tí de alguna manera. No tuve fuerzas para fabricar una sonrisa y pretender que no pasaba nada.

Hablé hasta quedarme casi sin respiración, estábamos ahí, frente a frente, mirandonos a los ojos. Ella tomó un respiro y se secó las lágrimas. Hice lo mismo.

Ambas habíamos formado mecanismos de defensa totalmente distintos, ella se había rodeado de gente, alcohol y fiestas para suplantarme a mí... Yo me había alejado de la gente, el alcohol y las fiestas, solo para serle fiel a su memoria.

—¿Puedo darte un abrazo? —Preguntó luego de secarse las lágrimas con el dorso de la mano.Yo asentí con la cabeza, dejando las lágrimas rodar por mis mejillas libremente.

Se acercó a mi, y me abrazó... Ambas temblamos y lloramos una en el hombro de la otra. Las personas a nuestro alrededor comenzaban a mirarnos de forma extraña y murmuraban cosas mientras pretendían hacer de cuenta que no notábamos sus murmullos. Nada de eso nos importó, nada de eso iba a evitar que se llevará a cabo un abrazo que había estado esperando allí por años.

—¿Y qué va a pasar ahora? —dije. En mi cabeza habían cientos de preguntas sin respuestas esperando a ser contestadas.

—¿Podemos empezar por salir de aquí? La gente comienza a mirarnos raro. —Puso un poco de dinero en la mesa para dejar pago su té y salimos del restaurante.

Al salir el auto de Sophia estaba estacionado justo donde la había dejado.

—Sophi —dije para llamar su atención, ella levantó la cabeza y miró hacia mi.

—Lizy —dijo y luego miró a Nicole— ¿Todo bien?

—Sí —dije mirando a Nicole—. Jamás había estado mejor antes.

Abrí la puerta de atrás del auto y le indiqué a Nicole que entrara, la noté dudar un segundo pero finalmente accedió a entrar.

—Sophia... Ella es Nicole.

Sophia se dio la vuelta, y se me hizo extraño que conociéndola como la conozco no hubiera hecho un gran escandalo al escuchar eso.

—¿Estás hablando en serio? —dijo.

—Sí.

—¿Ella es "BrokenWings"? —dijo un tanto confundida.

—No, no lo es... Pero sospecho que tú si sabes quien es. porque solo tú sabias todo acerca de Nicole, a nadie más le he hablado tanto de ella como a ti, ni siquiera a Mason le he dicho tanto.

—No, te juro que no entiendo como es posible que esté ella aquí, no sé quien es " BrokenWings", Lizy, pero te puedo asegurar que lo sabrás muy pronto.

Sus palabras me confundieron un poco pero las ignoré, no quería estar más tiempo si hablar con Nicole.

—¿Que haremos ahora? —Le pregunté.

—Solo quiero que vallamos por ahí, quiero que me cuentes que has hecho este tiempo, y contarte a detalles que he hecho yo, pero sobretodo quiero que cumplamos las metas que juramos que haríamos algún día. Solo seré libre el día en que todos mis fantasmas estén muertos, y ya es hora de comenzar a matarlos.

—Diganme un lugar donde pueda llevarlas y lo haré, las dejaré solas todo el día, luego me llamas Lizy ¿Está bien?

Asentí para Sophia, y comenzó a conducir.

—Dijiste que algún día iríamos a ese parque que solo dejaba entrar chicos de catorce años en adelante, dijiste que nos subiríamos a la colina más alta de ese lugar, esa que nos parecía inmensa, el parque ya no está, pero la colina sigue ahí ¿Te animas?

Su sonrisa fue la única respuesta que necesité para saber que estaba de acuerdo.

Sophia dio unos giros por aquí y por allá hasta llegar al lugar en donde solía estar un parque cuando Nicole y yo eramos apenas una niñas de unos nueve años.

Sophia nos dejó allí y se fue en el auto dejandonos a Nicole y a mi allí.

El clima se sentía frió pero no tanto como para necesitar abrigos. En el cielo brillaba el sol pero no de forma radiante y esplendorosa como solía brillar algunas mañanas en verano. El lugar estaba visiblemente abandonado, tenía escasas ruinas de lo que fue el parque alguna vez, uno que otro hierro oxidado estaba tirado por ahí, desechos de platos, vasos y una que otra cosa, tirados por todas partes, pero la colina que un día juramos subir juntas estaba casi intacta, como si el tiempo no hubiera pasado nunca.

Ese lugar representaba a la perfección lo que había sido de nuestra vida, al principio fue un lugar lleno de vida, de risas, de sueños y felicidad, justo como habíamos sido Nicole y yo en nuestra infancia. Después estaba la destrucción en la que se había convertido, llena de basura, sin risas, sin vida, sin sueños ni felicidad, como habíamos estado Nicole y yo estando tan a la distancia... Y finalmente estaba esa colina que a pesar de haber pasado años de lluvia, dolor, desdichas y sufrimientos, lucía intacta como si los años nunca hubieran pasado, como si todo lo bueno se hubiera quedado ahí, justo como habia sido de Nicole y yo... El mundo nos juntó y nos hizo felices, nos destruyo y nos separó... Pero el amor siguió intacto a pesar del dolor y los golpes que tuvo que soportar.

—¿Te animas a subir? —Preguntó ella sonriendo. Casi había olvidado lo impresionante que podía llegar a ser su sonrisa, se extendía por toda su cara. Ya no usaba frenos como lo hizo por años, ahora sus sonrisa brillaba de felicidad.

—¿Será que logras alcanzarme? —Salí corriendo y riendo, ella se quitó sus tacones y salió corriendo detrás de mí.

Entre risas y risas llegamos hasta la colina y comenzamos a subir... Viéndola de esta forma no parecía ya una colina como solía parecernos cuando eramos niñas. Ahora solo se veía como un pequeño y hermoso montón en la tierra. Algo real y alcanzable.

Subimos hasta la punta con tan solo dar unos pasos y nos sentamos allí. Guardamos silencio mientras retomábamos el aire perdido por el esfuerzo de correr y reir al mismo tiempo.

—¿Recuerdas cuando nuestro sueño era ser cantantes? —dijo y la miré.

—¿Como olvidarlo? era lo que más queriamos. Dijiste que iríamos a "American Idol" y ganariamos.

—Sí, lo sé... Ya no canto más, en realidad nunca canté muy bien, solo cantaba porque tu linda voz algo desafinada a veces, cubría las imperfecciones de las mías.

—Yo tampoco cantaba muy bien... Pero si era contigo todo se volvía perfecto.

—Siento como si el tiempo nunca hubiera pasado Lizy —susurró después de un momento de silencio.

—Me volviste a llamar Lizy. —Una sonrisa nostálgica se plasmó en mi cara.

—Sabes... Yo solía hablarte siempre, te preguntaba que opinabas sobre las cosas, te preguntaba como estabas, pero nunca respondías, porque no estabas ahí.

—Yo igual, suelo hablarle a una foto nuestra que se siente como tú.

—Es como si bajo este cielo todo sigue siendo igual...Bajo este cielo vuelvo a ser Nicole, una niña de trece años que solo quiere jugar a crecer, es como si bajo este cielo vuelvo a ser feliz, se siente como si este frío clima vuelve a ser cálido de nuevo.

Hizo una pausa mientras tomaba un poco de hierba del piso.

—Necesito que esa niña de trece años que vive dentro de mí crezca finalmente, esa niña solo quiere salir a jugar con Lizy, esa niña solo quiere que su padre deje de pegarle a su mamá, esa niña solo quiere quedarse para siempre en este frío y a la vez cálido lugar.

—Tengo una idea. —Pude decir luego de reprimir las lágrimas.

Me puse de pie y tomé una varita de madera que había caído de algún árbol.

"Fue un placer conocerte Nicole"

Escribí en un espacio de tierra que había ahí en el suelo. Nicole me miró un tanto confundida y le pasé la varita a ella.

"Fue un placer conocerte Lizy"

Escribió ella y me pasó la varita nuevamente.

"Lizy y Nicole" escribí en la tierra.

Lo miramos un segundo.

—Voy a dejar nuestros nombres enterrados aquí —pronuncie, rompiendo el silencio—. Para que la Lizy de trece años siempre tenga cerca a la Nicole de trece años, para que jueguen en la eternidad y sueñen juntas siempre.

Dicho esto tomé un poco de tierra y se la eché encima a lo que habíamos escrito.
Nicole hizo lo mismo y tomo tierra en sus manos echándola también encima de nuestros nombres.

Sellamos aquel pacto simbólico con un fuerte abrazo que me hizo sentir viva y libre a la vez

Llamé a Sophia para que nos fuera a buscar y nos llevó a mi casa, al llegar allí mi madre no estaba en casa, y subí con Nicole hasta mi habitación luego de despedir a Sophia.

—Esta casa está llena de hermosos recuerdos Lizy.

—Sí, definitivamente lo esta.

No sentamos en mi cama y no pude evitar comenzar a reír por lo irreal que era verla nuevamente sentada ahí.

Con su sonrisa sin frenos, con su cabello corto y con un flequillo cubriendo su frente, con esa ropa un tanto extravagante de chica divertida.

—¿Cómo está tú madre ahora? —Pregunté.

—Pues, no sé hace meses que no hablo con ella. Pero mi hermano está muy al pendiente de ella siempre que tiene tiempo, con eso de que es un hombre casado y todo eso.

—¿Franklyn se casó? —exclamé.

—Sí, tengo un sobrino pequeño pero no soy la mejor tía del mundo, no me gustan los niños.

—Pero antes los amabas.

—Antes estaba viva, pero después de todo lo que he pasado, no sé, me he vuelto un poco dura. ¿Cómo está tu hermano?

—Pues Key, está muy bien, va la universidad, es todo un tonto y un don Juan, pero bueno, es Key.

—¿Y tus padres? me encantaría verlos, siempre amé la forma en que ellos te trataban con tanto amor, y lo mismo hacían conmigo, me sentía como su hija.

—Pues ya casi no veo a papá por su trabajo, y con mi madre... ya no me llevo tan bien.

—¿Por qué? —¿Como explicarle que eso era su culpa?

—Nicole...Yo me enojé mucho con mi madre cuando me enteré de que te fuiste, no sé, la culpé por haberme llevado a donde mi tía justo el día en que te fuiste, supongo que mi subconsciente buscaba como loco algún recurso para justificar tu partida.

—Te entiendo, por eso es que dejé a mi madre, porque ella es la culpable de que yo sea tan infeliz... Aunque sé que lo hizo para cuidarme de mi padre. ¿Sabes? recuerdo una vez a tan solo meses de que me fuera, tú me hablaste en facebook, mi madre se dio cuenta y nunca pude contestar tu saludo, ella decía que era peligroso y que mi padre podría venir a tu casa a buscar información sobre nosotras.

—Me dolió mucho que no hubieras contestado, tanto que hasta borré mi cuenta de facebook, y no te busqué más —dije mientras la miraba fijamente—. Prómeteme que si me empiezo a llevar mejor con mi madre tu perdonaras y entenderás a la tuya.

—Lo prometo. —Levantó su mano derecha de forma divertida.

—Quisiera estar así de feliz siempre, como lo estoy siendo de nuevo contigo.

—Yo también.

—¿Cuanto tiempo durará nuestra felicidad ahora? —El duro momento de la verdad había llegado ¿Cuanto tiempo estariamos juntas ahora? ¿Como acoplaríamos nuestras dos vidas distintas ahora?

—La felicidad puede ser eterna, o tan corta como un respiro... La nuestra esta contada...Regreso a Canadá mañana temprano.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

CHICAS GRACIAS POR LEER SIEMPRE... ESCRIBO ESTO SOLO PARA DARLES LAS GRACIAS Y HACERLES SABER QUE ESTE HA SIDO MI CAPITULO FAVORITO DE TODOS LOS QUE HE ESCRITO :3

Palabras para ti.Where stories live. Discover now