13.Nicole.

1.5K 121 9
                                    

CAPITULO 13
ELIZABETH:

No pude hacer nada más que quedarme paralizada, le ordenaba a mis pies que hicieran algo, le gritaba a mis pulmones que porfavor trabajaran, les exigía a mis ojos que no lloraran, le rogaba a mi cerebro que me dijera que hacer.

Mis ojos se quedaron totalmente paralizados mirando únicamente a la mesa en donde estaba, era obvio que aún no había notado mi presencia.

No sé ni como fue posible pero mis pies obedecieron y comenzaron a caminar hasta su mesa.

—Ho... Hola. —Las palabras salieron de mis labios después de un enorme esfuerzo.

—Elizabeth... Hola —dijo, y fue obvio que también le costó hablar.

Su voz era mucho más diferente ahora... Pero seguía siendo su voz, su cabello ahora no era tan largo pero continuaba siendo tan negro como la última vez que la había visto.. .Nicole, después de años de desear verla la tenía ahí, justo en frente de mí.

—¿Estás bien? —dijo, probablemente notando la manera en que mis ojos la miraban asombrada y como mis labios temblaban ante su presencia... ¿Bien? ¿En serio eso era lo único que se le ocurría decir?

—Nicole... —Perdí la batalla y me tambalee un poco casi cayendo, tuve que tomar asiento para no desmallarme.

—¿Elizabeth?, Estás pálida ¿Necesitas algo?

Negué con la cabeza frenéticamente mientras seguía temblando y procesando lo que estaba pasando.
Después de años ella estaba ahí, sin buscarla, sin proponérmelo había aparecido ahí de alguna manera. Habían sido tantos años esperando este momento y cuando al fin había llegado no sabía como tomarlo. A veces deseas algo tanto, tanto, que te pasas todo el tiempo pensado en tener eso que quieres pero no te tomas un momento para pensar en que harías si llegaras a tener eso que tanto querías ¿Qué debía de hacer ahora? ¿Qué se le dice a una persona que llevas años sin ver? Alguien que te hizo tan feliz y te hizo tanto daño.

—¿Que haces aquí? —Miré a mi alrededor para ver si había rastro de algún chico de diecisiete años pero no había nada ¿Sería que Nicole había sido "BrokenWings" todo este tiempo?— ¿Tú eres "BrokenWings"? —dije a pesar de que me aterraba la idea.

—No, no soy yo... Necesito explicarte porqué estoy aquí Elizabeth, pero antes debo saber si estás bien, sé que para tí debe de ser una gran impresión verme después de tanto tiempo, para mi también lo es. ¿Estás lista para escuchar porqué estoy aquí?

¿Lista? Ni idea, en este momento no sabía ni como respirar.

—Si. —Pude pronunciar con debilidad.

—Bien. —Ella asintió con la cabeza y buscó en su bolsa—. Ten. —Me pasó un papel de color azul.

Observé el papel entre sus manos. Sus uñas estaban pintadas de un color azul eléctrico, se me hizo tan fuerte verla así, vestida tan diferente, hablando diferente, tan cambiada.

Dudé un poco antes de tomar el papel pero al final no me quedó más remedio que tomarlo y comenzar a leerlo.

"Espero que puedas sanar tus heridas
—BrokenWings"

Eso era todo lo que decía el papelito en su interior, escrito con grandes letras de color rojo.

—¿Quien te dió esto? —pregunté con un poco más de fuerza ahora.

—Fue un chico, pero me pidió que no te dijera su nombre ni nada.

Con cada segundo que pasaba mi desesperación e incertidumbre iban en ascenso ¿Que chico? ¿Sería él realmente "BrokenWings"? ¿A que se supone que estaba jugando?

—No entiendo nada.

—Elizabeth. —Escucharla pronunciar mi nombre con su nueva voz era algo tan duro y perturbador. Se tocó el pelo negro para alejarlo de su cara... Recuerdo que ella solía decir que odiaba que el cabello le tapara la vista y que si fuera por ella se lo contaría todo. Ella no era una chica superficial, era siempre tan real y autentica.

—Bien, dime ¿Como llegaste aquí?

—Un chico me contactó, me buscó por mi apellido y de esa forma encontró a mi hermano en facebook donde nos vio a ambos en una foto y dice que me reconoció y me contactó hace como una semana, me dijo que era de suma importancia para él que yo te viera, dijo que necesitaba que tú y yo hablaramos y que solo de esa forma prodrías continuar con tu vida. Habló conmigo durante horas hasta que me convenció de venir hasta aquí, tomé un vuelo en cuanto pude y vine... Después de todo yo también necesito hablarte para poder empezar a vivir.

La escuchaba con atención pero mi mente no lograba procesar toda la información.

—¿Quien te contactó?

—Ya te dije, me prohibió que te dijera su nombre, dice que lo sabrás cuando sea el momento, solo me hizo venir hasta aquí y me pidió que te diera ese papel.

Negué incrédula mientras las gruesas lágrimas comenzaban a salir de mis ojos y rodaban por mis mejillas.

¿Qué debía de sentir teniéndola así de cerca ?

—¿Como es eso de que necesitas hablarme para poder empezar a vivir?

—Elizabeth. —Me llamó de nuevo por mi nombre y era duro escucharla llamarme así, ella siempre solía llamarme Lizy, fue la primera que empezó a llamarme así—. No sabes cuanto me ha dolido estar separada de tí todos estos años. —Ella comenzó a llorar también—. Ese verano cuando me fuí, justamente el día de mi partida, esa mañana exacta cuando mi madre me despertó con las maletas hechas justo en frente de  mi cama, no sé pero, ese es el día mas frío que recuerdo de todos los que viví en este lugar, después de eso todos mis días han ido volviéndose cada vez más y más fríos.

Hizo una pausa, pero no hablé, era ese tipo de pausas que se hacen para tomar impulso y ubicar en tu cerebro las palabras correctas para continuar hablando.

—Recuerdo las palabras textuales que dijo mi madre ese día "Tenemos que irnos linda...Tu padre lo volvió a hacer, ha vuelto a pegarme y estoy decidida a no soportarlo más, no puedo aguantarlo más, tu tía a comprado ya lo boletos y nos vamos a vivir con ella a Canadá", lo dijo así sin más ni menos, con un moreton en su ojo izquierdo... Nadie lo supo nunca, pero mi padre siempre le pegaba a mi mamá ella tuvo que huir de él para protegerme a mí, a mi hermano y protegerse a si misma. Recuerdo también lo que le dije "¿Estás bien? ¿Que está pasando?", le hice miles de preguntas pero no contestó nada, sólo continuo llenando mis maletas como loca. —Su voz se hacía más pesada con cada palabra como si le estuviera doliendo hablar—. Le grité, le supliqué que me dijera que solo se trataba de una vil broma, que no nos iríamos a ningún lado, que mi padre ya no le iba a pegar nunca mas, que todo era una pesadilla y nada más que eso... Pero no, era real, fue real. Mientras nos dirigíamos hasta el aeropuerto le rogué que no nos fueramos, aún no me había despedido de tí, de lo más hermoso que me paso en la vida. —Su voz se quebró totalmente y comenzó a llorar más fuerte—. Quería decirte adiós, quería despedirme de ti, darte un abrazo para agradecerte que me hayas hecho tan feliz, yo sentía a tu familia casi como si fuera mía propia, tú eras más que una amiga de la infancia eras más que mi hermana, eras todo para mí, teníamos tantos planes, íbamos a hacer tantas cosas juntas pero no, solo se quedaron en eso, planes y nada más.

Palabras para ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora