3.La tipa pelirroja.

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CAPITULO 3.
ELIZABETH:

—Despierta Lizy. —La voz de mi madre sonó del otro lado de la puerta de mi habitación.

—¿Qué hora es? —dije sin abrir los ojos ni moverme.

—Son casi las siete, no quiero que llegues tarde, ya levántate.

Eso hice, me puse de pie y me fui al baño. Abrí la ventana de mi habitación para comprobar el clima, frío, como siempre. Tomé mi sweater rosa favorito y me lo puse.

—Buenos días —le dije a mi madre cuando llegué finalmente a la cocina.

—Buenos días amor —dijo ella—. Ten tu desayuno.

Tomé el plato de frutas con miel y comencé a comer. Las uvas eran mis favoritas y la razón es simple, las uvas también eran las favoritas de Nicole o al menos así había sido antes de que se fuera. A veces me pregunto si todavía la conozco, han pasado tantos años que ya no se, talvez ahora prefiere el melón, quizás el azul ya no es su color favorito. A veces me pregunto como estará y cómo será ahora que ya crecimos.

—Elizabeth, Elizabeth…

—¿Ah?

—¿Estas escuchando lo que te digo? —Mi madre mi miraba fijamente.

—¿Podrías repetirlo?

—¿En que pensabas?

—Nada, sólo continúa ¿que me estabas diciendo?

—Es que la hija de mi jefa Verónica va a vivir con ella ahora y va a ir a tu mismo colegio, Verónica piensa que sería buena idea si ambas se conocen, con eso de que ella no conoce a nadie porque acaba de llegar ¿Qué opinas?

—Sabes que no me gusta conocer gente, no necesito a nadie, soy feliz como estoy.— Mi madre siempre trataba de hacer que hablara con personas de mi edad y todo eso comenzó cuando ella empezó a llevarme al psicólogo al parecer no era normal que una chica de 14 años llorara todos los días porque su mejor amiga la abandonó, la señora Edwards, mi ex psicóloga les había dicho a mis padres que me buscaran actividades recreativas para que me aleje de la soledad, pero nada de eso funcionaba, hace un año convencí a mi mamá de no llevarme a mas secciones con la señora Edwards ya que eso no sería la solución a mis “Problemas”.

—Mi amor, hazlo por mí ¿Si?

—Está bien.

—Bueno, entonces ya vamos, Verónica va a llevar a su hija a la escuela y le prometí que nos encontraríamos en la entrada.

Mi madre me llevaba a la escuela casi todos los días ya que seguía la misma ruta para ir a su trabajo, a pesar de que yo acababa de cumplir ya los diecisiete años aun no tenía licencia de conducir y la verdad me daba igual, de todas maneras no había ningún lugar al que quisiera ir más que a mi habitación, a mi computadora y para eso no necesitaba un auto.

El viaje desde mi vecindario hasta la escuela era relativamente corto, de unos veinte minutos apróximadamente. Mientras mi madre conducía abrí la ventana del auto y la brisa fresca entró, un aroma a pan fresco se filtro en el aire, miré a la derecha y me encontré con una pastelería, de allí provenía dicho aroma, delicioso aroma. Tomé mi celular y le dí un vistazo a Palabrasparatí.com “BrokenWings” escribí en el buscador lo cual me llevo directo a su perfil, no había nada nuevo desde la publicación de anoche, cerré mi cuenta y volví a guardar mi celular.

Mi madre dio el último giro para llegar hasta la entrada del colegio.

—Mira —dijo ella—. Allí está Verónica—. Mi madre señaló a una mujer de unos cuarenta y cinco años de edad con cabello rubio, lacio y corto, llevaba una falda recta hasta las rodillas y una camisa blanca, definitivamente se veía como una jefa y no una empleada. Recuerdo haber visto antes a Verónica una vez que hubo una reunión en el trabajo de mi mamá hace unos dos años, mi madre solía ser la asistente de Verónica en un pequeño negocio de bienes raíces del cual Verónica era propietaria única pero hace unos meses mi madre y ella se hicieron socias y ampliaron el negocio. Ahora mi madre era dueña aunque sólo de una minoría de la compañía en crecimiento.

—Susan —dijo Verónica mientras saludaba a mi mamá— ¿Esta es la pequeña Elizabeth? Está hermosa.

¿Pequeña? Soy mucho más alta que ella…

—Sí, y esta debe ser Sophia —dijo mi mamá y señalo a una chica, de cabello rojizo, lacio y largo hasta la cintura, ojos verdes, piel clara y de alta estatura— Tu mamá me ha hablado muchísimo de ti, me alegro de que al fin puedan estar juntas.

—Es un placer conocerla Susan.— La pelirroja, Sophia, le dio una amplia sonrisa a mi madre y pude notar algunas escasas pecas en su cara cubiertas con maquillaje.

—Bueno nosotras ya nos tenemos que ir a trabajar, espero que tengan un gran día hoy—dijo Verónica—. Me iré con Susan en su auto y te dejaré el mío para que se vayan a dar una vuelta después de la escuela. Cuídense niñas.

¿Niñas...?

—Adiós mamá—dijo Sophia y se despidió.

—Entonces… te llamas Elizabeth como la de orgullo y prejuicio —decía Sophia mientras entrábamos a la escuela.

—Sí, así es —dije— ¿Sabes cual será tu casillero? —pregunté.

—Si, ya me avisaron hace unos días ¿Me acompañas?

—Si —asentí , y seguí a Sophia hasta encontrar su casillero.

Su casillero quedaba dos casilleros a la derecha del mío, así que seríamos ”vecinas”
Sophia abrió el casillero y comenzó a entrar sus cosas en él.

—Definitivamente tendré que decorar un poco esta cosa —dijo ella mientras lo cerraba.

—Iré a buscar mis cosas para ir al salón de clases. —Y claro, también estaríamos en el mismo salón de clases…¡QUE EMOCIÓN'!.

—Te acompaño. —Ella enganchó su brazo con el mío —¿Qué pasa? —dijo al notar que traté de zafarme de su agarre.

—Nada —mentí y nos dirigimos hasta mi casillero, ella seguía tomando mi brazo cuando llegamos allí…

Abrí mi casillero y entré algunos libros y busqué algunas cosas. Estaba un poco polvoriento por las vacaciones de verano y los meses en que estuvo cerrado, tendría que limpiarlo después.

—Hey, hola Elizabeth. —Miré a mi izquierda y sonreí, se trataba de Mason Wolf, mi compañero de clases desde primero de bachillerato además de ser mi vecino de casillero y el único que me decía al menos “Hola” en toda la escuela.

—Hola Mason —dije sonriendo y él sonrió de vuelta e inmediatamente sus ojos verdes viajaron hasta Sophia quien estaba a mi lado.

—¿Eres nueva? —Preguntó él

—Sí —dijo ella y le tendió la mano en forma de saludo—. Soy amiga de Lizy.

¿Lizy? ¿Amiga?

—Es un placer. —Mason la abrazo un momento y le beso la mejilla.

Se separó de ella y me tomó la mano un momento.

—También es un placer verte de nuevo Lizy. —Mason me abrazo y me besó en la mejilla sus labios se sintieron fríos y no sé si es porque ese es el más grande contacto físico que he tenído con alguien del sexo opuesto desde que besé a un niño en sexto grado, pero casi podía decir que me sonrojé…

—Oye, Mase, ven te necesito un momento. —El mejor amigo de Mason, Jake, venía corriendo hacia nosotros llamando como loco a Mason.

—Oh, lo siento, no quería interrumpir —dijo cuando estuvo ya más cerca. Me tomó un momento darme cuenta que nos hablaba a Mason y a mi…, Seguíamos abrazados.

—¿Qué?, oh. —Mason me soltó y se aclaró la garganta antes de volver a hablar— ¿Qué necesitas Jake?

—Ah. —Él tartamudeo por un momento, sus ojos marrones me miraban a mi y luego a Mason—. Sólo ven un momento.

Jake haló a Mason por el brazo y se lo llevó.

—Súper simpático tú amigo Mase —dijo Sophia mientras los veíamos alejarse.

—No es mi amigo —dije “Así como tú tampoco eres mi amiga” pensé.

—¿No? Pero si te acaba de hablar.

—¿Eso quiere decir que es mi amigo?

—Es que yo pensé… —El timbre la interrumpió y yo me apresuré a llegar al salón dejándola atrás.

Entré en el aula y me senté en uno de los asientos delanteros. dos minutos después Sophia también entró.

Las horas pasaron y el momento de irnos a casa finalmente llegó. Estaba a punto de irme cuando recordé que tendría que irme con Sophia en el auto de su mamá a dar una vuelta por la ciudad.

—¿Nos vamos ya? —dijo ella mientras se acercaba a su auto.

—Oye —dije—. No creo que sea muy buena idea que salgamos juntas, digo si lo que quieres es conocer la ciudad yo no soy el mejor guía turístico que te puedas encontrar así que, tomaré un taxi y tú, no sé, consigue a alguien que te guíe.

—Que tontita Lizy —dijo ella haciendo un gesto con la cara—. No quiero conocer la ciudad.

—¿No?

—No. —Se acercó a abrir el auto—. Lo que quiero es conocerte a ti.

—¿A mí? ¿Por qué?.

—Escucha Lizy, soy una persona muy sincera. —Ella hablaba desde el interior del auto ahora.— La verdad es que, no iba a venir a esta escuela en primer lugar solo lo hice porque tu madre se lo pidió a la mía y como de todas maneras tenía que estudiar acepté venir a esta y convertirme en tu amiga, básicamente es un favor que le estoy haciendo a tu madre, ella cree que es bueno para ti relacionarte con... digamos... personas.

—¿Qué? —Fue lo único que pude decir.. tendría una conversación muy amplia con mi madre después.

—No me agradezcas sólo súbete. —Hizo un gesto hacia el asiento a su lado.

—Claro que no, no pienso salir contigo solo para que “me hagas un favor” estoy bien cómo estoy no necesito de la caridad de nadie. Tomaré un taxi.

Salí corriendo dejándola en el auto. Sentí algo húmedo rodar por mejillas ¿Estaba llorando?

Una mano fría me tomó del brazo.

Palabras para ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora