10.Mátame o dame vida, pero haz algo YA.

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CAPITULO 10

MASON

El aire a mi alrededor jamás se sintió tan frío como ahora..., lo cual era un poco irónico tomando en cuenta lo caliente,acelerado, y nervioso que se sentía mi corazón en este momento.

Noté un poco de desconcierto y sorpresa en sus ojos azules... No, aún no encontraba nada con que comparar ese azul. Se cristalizaron haciendolos lucir casi como el mar, pero no exactamente... Lágrimas, ella estaba apunto de llorar.

Sentí como si hubieran pasado horas o años en silencio, pero probablemente solo fueron unos segundos.

—¿Qué? ¿Qué dijiste? —preguntó frunciendo el ceño y con un ligero temblor en la voz.

—Que te quiero —dije tratando de sacar todas las pocas fuerzas que aún me quedaban.

—No —dijo negando con la cabeza— ¿Antes de eso? ¿A que te referías con eso de "Los silencios"?

—Pues, no sé, solo es algo que me salio decirte... ¿Estás bien? —Noté que su piel pálida por naturaleza estaba aún mas pálida de lo normal.

—Sí, es solo que..., olvidalo, no puede ser.

—¿Que cosa no puede ser?

—No, no te preocupes... No tiene importancia. Necesito irme ahora a mi casa.

Debo admitirlo, no era la respuesta que esperaba, ¿Iba ella a huir cada vez que tratara de decirle lo que siento? o más bien ¿Iba yo a dejarla irse siempre?

—Si quieres te llevo y...

—No, es mejor que llame un taxi. —Me interrumpió—. Ire a buscar a Sophia.

Salió disparada del balcón, sin darme al menos una oportunidad de continuar hablando.
La seguí... Llamó al taxi y se fué. Dejandome de nuevo con el alma destrozada y adolorida hasta más no poder.

—Sophia está super loca si hubieras escuchado las cosas que dijo en la piscina están como para morirse de risa. —Empezó a decir Jake, hablando sin parar y sin darse cuenta de mi gran dolor—. Definitivamente tengo que contarle a Cath ese chiste, se va a morir cuando lo oiga y.... ¿Estás escuchandome al menos?

Negué con la cabeza y salí corriendo nuevamente al balcón, desesperado y con la respiración agitada, lágrimas salían y no las podía contener dentro de mis ojos.

—Oye, ¿Que tienes? —Jake me siguió hasta el balcón y me atacaba con la misma pregunta una y otra vez... ¿Estás bien?.

—¡No !—grité—. No, no estoy bien, nada está bien... Nunca está nada bien conmigo, nunca, es tan duro, pero tú no lo entiendes porque tú tienes el amor de tus dos padres, yo no tengo nada, tú tienes a Cath, una chica estupenda y que te ama de verdad, tienes amigos como yo que daríamos la vida por tí, pero yo no tengo nada, no soy capaz de hacer que Elizabeth se quede cuando intento hablar con ella,no soy capaz de ser sincero cuando estoy a su lado... ¡Dios!, ni siquiera soy capaz de averiguar el verdadero nombre de "WhiteBird", mi padre tiene razón, yo no soy capaz de retener nada, soy igual a mi mamá.

—No, no seas así de cruel contigo, porfavor. —Me dijo Jake desde una esquina del balcón, pude notar lo alterado que se encontraba, casi tanto como yo.

—No estoy siendo cruel, estoy siendo realista por primera vez en mi vida jake... ¿Llegará el día en que sea capaz de hacer algo bien?

—Pues, si te sirve de consuelo..., conmigo lo has hecho bastante bien. —Se acercó y me abrazó. Lloré un momento y traté buscar fuerzas para seguir hablando.

—¿Puedes explicarme bien que es lo que sucedió hace un rato?

—Traté de decirle, de hecho se lo dije, le dije que la quiero de verdad... Pero ella se puso como si le hubieran dicho la cosa más horrible y perturbadora del mundo, casi sentí que se quería tirar por el balcón en lugar de hablar conmigo. Se puso pálida cuando le dije lo que le dije.

—¿Y que fue lo que le dijiste?

—Pues esta tarde cuando hablé con "WhiteBird", ella me dijo algunas cosas, cosas en las que estuve pensando durante todo el día, y no sé, en ese momento cuando estaba hablando con Lizy sentí la necesidad de decirle esas cosas a ella. Pero cuando lo hice se puso muy mal y quiso irse de inmediato. Creo que definitivamente no le gustó para nada.

—¿No te parece extraña su reacción ante lo que le dijiste? Digo, ¿Por qué tendría que ponerse tan mal?

—¿Extraña? Su reacción es inexplicable..., la única explicación lógica es que no me quiere y punto.

—Amigo, si me permites darte un consejo —hizo una pausa—. No te rindas y sigue luchando, ya muy lejos has llegado como para desistir ahora ¿Estamos?.

—Sí, tienes razón, pero tampoco quiero vivir toda mi vida aferrado a algo inexistente... Ya casi vamos a entrar a la universidad y tendremos que irnos de este pueblo, y si no le logró decirle a Lizy lo que siento antes de que eso pase..., la habré perdido para siempre y sin vuelta atrás.

Después de hablar con Jake debo admitir que me calmé un poco, tanto como para poder tomar el volante de mi carro sin temblar y derrumbarme.

Mi padre estaba sentado en frente de la casa en el momento en que regresé, con un cigarrillo en su boca. Estaba oscuro gracias a la noche, y allí sólo, él se veía como algo perturbador y desconocido.

—¿Donde estabas? —dijo soltando el humo por la boca y sin poner sus duros ojos en mi.

—En casa de Jake. —Traté de que mi voz no me delatara haciéndole saber cuan atormentado estaba.

—No sé ni para que pregunto, es al único lugar al que vas de todos modos..., nunca algo productivo.

—No pretendo escucharte hablarme mal ni un minuto más, al menos no esta noche, te lo ruego, si dentro de ti hay al menos una porción de amor por mi, demuestralo callandote y dejandome en paz, al menos solo esta noche, por favor —dije las palabras con todo el tono de suplica que quedaba en mi.

No dijo nada más, así que entré en la casa...

Me dejé caer en la cama, mirando al techo como si este fuera a darme alguna respuesta o haría magia para aliviar mi dolor.

Me paré de la cama y fui hasta mi mesita de noche, abrí uno de los cajones, y allí estaba ella, En ese tiempo estaba aún muy joven y aunque la foto estaba algo deteriorada gracias a que mi padre la había roto después de su partida. Aun así se podían notar claramente el verde de sus ojos, y su enorme sonrisa mientras con una de sus manos con largas uñas color rosa, sostenia con ternura lo que en ese momento era su gran tesoro a pesar de no conocer aún su cara... Su vientre, el lugar en donde me forme durante nueve meses. Mi madre, una mujer hermosa, a la cual me esfuerzo por odiar por haberme abandonado pero nunca lo logro, solo termino amándola más y más... Al parecer ese es mi destino, amar las cosas imposibles, lo que me hace daño, lo que duele.

—Hace tiempo que no hablaba contigo. —Le dije a la foto mientras me sentaba nuevamente en mi cama—. No hablamos desde que yo tenia unos 13 años y tuve esa pelea con Jake... ¿Te acuerdas? el día en que él rompió mi patineta y me enojé tanto con él... En ese tiempo solía hablar mucho contigo, pero luego entendí que era totalmente inútil hablar con un pedazo de papel, un fantasma. Hace tiempo dejó de afectarme realmente tu partida, pero hoy, siento que te necesito más que nunca... —Tube que hacer una pausa para tragarme las lágrimas—. Si tu estuvieras aquí quizás serías capaz de explicarme que está mal conmigo, ¿Qué es lo que hace que Elizabeth no me quiera? ¿Es algo que digo o hago? ¿Porqué me dejaste? ¿Fue eso también mi culpa?
¿Porqué no puedo odiarte? ¿Porqué? —El dolor me consumió tanto, ya no soporté ni estar sentado, así que me acosté en una esquina de la cama y antes de perder totalmente las fuerzas logré decir algo más— ¿Algún dia podré encontrarle el significado al azul de sus ojos? —Entonces me quedé dormido.

Fue el sonido de la alarma lo que me despertó esa mañana, martillando mis oídos. Me dí cuenta de que la foto de mi madre siguiá arrugada entre mis manos. La tomé y la volví a poner en su cajón.

Me levanté de la cama y me alisté para la escuela. Escuché el sonido de mi celular avisandome que teniá un nuevo mensaje... Pero lo que menos quieria era hablar con alguien.

Después de haberme duchado, y comido algo de fruta (No muy fresca gracias a que mi padre no es el mejor en eso de las compras... O en cualquier otra cosa), fuí directo hasta Gigi, para emprender la aventura o desventura de un nuevo día.

—Hola Mase. —Escuché la voz de Lilian, quien estaba saliendo de su auto justamente estacionado al lado del mio.

—Hola Lili ¿Todo bien? —dije sin muchas ganas.

—Sí, pero al parecer tú no ¿Qué te pasa? tienes los ojos un poco hinchados ¿No dormiste bien anoche?

—Estoy bien, es justamente eso, fue solo una mala noche, una muy mala de verdad.

—Me hubieras llamado, así hubiéramos hablado toda la noche hasta que se te quitara el insomnio, de hecho mi madre conoce unas cremas muy buenas para eso de las ojeras y...—Ella continuó hablando pero yo no seguí escuchando ¿Hablar de ojeras resolvería mis problemas? No, ¿Ir y enfrentar finalmente a Lizy los resolvería?definitiva y enormemente si, eso los resolvería o los terminaría de arruinar pero definitivamente algo debía de pasar hoy.

—¿Me estás escuchando?

—Claro —dije con una sonrisa falsa, me dí la vuelta y caminé hasta mi casillero con la esperanza de verla allí, pero no estaba..

Una mano me tomó del hombro y supe inmediatamente de quien se trataba, Jake.

—¿Todo bien? —preguntó.

—Todo mal —respondí y se que a él no le sorprendio la respuesta.

—¿Que tanto en una escala del uno al diez?

—Digamos que nueve... El tremendo diez lo voy a sentir el día en que ya no tenga ni la más mínima esperanza con ella.

—Me alegra ver que al menos no te rindes aún.

—Creeme, a mi también me alegra. —Le respondí con una triste sonrisa.

El timbre sonó y entramos a clases. Ella ya estaba dentro, en el lugar de siempre. La miré y me saludó tímidamente con la mano y yo le sonreí sinceramente, antes de ir hasta mi asiento.

El maestro estaba hablando sobre alguna cosa hecha por alguna persona hace algunos cientos de años, pero no logré concentrarme con todo lo que pasaba en mi interior, solo quería que todo acabara... que me mate o me de vida, pero que haga algo ya.

Horas, fueron y vinieron y el momento de irnos a casa finalmente llegó.

—Tengo que hablarte. —Me di la vuelta para encontrarme con Lizy parada justo ahí, tan hermosa como siempre... su cabello ondulado recogido un una coleta un tanto relajada, y sus ojos azules que me miran y me acaban.

—¿Sí? ¿Que pasó?

—Podemos ir a algún sitio... Debo explicarte algunas cosas.

—Claro. —Le respondí un tanto desconcertado.

Salimos juntos de la escuela y fuimos hasta el estacionamiento para entrar en mi auto.

—¿Donde quieres que vayamos?—Le pregunté tímidamente.

—No sé, algún lugar calmado, donde podamos hablar.

—Bien —respondí simplemente y puse el auto en marcha... La llevé hasta un parque cercano que siempre estaba vacío gracias a que la mayoría de los niños de la zona están en la escuela a estas horas de la tarde.

Caminamos hasta una de las bancas del parque y nos sentamos uno al lado del otro.

—Perdoname —dijo Lizy una vez estuvimos totalmente cómodos en la banca.

—No tienes porque pedir perdón.

—Dejame hablar ¿Si? —Me miró como esperando una respuesta, asentí y continuo hablando—. Debo de ser lo suficientemente sincera contigo. No tengo idea de lo que siento por tí, y todo eso no hace más que confundirme cada día un poco más... Te quiero, y eso me asusta, te quiero tanto como la quería a ella, y yo no puedo permitirme otro golpe más en el corazón..., temo que te conviertas en ella, ella decía quererme y que siempre estaría ahí para mi, prometió que no se iría nunca... Y se fue sin decir adiós, ella dijo que era lo más importante y me dejó. Yo siento que te quiero tanto o más de lo que la quise a ella, y sé que si le permito a mi corazón quererte, va a doler algún día tanto como dolió quererla a ella... Lo siento mucho Mason.

Sus palabras me dejaron totalmente desconcertado no entendía absolutamente nada.

—¿Quien es "ella"? —Fueron la unicas palabras que pude pronunciar.

—La amiga de la que te hablé aquel día en mi casa ¿Te acuerdas?

—Te amo Lizy —dije sin mirarla—. Y ahora es mi momento de hablar... Te amo más que todo. Desde el día en que te vi entrar en el salón de clases hace ya varios años, me enamoré perdidamente de tí, y no voy a decir que te amé desde el segundo en que te vi, bueno, en ese momento que te vi por primera vez, supe que te quería, pero lo que me hizo amarte fue el hecho de verte cada día, ver tu tímida sonrisa cuando alguien hacía algún chiste sobre alguna cosa en la clase... Lo que me hizo amarte fue la forma en que tu cabello se mueve cuando corres en educación física, lo me hizo amarte fue tu voz cuando respondías a alguna pregunta en clases, fue el brillo de tus ojos, fue el color de tu sonrisa, el sonido de tu voz, la manera en que te mueves, como hablas, lo que haces... ¡Dios mio Lizy! ...Amo hasta la forma en que respiras, y la forma en que tocas tu cabello como lo estás haciendo ahora... —Hablé sin detenerme jugándome la vida en mis palabras.

—No puedes amarme tanto, no sabes nada de mi, no te imaginas lo que he sufrido. Lo que dices "Amar" de mi son solo cosas superficiales, no me amas realmente a mÍ.

—No. —Esta vez sí la mire al hablar—. No, dudes de mi amor por tí, te amo... ¿No lo entiendes? te amo Elizabeth Cáliz —dije y mi voz se quebró al decir su nombre.

Ella me abrazo, llorando y temblando de tristeza.

—Puede que sea cierto que me ames... y debo de admitir que te quiero demasiado, pero hasta que mi corazón, mi mente y mi alma no se sanen completamente, no voy a lograr amar a nadie, de la forma en que la amé a ella... Por favor no me odies y no te apartes de mi lado, te lo ruego, te lo suplico, no me dejes a pesar de que ahora sabes que no puedo amar a nadie hasta que no esté totalmente bien.

La abracé con más fuerzas que nunca, y ella me devolvió el abrazo.

Tomé su cara entre mis manos y la miré por un segundo.

—Te amo más que a la vida misma —dije antes de besarla... La besé y ella me besó, me abrazó y tocó mi pelo... Un beso acompañado de lágrimas.

—Lo sé —dijó, se paró, y se fue, dejandome en el parque totalmente desorientado y sin respiración.

***
Después de haber tenido mi dosis diaria de "Peleas con mi padre", y de no haber tenido noticias de "WhiteBird", decidí ir a casa de Jake para contarle todo lo ocurrido en el parque esa tarde.

—¿Entonces solo se besaron y se fue?.

—Así es...

—Wow, no sé ni que decirte Mase, sé lo mucho que la amas, debes de estar destrozado.

—No.

—¿Ah?

—Sé que ella también me ama... Solo necesita un poco de ayuda y creo que sé quien nos puede ayudar.

—¿Qué? ¿A que te refieres?

—Tu madre, esa es la respuesta.

—¿Mi madre? ¿Te volviste loco?

—Tu madre fue psicóloga de Lizy, sí logro hacer que ella me diga cual es su problema, sé que podré ayudar a lizy, lo sé.

—Bien... Entonces vamos a preguntarle ya mismo.

La señora Edwards estaba en la cocina preparando algún tipo de jugos de esos que tanto amamos Jake y yo.

—¿Que pasa chicos? —dijo al vernos entrar en la cocina—. Aún no está listo el jugo, yo les aviso, pero si tienen mucha sed pueden...

—No, gracias má. —La interrumpió Jake.

—Necesito su ayuda. —Le dije.

—¿Que pasó?

—Es algo muy importante.

—Me estás asustando ¿Que sucede?

—Es sobre Lizy... Elizabeth, Elizabeth Cáliz, la chica que fue su paciente.

—¿Que pasó con ella?

—Necesito que me diga  por qué ella tomaba terapias con usted.

—No puedo hacer eso Mason, va en contra de mis principios y ética profesional, no puedo ir por ahí diciendo las cosas de mis pacientes a menos que no sea un caso de vida o muerte.

Sonreí irónicamente.

—Es de vida o muerte, se lo puedo asegurar.. .Mi vida depende de lo que usted me diga.

Después de mucho hablar para convencer a la madre de Jake, y claro después de haberle contado toda mi historia de amor por ella... Terminó aceptando entregarme el expediente de Elizabeth.

"CÁLIZ"

Decía en tinta roja, en la parte delantera de un sobre de manila amarillo.
Quizás dentro de él encuentre todas mis respuestas o quizás solo encuentre más preguntas...

Palabras para ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora