4. ¿Te parece si te llevo yo?

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CAPITULO 4.

MASON:

—¿Ya estoy perdonado? —decía Jake mientras caminábamos hasta mi auto en el estacionamiento de la escuela.

—No. —Ya era como la décima vez que me pedía perdón desde que me interrumpió hace un rato mientras abrazaba a Elizabeth.

Cuando llegué a la escuela esta mañana y me dirigí hasta mi casillero ella ya estaba allí pero esta vez estaba acompañada de una hermosa chica pelirroja

—Hey hola Elizabeth. —Así la había saludado hace un rato ¿Tendría ella alguna miníma idea de lo mucho que la amo?

—Hola Mason. —Había dicho ella con una sonrisa, yo solo quería besar esa sonrisa en ese mismo momento y si seguía mirándola no me contendría y la besaría y así no era la forma en la que había planeado nuestro “Beso perfecto” así que miré a su lado a la pelirroja y la saludé.

—¿Eres nueva? —Le pregunté

—Sí —contestó ella y me tendió la mano—. Soy amiga de Lizy. —Su voz se escuchaba con un ligero acento extranjero.

—Es un placer.  —La abracé un momento y la besé en la mejilla como hacía con todas las demás chicas que saludaba, excepto a Elizabeth a ella nunca la saludaba así, con ella por alguna razón no podía ser tan libre, mi amor por ella me paralizaban y las palabras difícilmente me salían.

Como poseído por un ser extraño o una fuerza superior tomé a Elizabeth de la mano y le dije:

—También es un placer verte de nuevo Lizy. —¿Un placer? Verla era la única cosa que había querido todo el verano y al fin había llegado el día y lo único que había dicho es que era un placer.

La abracé y le besé una de sus mejillas, mi corazón latía a mil, estaba a punto de decidirme y atacar sus labios con un beso cuando Jake hizo su entrada triunfal y nos interrumpió.

Jake me halÓ del brazo y me llevo con él, resulta que la gran emergencia que me había separado de mi querida Lizy, era simplemente ir a saludar a Cath, la novia de Jake.

—Dale, ya, perdóname —dijo Jake trayéndome de vuelta al presente.

—Idiota estuve a punto de besarla, te juro que si no hubieras llegado lo hubiera hecho.

—¿Qué te parece si lavo a “Gigi” durante todo un mes y gratis? —“Gigi” es como solemos llamar a mi auto un viejo Toyota color azul oscuro (Cuando digo viejo... es en realidad viejo).

—Umm, sí me parece un trato justo.

—Oye, ya en serio, de verdad lo siento.

—Lo sé —dije y empezamos a caminar hasta “Gigi” para irnos a casa

—Oye, ¿Esa es Elizabeth? —él  señaló y al lado de un poste de luz estaba ella sola.

—Sí, es ella —dije—. Que raro, su madre siempre viene a recogerla ¿Crees que necesite ayuda?

—Porque no te acercas y lo averiguas.

—No, sólo lo arruinaría.

—Sólo ve ¿Qué tan malo puede pasar?

—Tienes razón, vengo en un segundo.

Caminé un poco hasta que estuve justo detrás de ella y la tome del brazo, su suéter estaba un poco levantado así que pude tocar directamente la suave piel de su brazo por un pequeño momento.

—¿Estás bien? —le pregunté

—Si, perfectamente —dijo y evidentemente mintió. Se soltó de mi agarre y se limpio las lágrimas de sus ojos azules.

—No soy ciego es obvio que estas llorando ¿Qué pasó? ¿Qué haces parada aquí sola?

—Espero un Taxi. —Contestó

—¿Un taxi? Pero tu madre es quien te recoge siempre ¿Por qué te iras en taxi hoy?

—Es que ella no podrá venir y…

—Elizabeth, no me hagas esto. —Interrumpió la pelirroja con la que la había visto hace un rato—. Tu madre va a matarme si se da cuenta que te dejé tomar un taxi sola en tu estado.

 —¿Mi estado? —Hizo una mueca—. Pues dile a mi madre que me da igual lo que piense y que no se vuelva a meter nunca más en vida —dijo Elizabeth dirigiéndose a la pelirroja con enojo y furia—. Y en cuanto a ti no quiero que me vuelvas a hablar en tu vida ¿te quedó claro?

—Por favor Lizy... Sólo déjame llevarte a tu casa y punto. —Volvió a hablar la Pelirroja con un ligero tono de indeferencia.

—¿Que no entiendes? No quiero tu caridad, déjame en paz.

—Hey Elizabeth no entiendo lo que esta pasando pero si esta chica te está molestando no lo voy a permitir… ¿Te parece si te llevo yo?

Ella calló por un momento como analizando sus opciones para luego responder.

—Está bien Mason llévame a casa.

—Bueno ahora puedo irme más tranquila —dijo la pelirroja con entusiasmo—. Cuídala Mase, Adiosito. —La pelirroja se dio la vuela para volver a su auto.

—¿Estás bien? —Pregunté a Lizy después de que la pelirroja estuvo suficientemente lejos.

—Si, no importa

—¿Pero que pasó? Pensé que eran amigas

—Yo no tengo amigos Mason —dijo aún con lágrimas en los ojos—. Y si tuviera créeme nunca sería alguien como Sophia, ella es todas las cosas que no quisiera en una amiga.

—Bueno, ven, vamos a mi auto.

Le tomé de la mano casi de forma mecánica y sin darme cuenta estaba caminado de la mano con Elizabeth Cáliz a punto de llevarla a su casa.

Cuando llegamos hasta “Gigi” allí estaba Jake sentado en la parte trasera del carro, me dio una mirada a mi y luego una a las manos entrelazadas de Elizabeth y yo.

—Oh. —Lizy soltó bruscamente mi mano—. Si tienes que llevar a Jake no hay Problema puedo tomar un taxi no quiero molestarlos. De verdad.

—No molestas —dije—. Llevaré a Jake y luego te llevare a ti.

—¿En serio no es molestia?

—No, para nada —dije y le abrí la puerta delantera de Gigi.

Ella se sentó, cerré la puerta y di la vuelta para quedar en el asiento del conductor y puse a Gigi en marcha.

El camino hasta la casa de Jake no era muy largo y si quería podía dejar primero a Elizabeth y luego llevar a Jake pero eso no era lo que yo quería, así que preferí tomar el camino más largo, mientras más tiempo estuviera a su lado, mejor.

—Nos vemos luego chicos —dijo Jake cuando lo dejé frente a su casa.

—Adiós —dijo Elizabeth ,fue la primera palabra que dijo desde que se subió al auto.

—Oye —dije cuando estuvimos en camino nuevamente— ¿Qué fue lo que realmente pasó con…Sophia?

—No, quiero hablar de eso —dijo simplemente.

—Puedes decirme... ¿A que te refieres cuando dices que no quieres su caridad?

—Mason en serio, no me interesa para nada hablar sobre eso, solo olvida que todo eso pasó y déjame en mi casa, por favor.

—Pero me preocupa…

—¿Por qué? —dijo y me miró—¿Por qué te preocupo? Tú ni siquiera me conoces, no tienes idea de quien soy o de cómo soy... No tienes derecho a preocuparte por mí… No me gusta que se preocupen por mi.

—Lo siento… No quería molestarte —dije y continúe en silencio, cinco minutos pasaron para que ella volviera a abrir la boca.

—No, yo lo siento… Perdón, pero es solo que tuve un muy mal momento gracias a Sophia y mi madre y muchas otras cosas, no tiene que ver contigo, perdón.

—No hay problema.

El silencio volvió a reinar dentro del auto…Había deseado tanto estar junto a Elizabeth y ahora que tenia una oportunidad para hablar con ella y decirle al menos algo sobre mis sentimientos… me sentía nuevamente mudo y acorralado ¿Por qué es tan difícil expresar lo sentimientos? ¿Qué es lo que tiene Elizabeth que me paraliza y no me deja hablar?.

—No puede ser —dije y golpee un poco el volante.

—¿Qué pasa? —Preguntó ella.

—Olvidé que están arreglando esta carretera, vamos a tener que desviarnos —respondí. Observé un poco la calle. Había olvidado que hace días están haciendo unas reparaciones. A pesar de ser una ciudad pequeña y de pocos autos a veces las calles se congestionaban y el trancito se volvía un caos sobre todo en días como hoy… aparentemente estaba a punto de llover.

—¿Qué haremos entonces? —Preguntó ella observando la carretera.

Palabras para ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora