Capítulo 35 Familia inestable

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Por fin tenían tiempo a solas desde hace años. Muchas cosas por decir y reclamar, pero antes, Lady Hashirama, quería pasar tiempo tranquilo con Madara. La morena dejó que descansará la larga travesía, después le ofreció visitar el risco que solían frecuentar cuando niños, ahora el monte Kague. Mientras caminaban agarrados de la mano, detalle que ella misma sugirió antes de comenzar con la larga caminata, prestaba atención a lo nuevos cambios del hombre que, a pesar de sus tantos defectos y ambiciones, seguía amando.

Lady Hashirama, tenía una duda que la inquietaba. Los rumores que la involucran con Mito, no pidieron pasar desapercibidos a los oídos de Madara. De tan solo pensar en ello, sentía inquietud y preocupación que eso fuera la razón del nuevo comportamiento de Madara. O, simplemente no la amaba como seguía haciéndolo por él. Tenía que saber por qué la seriedad, pues nueve años era mucho tiempo como para no tener algo que hablar. Rompió el hielo deshaciendo el agarre de manos y llevó los brazos a su gruesa cintura varonil, y por último reposo la cabeza en el hombro, a medida seguían caminando hacia su destino.

—Muchos años sin vernos, mucho tiempo como para no tener nada de qué hablar. ¿Qué pasa, Madara? ¿Ya no me amas? ¿O, quizá hay algo que me quieras decir? Por favor, dime qué es lo que te mantiene serio y distante —cada palabra de la morena sonó apagada y desesperada por una respuesta.

Madara tenía muchas cosas en mente, pero la que seguía molestando en su cabeza, y lo que lo hacía sentir triste, aunque no lo reflejará, era la muerte de su segundo hijo. Pero como todo en esta vida tiene sus sacrificios, Mayura fue la perfecta ofrenda para despertar los ojos de Dios.

Al sentir la mano de la morena soltarlo, llevó rápidamente su vista a ella, luego miró como se aferró a su cintura y acomodó la cabeza en su hombro derecho. La escuchó, luego contestó a todas sus preguntas de la manera más seria.

—Es cierto que hay muchas cosas de que hablar, como lo hay en tiempo. Hashirama, llegué ayer, dame un tiempo para volver acostumbrarme de lo que ambos hicimos prosperar —se refería al imperio más rico y poderoso que había, el imperio de Fuego —, no pongas presión. Cada día que esté a tu lado voy a revelar lo que hicimos en nueve años. Y sobre lo otro..., no pienso mucho en ello porque sé bien cuánto me amas, aunque te acuestes con Mito...

Las palabras de Madara, su manera tan despreocupada de arrojarle en la cara su supuesta infidelidad, envió este momento a solas a la mierda. Lady Hashirama, tras escuchar las últimas palabras de Madara, se separó de él y dejó de caminar. Por otro lado, Madara siguió avanzando lentamente.

—¡Espera, Madara! —exclamó furioso —. ¡¿De qué mierdas hablas?! ¡Yo nunca te he sido infiel, yo no haría eso, ahora dime por qué supones que acoste con Mito! —enfureció más al ver como él seguía andando —. ¡Te he dicho que te detengas y me expliques por qué difamarnos!

Madara hizo caso omiso, continuó caminando. Lo que sentía por la pérdida de su segundo hijo no le permitió enfadarse por todos los rumores que llegaron a sus oídos de su querida esposa y su amante.

Lady Hashirama, quería una explicación y los nombres de aquellos que se encargaron en envenenar la mente de su rey. Con brusquedad aplicó un muro de madera frente a ellos. El muro salió de la tierra rápidamente, medía tres metros de alto, cuatro de largo, y era ancho. Madara al ver aquel muro salir, solo optó por detenerse a ver que tan alto sería.

—¡Te ordeno que me expliques, ¿por qué piensas eso de nosotros?! —una vez más exclamó casi mordiéndose el labio inferior de coraje.

Madara giró su cuerpo hacia ella para contestar. El Uchiha no lucía como hace unos minutos, ahora tenía una mueca de enfado por la orden y el muro, su Dojutsu estaba activado. Lady Hashirama, supe tarde que se había pasado de la mano.

El beso de Judas  "Un rey sin corona" [Finalizada] ANTI ROMÁNTICO Where stories live. Discover now