Capítulo 14 Ojos perversos

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Un día transcurrió desde la tontería que llevaría a dos jóvenes ninja a un matrimonio impulsivo. Lady Hashirama, pensó en lo que estuvo por cometer, por un lado su corazón le decía que estuvo bien la decisión que tomó, pero por otro lado su corazón se arrepentia de no haber aceptado la locura de contraer matrimonio con el hombre que ama con locura. La morena, sí quería ser en cuerpo y alma de Madara, pero sus deberes lo impedían, Tobirama no era apto de tomar tremenda responsabilidad para convertirse en líder del clan Senju. Se dio la tarea de enseñarle lo que tenía que saber, así que debía poner manos en el asunto cuanto antes.

"Ojalá no sea tardé para cuando Tobirama aprenda lo que es ser un líder..." se dijo a sí misma mientras escuchaba lo que tenía que decir el clan Yuki en la reunión esperada. Algo no común en estos tiempos de guerra entre clanes; dos clanes permanecen como personas civilizadas en un salón de reuniones en tierras enemigas.

Ya iban a dar las ocho de la noche, y con el horario invernal afuera ya estaba oscurecido. El ambiente era tenso adentro del salón de reuniones. Los élites del clan Senju y los cuarenta guerreros del clan Yuki, esperaban que aceptarán su petición. El líder del clan Yuki, seguía estupefacto tras escuchar de la boca del Butsuma, que su hija sería el siguiente líder a seguir del clan Senju.

"Nunca se a escuchado tal estupidez..." pensó para sí mismo. Sin embargo, no estaba en posición de burlarse o de opinar, los miembros de su clan eran cuarenta, y los Senju los superaban exageradamente en cantidad.

—Un favor se paga con un favor... —dijo Butsuma serio y pensativo. Aún dudaba si aceptar la petición que pedía el clan con el Kekkai Genkai de hielo. 

El clan Yuki buscó un clan que aceptará ayudarlos a recuperar lo que se les fue robado por el clan Kaguya. Todas sus reservas para sobrevivir el cruel invierno. Se arriesgaban por estar en la cueva del lobo, rodeados de un clan supremo. Los Senju podían masacrarlos antes que aceptará ayudarlos. 

—¿Aceptamos la petición para recuperar sus reservas por un favor a futuro? ¿O les damos diez minutos para que se alejen de nuestras tierras? —El líder Senju, volvió la cabeza para ver a su hija que estaba a su lado derecho, parada con los brazos cruzados por debajo de sus pechos. La morena vestía el tradicional kimono del clan Senju.

Lady Hashirama, escuchó cada palabra dicha por el líder del clan Yuki. Habían sido robados de una forma descarada, aunque podía merecerlo. Los problemas entre clanes son personales. Podía ser que el karma ajustaba cuentas con los portadores de Kekkai Genkai de hielo, pero lo único que le importaba eran los pocos niños, ancianos y mujeres, que no sabían defenderse. Haciendo cuentas, las víctimas del robo serían menos de treinta miembros indefensos que dependían de los cuarenta que han venido hasta aquí para rogar por un poco de ayuda.

—Deberíamos aceptar. —Quería agregar sobre los miembros indefensos, pero sonaría frágil ante los ninja Yuki. Mejor se guardó sus pensamientos para sí misma.

Butsuma cerró los ojos y permaneció de tal forma por unos segundos, al abrirlos de nuevo, soltó un suspiro leve.

—En cinco días nos reuniremos cerca de las tierras Kaguya. Un día antes enviaré un pergamino para confirmar el punto de ubicación. Señores la reunión a concluido.

Terminando con la reunión, el clan Yuki partió de la fortaleza Senju a sus tierras. Todos los élites permanecieron otra hora en el salón de reuniones hasta que por fín finalizó. Todos salieron del salón de reuniones dejando solos a Butsuma y Hashirama.

—Te he visto pensativa —dijo en voz seria, sentado en su posición al centro del salón—. Dos noches atrás dijiste estar en tu habitación cuando enralidad no lo estabas. Te estuve esperando hasta que llegaste en la mañana. Hashirama, ¿dónde estuviste toda la noche?

El beso de Judas  "Un rey sin corona" [Finalizada] ANTI ROMÁNTICO Where stories live. Discover now