Capítulo 28 Imperio

809 92 57
                                    


Cinco años después...

Las grandes murallas cubren y protegen el gran imperio que levantó dos clanes de alta escala, los que se unieron al nuevo régimen de Uchiha Madara y Senju Hashirama, juraron lealtad a cambio de un buen puesto dentro del Imperio e igualdad para sus miembros como a los miembros de los clanes del rey y la reina. Los clanes que no aceptaron unirse levantaron su propio imperio con ayuda de otros clanes y sus propias normas. Los que quisieron valerse por si mismos se catalogan como "humanos inferiores con el yugo atados al cuello por los más fuertes y ambiciosos en la nueva era del reyes y reinas..." Palabras frías del propio rey del Imperio de Konohagakure no Sato.

La reina Senju al principio vio las ambiciones del rey como algo turbias y ambiciosas, sin embargo, a medida que avanzaban los años se dio cuenta cómo el imperio del Fuego inspiró a los demás clanes a levantar sus propios imperios. Era una buena idea, puesto que los niños vivirían a salvo dentro de las murallas con sus familias, no obstante, temía que esta nueva era provocara más guerras. No estuvo equivocada, al cumplir los cinco año, recibieron ataques contra las murallas del Imperio que se decían llamar Kirigakure no Sato. Ese momento tenso para el primer Imperio puso a prueba a los demás clanes que se unieron para demostrar lealtad usando sus habilidades y dando sus vidas.

-Patéticos, ¿no pueden con la bestia de cuatro colas?

El arrogante comentario del rey se oyó atrás de un par de cortinas de color vino que cubre la grandiosa terraza situada en la torre principal sobre la primera muralla del Imperio de Konohagakure No Sato.

Uzumaki Mito, removió una cortina para hacerse pasar entre los shinobis presentes al otro lado por donde se encontró con el líder Hyuga, Nara, Uzumaki (su padre), y por último, la reina Hashirama a un lado del rey Madara. Todos los mencionados observando la batalla que se lleva a cabo frente a la puerta principal.

El encuentro no fue para nada agradable para Mito, pues cada vez que se encuentra con el rey Uchiha, no hace contacto visual con la morena, puesto que han tenido conflictos por "celos" del rey. El pelirrojo se ha convertido en muy buen amigo de la morena, pero no de Madara.

-Les aseguro que mi hijo que posee chakra suficiente puede sellar a la bestia -opinó el padre de Mito con firmeza.

-Eso no va a pasar -negó el rey -porque yo me encargaré y les mostraré a quien deben obedecer en su propio juego.

La reina Hashirama giró la cabeza pare ver al rey Madara, a un lado de ella con los brazos cruzados sobre su ancho pecho. En los últimos cinco años ha cambiando mucho, su fuerza aumentó, sus habilidades son asquerosamente letales, y su reputación es de temer. También su apariencia maduro como su cabellera del tono de las plumas de los cuervos se alargó más. La morena sigue amando intensamente a Madara. Para todos un sádico rey, para ella su rey.

-¿Algo te incomode, mi reina? -preguntó Madara seriamente -. Porque tengo pensado usar lo que me ha regalado.

Los presentes no entendieron del todo qué fue el último regalo de la reina hacia el rey. Fue un secreto entre ellos, lo que provocó incertidumbre entre los presentes.

-Con la única condición de que termines con esto de inmediato. No hay necesidad se prolongar una masacre masiva.

Hashirama no quería que Madara mostrará su sed de guerra ante los líderes que estaban presentes, y los demás que luchan en el campo de batalla. Su esposo en los últimos años se ha mostrado inconforme con su vida rutinaria.

Tajima falleció por causas naturales a pocos meses de empezar a levantar el Imperio que tanto añoro junto a sus dos últimos hijos. Un año después Izuna extrañamente se suicido con el filo de un kunai directo a la yugular, la nota de suicidio relevó que lo llevó a cometer un acto cobarde por la herida que le causó Senju Tobirama, debido a esto no pudo más retomar su fuerza o alcanzar el potencial de Kenjutsu que acumuló durante varios años de duro entrenamiento. Madara rápido culpó a Tobirama, llevando el odio entre ambos familiares a un nivel de sed de venganza. El albino dormía con un ojo cerrado y con el otro abierto, aunque Madara fuera su cuñado y Hashirama fuera un gran obstáculo para matarlo, no podía confiar del todo que ello siempre fuera así. Sakumi, esposa del difunto Izuna, le tocó ser madre soltera de la niña que procrearon, y a la cual llamaron Miko. A parte de lo mal que la pasaba el rey por la gran pérdida de sus únicos familiares de sangre, la pareja atraviesa un problema entre marido y mujer, y no es por los celos del Uzumaki, sino por uno más personal: no pueden procrear.

A medida que observaba al nueve colas aparecer tras aplicar las posiciones de mano correspondientes y tocar suelo donde se formó el sello de la invocación, Mito aprovechó acercarse a Hashirama mientras los demás líderes, incluyendo a su padre, aprecian con asombro la manera tan cruel del rey usando su mascota.

-Que extraño regalo, Hashirama... -le susurró cerca del oído y la llamó como no debía -. El rey es caprichoso... -Había confianza entre ellos. -Le pediré a mi padre una bestia para mi próximo cumpleaños.

Discretamente ella le dijo:

-Así es él... -sonrió ligeramente, y sin perder de vista a Madara y al nueve colas, ahuyentar al imperio enemigo -, y así lo amo.

-Ojalá yo pudiera encontrar a una mujer que me ame con todos mis defectos tal como lo haces tú -otra vez susurró cerca de su oído, mientras mira al líder Nara verlos de reojo. -Cuando necesitas alguien con quien hablar yo estaré ahí.

Los sentimientos de Mito aumentaron a medida que conocía más a Hashirama, aunque sabía que podía pasar si seguía ignorando la amenza del rey. Hashirama no le seguía el juego.

Aquella noche, en la privacidad de la habitación de Hashirama y Madara, ella lavaba los pies con agua tibia mientras él estaba sentado en una mecedora que ella misma hizo con su estilo madera y sus propias manos. El tema de la noche estaba por crear a una fuerte discusión.

-Tu descaro no tiene nombre..., Hashirma, ¿cres que no vi cómo se susurraban Mito y tú? -Con los pies chasqueó el agua tibia de la pequeña tina. -No me lo he cargado porque sé que los Uzumaki lo notarán de inmediato. ¡No te quejes cuando yo haga lo mismo que haces ante los demás! -amenazó.

-¡No digas eso, me lástima! -Aún de rodillas ante los pies de su esposo intentó no alterarse. Madara no es un hombre que pueda no ver lo que pasa a sus alrededores.

-¿Qué le pláticas? ¿Que no podemos procrear por tu culpa? -reprochó, sin medir sus palabras.

-¡Eres tan cruel por culparme! -Se incorporó y se dio la vuelta para salir de la amplia habitación.

-¡Ve con él, llora sobre su pecho como lo heces a escondidas! -se expresó arisco.

La morena giró su cuerpo de un movimiento instantáneo y replicó:

-¡Deja de decir tonterías, estás provocando que nos molestamos otra vez cuando hace dos días nos reconciliamos tras tres semanas sin hablarnos!

-Aunque sea ponte algo más ajustado para que sea difícil meter sus manos en lo que se supone que debe ser mío -una risita burlesca escapó de él.

Los ojos chocolates abrieron por completo por tremenda acusación. <<¿Cómo se atreve a insinuar que soy infiel?>> se preguntó a sí misma mientras cubría más su cuerpo con la bata de seda.

-¿Quién te ha metido toda esa mierda, Madara? -habló con firmeza. -¡Exijo una respuesta!

-Lárgate y déjame solo.

Una hora más tarde, Hashirama lloraba sobre el hombro de Mito por los jardines de la torre del rey y la reina. La oscuridad de la noche los cubría del ojo humano, pero no de Zetsu quien observaba todo desde su escondite.

-Todos los días me hago un examen por si estoy embarazada para no poner en riesgos a la personita que crezca dentro de mi vientre, pero nada sucede, sigo sin poder darle un hijo a Madara.

-No te presiones, algún día serás madre.

Aprovechándose el momento Mito despegó un poco el cuerpo de Hashirama y la cogió del mentón para después depositar un tierno beso. La escena de infedilidad fue llevada hasta los oídos del rey.

-Madara-sama, creo que su hijo añorado no se hará realidad... -Zetsu agregó de más a la infidelidad de la morena.

A Madara le pudo demasiado escuchar sobre la traición de aquella hembra que jura amarlo. Si el sello no existiera y no hubiese quedado una pizca de esperanza que puede hacer que tenga a su primogénito, los asesinara de la forma más sádica.

-Maldita Sayuri, me has maldecido con lo que más añoro y amo... Puedo oír tu risa burlona de lo que has logrado desde el infierno donde te encuentras.

El beso de Judas  &quot;Un rey sin corona&quot; [Finalizada] ANTI ROMÁNTICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora