Te Extraño *

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Konoha.

Era una mañana de invierno como cualquiera en la aldea oculta entre las hojas. Las personas emprendían sus rutinas de trabajo y matutinas caminando de un lado a otro, mientras pequeños copos de nieve se posaban decorando el terroso sedimento.

Eran las seis de la mañana, los rayos solares apenas golpeaban con fuerza la atmósfera terrenal. Sakura se encontraba en su casa preparándose para su rutina laboral. Ella ( como era lo habitual) se había preparado una taza de café para incentivar un poco sus cinco sentidos.

Tomar café más de dos veces al día, se había convertido en una inevitable costumbre. Esto se debía a que últimamente hubo estado trabajando sin cesar. Había casos muy particulares de niños que perdieron una madre, un padre o peor... Sus familias enteras. La cuarta guerra ninja había dejado un sin fin de niños sin familia, con problemas mentales, traumas, anomalías, problemas de salud y demás. Shinobis de la aldea dedican en cuerpo y alma el restablecieminto y orden para la pronta recuperación absoluta de la aldea. Sakura así mismo, junto con Ino y quienes se encargaban de la gestión de los hospitales, trabajan sin descanso día y noche en cuanto respecta la salud y estabilidad no sólo de niños, sino también de quien necesitaba atención médica.

Es bien sabido el tiempo que transcurrió desde aquellas fatídicas tragedias por las que la aldea tuvo que pasar. Hace dos años la guerra terminó, era mucho tiempo. Si. Sin embargo, había muchos cabos sueltos y hechos que concretar aún. Restablecer el precepto, era tarea de todos. No se puede construir el orden y proclamar paz absoluta sin ejercer un arduo trabajo, pues un país luego de sufrir tales atrocidades no se recupera en tan sólo dos años escasos.

Sakura era consciente de esto.

Concluida su larga reflexión, la mujer de cabellos rosados se encontraba caminando en dirección al hospital. Con una mueca de pesadumbre, Sakura ladea su cuello de izquierda a derecha con la necesidad de apaciguar su molestia. Sentía una pesadez la cual tensaba la musculatura de sus hombros y espalda, pues el cansancio y el acumulo de estrés le estaban pasando factura a su cuerpo casi entumecido. Comenzaba a plantearse la idea de tomarse algunos días de pausa y sosiego para relajarse después de tantos meses imparables de trabajo en el hospital ya que, no recordaba siquiera la última vez que se tomó un día de descanso.

Mientras caminaba con aparente lasitud, pudo observar la melena rubia que caía hasta llegar casi a los tobillos de su amiga Ino en la lejanía. Ella se encontraba en la entrada del hospital hablando con una señora aparentemente exasperada de cabello castaño y ojos cafés; tenía un semblante poco amigable y parecía mantener un altercado con su rubia amiga.

Sakura (sin detenerse a meditar la inesperada disputa) decide acercarse con una expresión incomprensible. Aún así, piensa que la aparente disputa no se trataba de algo tan grave, por lo tanto, se permite caminar colocándose a disposición e integrándose en la conversación.

- Buenos días. - expresa con una apacible sonrisa. - Ino ¿que sucede? ¿ Hay algo en que les pueda ayudar?.

Pregunta, observando los orbes celestes llenos de hastío por parte de su amiga.

- Sakura Buenos días, veras...

No llegó a completar su frase, pues la joven de cabellos rubios se vio interrumpida por la atercada señora la cual se encontraba frente a ella. Motivo (justificable) que le causó una leve expresión de irritación a Ino y un suspiro cansino se escapó de la abertura de sus labios.

- Doctora Sakura, buenos días. - la mujer parecía haber cambiado semblante al ver a la joven de ojos jade. - Usted es una mujer maravillosa, seguro usted puede ayudarme.

Nuestro Destino ( Sasusaku) Where stories live. Discover now