Everett

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Amablemente declinó la reunión en casa de su jefe y dejó su teléfono en el cuarto, no lo apagó solo porque Arthur estaba fuera y podía tener una emergencia. Oliver también se había ido, pero él era como invisible desde su propio punto de vista, aunque la realidad fuera que John y Everett creían que era su balanza de responsabilidad e idiotez estaba bien balanceada. Después de todo, si elegía bien el momento para tener relaciones en la casa, podía cuidarse y mantener situaciones difíciles bajo control. En un día normal, Everett estaría cargando su arma y alerta todo el tiempo, pero esa tarde podía perderla de vista y relajarse sin que su vida esté en riesgo.

-John

-¿Si?

-¿Qué harías si te quebraras el brazo?

-Nada, en primer lugar. No debería moverlo mientras tenga el yeso

-¿Y si solo te tuerces la muñeca?

-Solo tendrías una venda pero tampoco deberías moverla

-¿Qué hay de parálisis?

-Se quedarían quietas por cuenta propia o no podrías moverlas normalmente. Como el caso de Stephen Hawking, sus actividades motoras dejaron de funcionar correctamente y una de las primeras complicaciones fueron sus manos. No podía moverlas bien y tampoco tomar objetos como lápices o cubiertos para comer

-Entiendo

John se sentó junto a él en la mesa de comedor

-¿Te preocupas por Stephen?

-¿Hawking?

El doctor soltó una risa y negó

-Strange. Después de todo fueron pareja

-Un poco. Es imposible no preocuparme cuando se le ve tan mal, tan descuidado

John se puso de pie, fue a su habitación y regresó con su maletín y su bata de trabajo

-Creí que hoy no trabajabas

-Tengo una visita a domicilio que hacer. ¿Vienes?

No teniendo otra cosa que hacer, Everett se ofreció a llevarlo en su auto. Las indicaciones se le hacían conocidas y soltó un suspiro cuando se vio estacionando frente a la lujosa casa de Srange

-Debí suponerlo

-Vamos

Les abrió un desprolijo Stephen, con barba y cabello largos, ropas sueltas y pies descalzos. Se sorprendió al verlos y tuvo la intención de cerrarles la puerta en la cara, pero John entró decidido y apoyó sus cosas en la mesa de café

-Buenas tardes, Strange. Vengo a hacerle un chequeo

-Estoy bien. No necesito uno

Everett estaba a punto de obligarlo, pero entonces su hermano hizo uso de su entrenamiento en la Academia sacando la voz en tono demandante

-Tome asiento ahora mismo

Everett empujó al ex cirujano al sofá y éste cayó sentado

-Enséñeme sus manos

Las alzó, al menos las vendas estaban limpias. John las quitó dejando a la vista las pequeñas cicatrices que habían sanado con el tiempo. Mantuvo las manos en el aire, buscó en su maletín y sacó una lapicera con la que pinchó la pinta de los dedos

-¿Siente eso?

-Si

Seguidamente presionó la base de las uñas con la lapicera, Stephen intentó quitar la mano enseguida

-Su tacto esta bien

-Lo se

-Silencio, dejalo trabajar

John soltó las manos de Stephen y le tendió la lapicera, notó un ligero temblor cuando intentó tomarla y vio que un dedo le falló al hacerlo dejando caer el objeto. Stephen miró hacia otro lado frustrado, hacer el mismo ejercicio que veníapracticando desde hace días frente a otras personas era aun mas humillante, pero él no era tan perseverante. John cogió la lapicera y se la volvió a entregar, esta vez si pudo sostenerla pero solo unos segundos antes de que un temblor le hiciera reducir la presión de los dedos

-Maldición

-Muy bien,Strange

-¿De qué hablas? Eso fue patetico

-Pero fue un avance. Entiendo que no te afeites ya que te es imposible mantener quieta la rasuradora, tu pulso esta débil, pero que estés practicando diariamente y cuides tus manos son acciones muy importantes que te devolverán tu habilidad con el paso del tiempo

Stephen miraba al doctor incredulo, él no lo veía de ese modo, sentía lastima de sí mismo. Sin embargo, las palabras de John le hicieron cambiar su punto de vista a uno mas positivo, era cierto que sus ejercicios habían dado fruto. Bajó la cabeza apenado mientras John le colocaba nuevas vendas, mas apretadas que las suyas y con mejor precisión.

-Gracias, por todo

-Es mi trabajo

-Lo es y te grité por ello, lo siento. Haz hecho un excelente trabajo, Watson. Felicidades

El ser apreciado era algo que hacía muy feliz a John, sonrió y dio las gracias. Luego se fue insistiendo en que tomaría un taxi y dejó a su hermano con el paciente.

-Tu hermano es un excelente medico

-Lo es, que bueno que al fin lo reconoces

-También reconozco mis actos y me hago cargo. Lamento cada mínima cosa que te haya hecho, excepto cuando dije que te amaba

Everett suspiró y tomó suavemente las manos de Stephen

-También te amo y quiero disculparme

-¿Por amarme?

-No, por no tener paciencia y entender que todo lo que dijiste es porque temes perderme, y aun así me alejé de ti haciendo realidad tu miedo. Estaba muy enfadado conmigo y con mi situación familiar que me descargué contigo, cuando tú eras mi salvavidas

-Ever..- Puso una mano en su rostro y lo acarició con cariño, -nunca me enfadé por eso porque te entiendo. Estaba molesto conmigo por no estar a tu nivel, no supe sobrellevar nada de esto

-Pero yo tampoco sabía como manejar mi vida, trataba con lo que venía y ya. Creo que somos dos grandes incredulos que se merecen el uno al otro. Te amo, Stephen

-Te amo, Everett

El agente se apoyó en el hombro de su pareja y descansó su mente, el ex cirujano hizo exactamente lo mismo pero se durmió pensando en la persona a su lado.

Altos y Bajos (Freebatch Crossover)Where stories live. Discover now