Donde Naruto al fin cumplió su sueño de convertirse en Hokage y tener la familia que tanto deseó, sin embargo no creyó que esta lo despreciara como en el pasado.
-Angst, Mpreg.
Sarada colocó el desayuno en la mesa del comedor con cuidado, Boruto se sentó somnoliento frente a su hermana mientras que Sasuke preparaba el desayuno para su esposo.
Era un día de ceremonia y la familia del Hokage debía estar presente ante las autoridades, junto con la aldea por supuesto.
Sasuke siempre había dudado de la reacción de la gente sobre su relación con Naruto, dudó mucho en casarse con aquel rubio de ojos preciosos ya que podían negarle el puesto a Hokage. No quería arruinarle su sueño.
Al principio fue difícil, no todos estaban de acuerdo con aquella unión. Naruto quería contraer matrimonio con él a toda costa. Sin embargo, las demás autoridades terminaron cediendo gracias al apoyo de la aldea hacia la joven pareja. Quienes habían ayudado a la aldea luego de la Gran Cuarta Guerra Shinobi.
Casarse había sido un paso, tener hijos fue algo inesperado. Sasuke no tenía la menor idea que gracias a Orochimaru pudo concebir a sus ahora 3 hijos, aquel sello maldito había dejado estragos en su cuerpo y no supo cómo explicarle a Naruto que ya no solo serían ellos 2.
Era algo nuevo como dos hombres pudieron tener su propia descendencia sin la ayuda de alguna mujer, había gente que era indiferente y otra que aceptaba aquello ya que eso no afectaba a su vida. Es más, algunos estaban expectantes por los poderes que lograrían tener los hijos Uzumaki-Uchiha.
Serían poderosos.
El azabache miró el reloj digital en el mesón y bufó con frustración.
- ¿Podrían ir a despertar a su padre?
- ¡Sí! -canturreó una alegre Sarada.
- ¿Está dormido de nuevo? -cuestionó Boruto.
- Estuvo ocupado trabajando hasta tarde -respondió simple llevando un café junto unas tostadas hacia la mesa.
Ambos niños subieron hasta la habitación principal donde entraron viendo como su padre dormía desparramado en el sofá-cama y Himawari le seguía en su cuna.
- ¡Papá despierta! -canturreó Sarada acercándose a su padre- ¡Papáaaa! -se acercó por el otro lado de la cama- ¡Es hora de desayunar! -con su dedo pinchó el pecho de su padre sin obtener respuesta- ¡Despierta!
- ¿Crees que lo despertarás de esa manera tan sutil? -comentó Boruto con las manos en sus bolsillos, para luego posicionarse en forma de ataque- ¡Te lo mostraré!
Saltó con una sonrisa maliciosa en su rostro y cayó con fuerza en el estómago de su padre.
- ¡Despierta de una vez!
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