Capítulo 33

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Milán, Italia.

2 años después.

Me encuentro recluido en mi mansión, es lo que he venido haciendo desde aquel maldito día en el cuál dejé ir al amor de mi vida, me castiga con su recuerdo no puedo continuar mi vida me hizo totalmente mierda. Me dolió en la forma que me miró con su rostro lleno de decepción al yo responder que no podía seguirla, en ese entonces tenía un motivo muy grande por el cuál la rechace, ella no se merecía esto, no sabe cuanto la necesito así como al aire que respiro.

Mi rutina es beber día y noche sin descanso a esto no le llamo vida, ni borracho he podido olvidar su recuerdo se a convertido en un fantasma que me tortura cada vez más, entre más bebo más la recuerdo. Las noches ya no son noches me encuentro recluido en esta soledad de mi mansión, observo la foto de ella en mi maldito móvil la cuál le saqué en nuestro primer encuentro, dormía plácidamente con su cabello castaño esparcido sobre la almohada, la sábana blanca de seda la cubría sólo de la cintura hacia abajo. Su hermosa piel tan pálida y con el aroma de su esencia tan embriagadora, ese día que la hice mi mujer me sentí el hombre más afortunado sobre la faz de la tierra, por haber encontrado ese bello ángel.

Fui su primera vez en todos los sentidos desde lo carnal hasta emocional, y la hice mierda destruí todas sus ilusiones, aunque siento mucho que se llevara una imagen muy errónea mía se que hice hasta lo posible por que ella no se enamorara de mí. Fui contra todo pronostico pero su inocencia me venció en un principio me lo tomé cómo un reto enamorar a una monja y se que puede sonar enfermo. Pero al descubrir su personalidad me robó hasta el aliento, que llegué al grado de no me preocuparme en usar protección cuando la hacía mía, no me importaban las consecuencias de nuestros actos, la quería a mi lado, la quería para mí... La disfruté en todos los sentidos, aunque siempre fui muy frio y distante con ella, después de cada encuentro a los días siguientes la evitaba, me quedaba en la empresa o en mi habitación hasta que coincidíamos nuevamente, ese ángel me había robado el corazón pero mi mente se negaba a aceptarlo.

Siempre la adoré en silencio, con su inocencia tan característica de ella la observaba a distancia por entre los ventanales de mi despacho, cuando mi Ginebra salía al jardín a pasear o simplemente a tomar aire. Notaba la tristeza en su rostro, sé que fui un bastardo por que a pesar de todo lo que pasó en su vida la seguí lastimando, al llevar acabo esa absurda pero necesaria boda yo sabía desde un principio que con esa noticia la destrozaría y traicionaría a ella. Yo no quería que Emily la invitara a cenar con nosotros el día que anunciamos el compromiso, se que ella sospechaba que algo pasaba entre nosotros ya que a mi se me escapo varias veces el nombre de Ginebra en nuestros encuentros. Y era algo que no me importaba ya que Emily no me interesaba en lo absoluto, la realidad fue que al casarme con Emily ella continúo viviendo con sus padres y yo volví a mi mansión. Y se que a mi madre la noticia también la decepciono pero no le pude explicar los motivos del por que ahora comprendo que si lo hubiese hecho la historia fuera distinta. Sé que decepcione a mi madre lo pude notar en su rostro al recibir la noticia cómo un balde de agua fría sobre su cuerpo, sólo que no dijo palabra alguna solo aceptó. Yo sabía que ella amaba a Ginebra como a una hija y que mi madre sabía lo que me cargaba con esa muchacha de ojos azules, sabía a ciencia cierta que ese maldito matrimonio no pararía en nada bueno, necesitaba sólo un año para poder terminar con esa farsa, ¡sólo un maldito año! necesitaba a Ginebra junto a mí..

La necesito recuperar cueste lo que cueste, así se me vaya la vida en ello, los trámites de divorcio comenzaron hace un año y aún me encuentro esperando la resolución. Emily se a negado a firmar ya que exige el cincuenta por ciento de las empresas Rusell. Pero no se a podido llevar a cabo su exigencia ya que después de la muerte de mi madre aún no se a podido dar lectura al testamento, ya que no están las personas que se estipulan en él. Y Alessandro no me a dado a conocer los nombres, es algo extraño ¿a quien le dejaría parte de sus bienes mi madre? Pero para ser sinceros no me importa nada lo material solo espero que este infierno termine lo más pronto posible y poder librarme de esa loca controladora, para buscar a mi reina.

Sentimientos OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora