Capítulo 11

14K 598 23
                                    

Correspondo el beso desesperado, está tan lleno de ganas de deseo mutuo, sus besos se han vuelto tan adictivos que ya deseo probar los labios de William cada minuto que pasa. Me vuelve más adicta a él, su toque la forma en la cuál me mira, es como si me encontrara en un sueño del cuál no quisiera despertar. Sus manos sobre mis caderas me causan ya la típica corriente eléctrica que pasa por mi espina dorsal, hasta la última hebra de mi cabello.

William me descontrola de sobremanera, aunque me siento extraña por la ropa que traigo puesta, se marca cada curva de mi cuerpo y mis pechos lucen un poco voluptuoso. Me avergüenza un poco, no me encuentro muy cómoda ya que yo jamás había usado ropa tan ajustada y mucho menos había mostrado demasiado mi cuerpo. Lo único que se es que William no para de mirarme con devoción y a ratos sonríe, nos encontramos envueltos es una burbuja este hombre me está arrastrando a su dulce infierno y los Sentimientos Ocultos, que se encontraban en lo más profundo de mi mente y mi corazón, ya han salido a flote. Y no puedo seguir ocultando todo lo que me hace sentir, mandaré al demonio mis inseguridades y mis miedos, viviré mi vida al máximo solo espero no caer mal parada en todo esto. Y que la vida no me cobre con creces por haber fallado a los votos que prometí ante Dios, y todavía tengo que pensar en lo que voy hacer y tomar una decisión.

Terminamos el beso por falta de aire, William no deja de observarme y yo me siento muy avergonzada, pero como ya lo he dicho viviré al máximo y me encanta todo él.

─Estas preciosa Ginebra, me encantas toda tu mi ángel, me vuelves loco. ─ susurra William muy cerca de mi oído.

─Gracias por tus hermosas palabras me halagas William, y gracias por el atuendo es muy bonito, aunque te confieso no te hubieses molestado, además; no era necesario que compraras algo para mí. Jamás había usado ropa como esta y me siento extraña además no quiero que vayas a pensar que soy una oportunista y que me aprovecho, por que en realidad no es así, y agradecería que no gastes tu dinero en mí, además de que tu también estás muy guapo está noche. ─ de sus apetecibles labios sale una bella sonrisa, siento la necesidad de probarlos pero me borro esos pensamientos tan atrevidos, si esos exquisitos labios me pertenecieran los degustará día y noche, jamás me cansaría de hacerlo.

─Gracias preciosa pero ¿sabes? No pienso, y jamás pensaría así de ti esté obsequio te lo he dado con mucho cariño, y no es como si hubiese gastado una fortuna no fue mi intención hacerte sentir incomoda, además puedo permitirme eso y más solo para ti, lo que sea Ginebra. ¿Comprendes a caso no te das cuenta que me tienes loco por ti? al mirar tu exquisito cuerpo y tocarlo como lo hice supe que ya no habría vuelta atrás, no puedo parar te has vuelto mi obsesión, todo el día te pienso no puedo olvidar tus ojos, tu aroma, lo que me provocas con solo un beso. De esos inocentes labios que yo solo podre probar, ¿sabes por que?. ─ me cuestiona tomando mi rostro con una de sus manos dirijo mi vista hasta sus ojos miel. Me ha dejado muda con su confesión miles de sensaciones y sentimientos se han apoderado de mi ser y tengo miedo que todo esto que está pasando de pronto se acabe, mis pensamientos son tan contradictorios, muevo la cabeza en negación. ─Por que en ti no encuentro ningún defecto, eres una alma pura sin maldad en tu corazón, no eres falsa eres simplemente perfecta para mí por que sé. Que aunque lo niegues te encanta estar conmigo, ahora dime Ginebra. ¿Estás lista para la sorpresa que te daré está noche? Será la más especial de tu vida así que vamos no hay que esperar más. ─Ordena William me toma de la mano y caminamos juntos hasta la salida de su casa, William ya le ha dado el medicamento a Melina y a caído dormida como un tronco, el aire frío me da de lleno en el rostro al salir, nos encaminamos hasta un bello auto color negro, que se encuentra aparcado cerca de la fuente, William abre la puerta del copiloto toma mi mano y entro.

Sentimientos OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora