Te Prohibo Enamorarte

Cap. 69 El juego del lobo.

Sí la vida fuese perfecta, no existiría algún motivo para ser distinto. Después de todo, los monstruos no sólo buscan en la oscuridad...

—Emily.

Tú me necesitas y yo te necesito.

—Estamos juntos en esto, ¿recuerdas? —al ver que no respondo procede a hablar.— sí tú caes yo también caigo, pero sabremos cómo volver a levantarnos. —sonreí ante lo que dijo y apoye mi cabeza en su hombro suspirando.

—¿Cómo puedo estar segura que estarás bien?, ¿Quién me asegura qué él no volverá a hacerte daño a ti o a Luke... ? —Lo miró a los ojos apretando levemente mis puños al recordar cómo había dejado a mi mejor amigo el mes pasado.

—Nena, te lo repetido un montón de veces, tal vez sea un psicopata astuto, etcétera, pero no va volver a hacernos daños. No dejaré que vuelva a pasar o siquiera que intente lastimarte.

Harry, el detective privado que había contactado hace un mes y medio cuando Logan estaba recién salido del hospital, no sólo logró averiguar más datos de lo que sucedía, sino que también alguien cercano a nosotros era su cómplice.

El día del primer evento de la presentación de nuestro proyecto finalizado alguien había entrado sin siquiera forzar la entrada y había saboteado todo.

¿Qué quiero decir con esto?

Quién realmente entró esa noche, fue alguien que ya tenía acceso desde ya, alguien conocido, de nuestra "confianza".

No sólo sabíamos que claramente lo habían arruinado todo, sí no que está persona tenía relación con Joe Cardigan.

Llámenlo locura o un argumento incoherente.

Teníamos un infiltrado con nosotros.

—Logré conseguir una información qué tal vez no vaya a agradarte del todo. —confesé haciendo una mueca, me levanté del borde de la cama y caminé hasta el armario donde busqué entre las cosas que tenía en mi maleta aquel compartimiento oculto.

Tomé el sobre y salí del armario tendiéndole este directamente, nuestras miradas en ningún momento se apartaron hasta que tomé asiento frente a él en aquel mueble de cuero negro.

—Emily.

—Sólo léelo. Son dos cosas.

La información variaba un poco, pero había que tener claro dónde y cuándo poner los puntos sobre las íes.

•1 Noviembre del 2013•

—Entonces... simplemente vas a irte? —mi hermano seguía haciendo las maletas asintiendo sin siquiera verme.

—Es lo que nuestros padres quieren, enana.

—¿Qué hay de lo qué tú quieres? —me atreví a preguntarle cruzándome de brazos.

Silencio.

La habitación se quedó en silencio justo en ese preciso momento.

—Hice algo que no debía, pequeña, esto no estaba en mis planes pero es una buena opción.

—Mamá y papá saben algo de lo que hayas hecho?

—No, y espero que así se queden las cosas. —terminó de guardar la última sudadera y me dio una pequeña sonrisa.— papá va a irse a vivir cerca, en lo que cabe... por lo menos ya no escucharás más discusiones o algo por el estilo.