Te Prohibo Enamorarte

Cap. 71 Apego.

Estaré dividiendo este capítulo en dos partes y al mismo tiempo intentando actualizar pronto, jeje.

🤍

I parte

Logan POV

Las luces coloridas y la música no podían opacarla, aún así deseara ignorar el hecho de aquel instinto carnal en mí, lo único que podía decir en estos momentos era...

Wow.

¿De dónde había salido ella?

¿Por qué me sentía como una polilla atraída por la luz? ¿Qué tenía ella de diferente?

Mientras la observaba, más preguntas crecían en mi cabeza, el aroma que desprendía, era exquisito.

¡Logan!

Eso gritaba mi sentido común, yo lo sabía, cuando alguien te atrae todos tus sentidos se agudizan con tal de captar a esa persona en toda su esencia.

En silencio, observé el reloj en mi mano.

¿Qué diablos iba a hacer el tiempo por mí?

Ya bastante he jugado en mi vida, he probado todo tipo de cosas hasta ahora, pero ella...

—Mi hermana. —Ethan corta la cadena de mis pensamientos al hablar y retiro mi mirada de su ser, de un momento a otro. 

El vacío que se forma en mi persona me exige salir del lugar.

Respiro profundo y me concentro en todo lo que estoy sintiendo, demostrando y viendo.

Sé que con el pasar de los días, todo va a ser diferente. Voy a olvidarla y ni siquiera recordaré su nombre.

•••

Han pasado dos malditos meses. Dos donde se ha involucrado más en mi vida que yo en la suya.

Más prohibida para mí.

Y el deseo sigue creciendo.

Quizás si tomo distancia, todo se va a terminar, sí, eso haré.

•••

Varios días más.

Y ya fue mía, probé de la fruta prohibida.

Deseo más de su elixir, de su esencia. Deseo que me embriague con todo lo que es ella, que forme parte de mí.

Ella es terca, pero gustosamente disfruto de ir a por su sonrisa.

No es fácil olvidar su nombre, no es fácil olvidarla cuando soy he desarrollado mi lado posesivo, celoso.

Estoy intentando meterme en la cabeza, que va a ser una más de la lista.

•••

Meses después, renuncie a jugar, ella no me persiguió, fui yo quién corrió detrás de sus pisadas. El que la detuvo antes de cruzar esa puerta del adiós.

Me salió muy cara esta jugada, porque Emily, era más que la suma a una lista sin sentido.

Ahora que la veo sonrojarse y reír a mi lado, me derrito. Me siento pleno.

Es un sentimiento bueno.

Ya no estoy huyendo de la pequeña escurridiza.