Cap.24 Mundo pequeño.

1.2K 85 0
                                    

—La suerte no puede sonreírme más este día.

Ahí estaba yo viendo a la persona con la que tuve mi primer todo en cierta forma, claro que sí, mi ex-novio, la persona por la cual me cerré casi al amor en esa oportunidad, sumando a otros que me dieron la razón para no querer más relaciones.

Pero no era el que sí te enseñó a cerrarte completamente al amor y la confianza.

Ignore la voz en mi cabeza que claramente retumbó con fuerza, porque a pesar de que dicho personaje hubiese roto mi corazón, no había superado a aquel chico que había venido después de él haciéndome creer que todo era distinto y había terminado siendo peor, rompiéndome por completo.

Su cabello rubio cenizo seguía igual, sus ojos azules resaltaban cómo siempre al ser tan llamativos y esos carnosos labios casi rojos eran hipnotizantes, estaba en el punto correcto de músculos. Tal cual un dios griego, incluso tenía un tatuaje que se ocultaba a través de su camisa.

¡¿Qué estoy haciendo?!

—¿Qué haces aquí? —solté de manera brusca, siempre que veía a este ser humano, mis modales tomaban un viaje muy largo lejanos a mí.

—Vengo a hablar con mi socio. —me respondió sonriendo, sí hubieran sido otros tiempos probablemente lo habría besado y también recordarle que su sonrisa me encantaba, pero hablamos de pasado, cuando yo era una ilusa.— no te creas el centro del universo, preciosa.

Y cuando me la vivía con un mundo de arcoíris.

—Es mejor que te vayas ahora, Cristian. —lo miré mal entrecerrando los ojos, dicho encuentro no lo había esperado, menos ahora.

No, no había esperado encontrarme con él de esta forma.

—Preciosa, déjame decirte que te ves más sexy. —me miró descaradamente e hice una mueca de asco, se había mordido el labio inferior después de sus palabras.

Quería que supiese que su presencia lo único que me provocaba era disgusto, pero era cierto que tomé un comportamiento infantil al principio.

¿Cómo se atrevía a ser tan descarado?

—Eres un... —fui interrumpida por la repentina aparición de mi hermano.

—Hey, hermano! —le saludo Ethan con un abrazo de esos con leves golpes en la espalda sonriendo ampliamente, suspiré bajo cerrando mis ojos.

Madurez, por esa razón estamos aquí, así que dejó que mis recuerdos se vayan de paseo.

Inevitablemente observo a mi hermano ahora, sí supiera todo lo que le hizo a su hermanita no creo que lo estuviese saludando de la misma manera.

Bien, basta.

—¿Cómo estás, bro? —el rubio le dio una sonrisa amplia haciendo que yo sólo lo mirara peor.

Todo iba bien, hasta que viniste.

—Pues bien, adelante. — Mi hermano se hizo a un lado para que pasara con tranquilidad mientras mencionaba algo de contabilidad.

Nunca mencioné que tuve algo que se convirtió en relación después de que Ethan se fuera de casa, jamás se enteró o sospecho algo al respecto.

Sí se hubiese enterado, no lo trataría como si nada, porque Ethan Collins puede llegar a tener ciertos parecidos asesinos como Will Collins, enemigos que nadie quisiera tener.

—Mundano, tonto. —murmuré disgustada notando como él me había escuchado y se giraba para lanzarme un beso, perdiéndose por el pasillo al cual mi hermano había ido.

Te Prohibo EnamorarteWhere stories live. Discover now