Todo es tan diferente...

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Había empacado lo que consideraba más necesario, siempre fue precavido, y también sus cosas favoritas, entre ellas una bolsa que cuidaba y escondía bajo su cama, le había pedido a su mamá que le pidiera a la señora Park, una foto y si se pudiera algo de su pequeño, se sentía tonto al pedirlo pero algo dentro de él le advertía que estando lejos lo extrañaría aún más, aún cuando estando en la misma comunidad no tenían permitido verse.

Escuela nueva, una habitación diferente, sus tíos eran mayores que sus padres, sus hijos ya no vivían con ellos, su tía era una señora simpática y distraída y su tío era un señor que siempre bromeaba y tenía muchos conocidos con los que jugaba al billar o al ajedrez, salían todas las tardes al parque y por las noches cenaban y dormían temprano, no eran ancianos aún, eran muy activos y tenían un negocio de restaurante por las mañanas, Yoongi pasaba las mañanas en el colegio y por las tardes estaba por lo regular solo en casa, los primeros días se aferraba al olor de su pequeño para calmar su ansiedad, sin su familia, sin amigos.

Recibió lo que pidió de su Omega, le envío una carta  con un dibujo, donde dibujaba a los dos de la mano, arriba sus nombres y una casita al fondo, un animalito q parecía un perro y la carta decía 'vuelve pronto, te quiero', también le envío una camiseta pequeña, y le puso  nota en un papel de color amarillo que decía < mami dice que podemos 'itercambiar' camisetas, es mi 'faborita' > Yoongi abrazó la camiseta por tres noches seguidas

En respuesta le envió una camiseta negra con la imagen de portada de un disco de Iron Maiden, en ese entonces exploraba géneros de música y le gustaba esa banda, le envió una carta de dos partes, una para que le leyeran en ese momento, simple, corta donde decía que le extrañaba, que le había gustado mucho su dibujo, y que se portará bien, se despedía con un "te quiero", la otra carta decía en el sobre que lo abriera hasta que tuviera la edad que él tenía en ese momento 12 años, ahí le explicaba que no podía estar aún con él porque temía dañarlo, que se esmeraría en crecer para ser una persona que merezca su cariño y que quería que el viviera su vida y se encontrará también sin pensar en él hasta que el pudiera volver y estar juntos sin ponerlo en riesgo, explicaba todo lo mejor que podía, se sentía obligado porque sabía que en la mentalidad de un niño el que una persona se vaya es inevitablemente abandono y tristeza, y Yoongi no quería que el pequeño sufriera por culpa de toda la situación y de su partida, tenía incluso la esperanza de que por su edad se olvidará de él, sin importar que fuera el único que sufriera, mientras el pequeño estuviera bien, Yoongi sentía la necesidad de protegerlo de todo.

Lo último que recibió fue una foto de su pequeño con la camiseta que le envío, se veía muy simpático con la camiseta que lo cubría y hasta arrastraba en el suelo, como si fuera una bata larga, el pequeño lucia sonriente, sus pequeños ojos eran una rayita curva y parecía sonreír también con ellos, su cabello oscuro estaba desacomodado como si acabara de despertar, con la foto venía una carta con una letra muy bonita cursiva < Yoongi, no hay modo de quitarle tu camiseta, por favor crece y sé un buen hombre para mi bebé >

No tenía firma, pero él estaba seguro que era la señora Park y que obviamente leyó su carta, suspiró afligido pero sabía que era la mejor decisión, pasó unos días en cama, sus tíos no se dieron cuenta por sus ocupaciones que Yoongi no salió de su habitación, después descubrió una tarde un piano que yacía cubierto bajo unas sábanas en una de las habitaciones a las que no entraba nadie, comenzó a experimentar con él por las tardes para después sentarse en el escritorio pequeño de su habitación a escribirle a Jimin, no enviaba las cartas, escribía para descargar lo que sentía y por qué le había prometido escribirle diario, era su modo de honrar su promesa.

Una tarde en que Yoongi creyó estar solo, su tía escuchó sus intentos en el piano, habló de esto con su tío y sus padres y le contrataron un instructor, un señor grande y estricto pero paciente, y así Yoongi inició en la música.

Al terminar la secundaria sus padres y tíos decidieron que tenía talento, aún si no vivía de ello, le enviarían a la escuela de música, además de los estudios de cajón del bachillerato, está escuela tenía clases especializadas en artes, no era una escuela a la que pudiera entrar cualquier alumno, debían enviar un clip donde mostrarán su talento y escribir sus razones para amar las artes, y someterse a un concurso por un lugar.

Yoongi debía mudarse de nuevo pues la escuela quedaba del otro lado de la ciudad, sus padres le llamaron dándole una dirección, cuando hablaron con él al terminar la secundaria en el evento de entrega de papeles, le comentaron que no estaría solo, habían arreglado con otras familias de la comunidad que también tenían hijos que entrarían a esa escuela que se quedarán en la misma casa.

Yoongi estaba nervioso, nunca antes había vivido con gente de su edad, tenía amigos de la escuela, pero aún así no convivía con ellos fuera del horario escolar, además no era muy tolerante y no le gustaba mucho el ruido.

Llegó un miércoles a la casa nueva con poco equipaje, su padre le dijo que sólo necesitaría llevar ropa, como siempre, cargó lo más necesario, ropa y una bolsa que cuidaba celosamente bajo su cama, ahora tenía dos prendas, un dibujo, unas cartas y un par de fotos, a veces se preguntaba qué tanto había cambiado su pequeño, el también había cambiado un poco, ¿todavía se querrían igual? ¿En verdad todo se dictaría por el olor y el destino? 

Ahora llevaba lentes, estaba un poco menos delgado, y sentía que su cuerpo cambiaba día a día.

La Guardería Where stories live. Discover now