4. Desa

75.7K 7.5K 3K
                                    

VERSIÓN BORRADOR ( EN LA VERSIÓN A LA VENTA HAY ALGUNOS CAMBIOS, ESCENAS EXTENDIDAS, EPÍLOGO Y UN EXTRA)


Nota: Algunos capítulos son extensos, otros muy cortos. Es así como está narrada. Éste va largo. Disfruten y gracias por su apoyo siempre ♥



Me doy una larga ducha y luego de comer algo, escucho que llega Missy, la habían llevado a su aseo en la estética. Jugueteo con ella y después me marcho. Conduzco sin rumbo por un rato, me detengo a un par de calles de donde mi prima vive, quedamos en ir a una clase de pilates, ya casi es hora. Ella eligió no estudiar una carrera en la universidad cosa que a Lula no le hizo gracia pero que la dejó igual, ahora es instructora de yoga y coach de alimentación saludable de lo cual ha tomado ya varios cursos, no le va mal y de hecho con ello pudo mudarse en un pequeño apartamento en un barrio mediano de Chicago.

Aferro el volante desorientada, abro la ventana deseosa de aire, dejando caer la nuca sobre el respaldo... Algo está pasando, algo no va bien y lo siento desde los huesos. Esa misma sensación que me acompañaba en México regresa, estoy perdida. Respiro con fuerza con la vista fija el cielo que se logra ver a través del vidrio en el techo.

Zakariah se aleja, lo percibo con una claridad que me aterra y lo peor es sé qué desea de mí, pero no tengo idea de cómo dárselo porque nunca he sido diferente. Creí, todo este tiempo, que así como era lo hacía feliz, que le era suficiente, pero no, quiere más y no mentiré, yo también, a esto no se puede reducir el vivir. Es como si flotase todo el tiempo, ni subo, ni bajo, ni voy más rápido, ni más lento... solo voy así, viendo como todo va pasando y a pesar de que durante estos meses ya no lo había sentido, ha vuelto y es como si él lo supiera y eso me duele aún más porque buscará en mí algo que no soy, que no podré ser, me dejará de querer y dejaré de importarle...

En medio de esos lamentables pero ciertos pensamientos, que rebotan en mi cabeza con un eco aberrante y doloroso, escucho algo que mis oídos hacía tiempo no escuchaban: una guitarra. Toca algo de... Rolling Stones, si no me equivoco.

Aparco el auto en esa calle poco transitada y desciendo, intrigada, dejándome llevar por el sonido. Tiene algo que me llama, me jala y yo... hace tanto tiempo que ni siquiera toco la mía que eso provoca que mis dedos cosquilleen. Camino ansiosa, doblo la esquina de una construcción que aún no terminan y me detengo. Un chico rubio, delgado toca sobre una mesa de concreto, no avanzo, de hecho me escondo tras el muro que nos separa.

Lo escucho recargando mi peso y cabeza sobre el ladrillo, pierdo la vista en el cielo y permito que esa música entre en mí, recordando cómo es que se sienten las cuerdas bajo mis dedos, cuando vibran y producen ese sonido. Sonrío sintiéndome más serena.

Para y mi letargo regresa, me asomo con sigilo, ya tiene a un par de niños sentado a su lado, sonrientes, él les devuelve el gesto y toca de nuevo, ahora algo de Pink Floyd, recuerdo muy bien cómo se toca. Me recargo de nuevo en mi escondite y me dejo llevar por el sonido. Another brick in the Wall es una canción con fuerza, me gusta.

Permito que mis pensamientos se eleven y enreden en todo aquello que me genera angustia, los estruja y envuelve, logrando de alguna manera que se sientan menos dolorosos, pesados. Me rindo ante la tonada, luego viene otra y otra. Minutos o quizá una hora después dejo de escuchar y entonces me asomo con un dejo de angustia, ya no está. Soy consciente de cómo la decepción se aloja en mi pecho. Me paso una mano por mi larga melena, hacía tanto tiempo que no sentía eso; esperanza. Pierdo la vista en las nubes pero mi celular suena y me saca de ese momento íntimo, donde sé que puedo encontrarme y, aun así, respondo, es Camila. Tengo un par de mensajes de Graco también.

Más de ti • LIBRO I, BILOGÍA MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora