Capítulo 48: Ayuda

Start from the beginning
                                    

—Vaya... Eso a sido lo que más me has dicho hasta ahora.

Así es.

—Contesta, por favor. ¿Quién eres?

Ya te he respondido. Sólo soy yo.

—¡Eso no ayuda!

—Senix, ¿estás bien?—abrí los ojos y me encontré a Lumina enfrente de mí con su típica mirada maternal.

—Estoy bien—respondí—. Estamos conversando.

No es un buen momento de conversar.

—Lo sé pero...

Senix, no necesitas saber mi nombre, necesitas mi ayuda.

—Al menos sería bueno saber quién eres para poder confiar en ti.

Sé que confías en mí.

—No, no lo sabes.

Entiendo que sientas desconfianza, pero en verdad yo no debería intervenir en estos asuntos.

—¿Asuntos? ¿Internevir? Ahora ya formas parte de esto como mi yo consejera.

No soy tú.

—¡Estás hablando en mi cabeza! Y mis amigos no me están viendo extraño sólo para que no colabores mucho.

Difícil, como siempre.

—No soy difícil es sólo que tú...

Sí lo eres. Te pareces tanto a...

¡No es cierto! Y... ¡¿Ahora de qué hablaba?

—¿Parecerme a quién?

Olvídalo.

—Dime que debo hacer.

Sálvalos.

Sacudí mi cabeza y pasé las manos por mi cara, frustrada. Había pedido consejos o soluciones, pero nada. Miré el cielo otra vez y vi como lentamente la roca negra empezaba a caer más y más.

Suspiré y formé nuevamente mi espada. Esta vez la empuñé en mi mano izquierda y por alguna razón preparé la mayor fuerza de poder que tenía en mi mano derecha.

—Terminen de acabar dejando inconscientes a los Fénix Oscuros que faltan y ayuden a nuestros guerreros. Hay muchos heridos que deben ser atendidos.

—Pero y eso... —empezó a decir Setem.

—Alguien ayudará. Creo. Necesito que algunos de ustedes vayan allá y...

—¿Tratemos de sostener eso?—preguntó un incrédulo Leyton.

—Exacto. Sé que es una locura pero...

—Lo haremos—dijo Leyton—. Si morimos tendré la dicha de haber conocido a seres tan extraños como ustedes.

Ryan bufó.

—Otro pesimista.

—Estoy liberando mis sentimientos, no seas un aguafiestas—reprochó.

—Bien por ti, pero mejor nos confesamos cosas después de esto—dijo Ryan, burlón.

—Lumina, ¿puedes ir tú también?

—Claro—respondió.

—Leyton, ya que estas tan cooperador tú iras tambien. Lumina, Klyos y... —miré los ojos de Leo y noté su desconfianza—... Leo—terminé—. Necesito que tú también vayas.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Where stories live. Discover now