━ capítulo veintiuno: aniversario de un mes.

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CAPÍTULO VEINTIUNO

ANIVERSARIO DE UN MES

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El atardecer ya estaba por caer y Morgana continuaba pintando el mural en la entrada de la base del Santuario de Dragones, el cual ocupaba toda una pared de 15 metros de ancho y 4 de alto. Llevaba más de dos semanas pintándolo, sin incluir todo el tiempo que había dedicado a recorrer el territorio, a observar los dragones y a hacer bocetos. Quería hacer algo increíble, algo que hiciera que los dragonalistas y todos los que visitasen el lugar se quedaran con la boca abierta completamente fascinados.

Ya había dibujado lo que era el recinto del santuario, el cielo, el bosque, la montaña, el lago y alguno de los edificios: como la base, la residencia donde vivían la mayoría de los dragonalista cerca del linde y varias de las cabañas que había repartidas por el lugar, como la de Charlie. Ese día había comenzado a dibujar los dragones que habitaban el santuario. Había colocado a Drageri en la cumbre de la cima de la montaña, a Norberta en una explanada, a Erail jugueteando cerca de la cabaña de Charlie y a otros tres dragones enanos (los que estaban bajo el cuidado de Darius) sobrevolando la base. Todavía le quedaban muchos otros por incluir, pues se había propuesto dibujar a cada dragón que residía en el santuario (y también a algunas imshils), pero había conseguido avanzar bastante en un día, sobre todo con lo detallista que tenía que ser para hacer que las criaturas se vieran reales.

Sin embargo, lo que más trabajo le estaba dando o lo que más le cansaba era la cantidad de magia que estaba poniendo en él, pues un mural pintando por una bruja que no es mágico carecía de sentido. Así que lo había hechizado y pintado de tal manera que el cielo iba cambiando según avanzaba el día, mostrando el amanecer, el mediodía, el atardecer y el anochecer. También copiaba el clima que hiciera en el exterior y además, las copas de los árboles se mecían, las imshils asomaban de entre las ramas y arbustos y los dragones sobrevolaban el bosque y las montañas. Uno de los que mayor recorría hacía era Drageri: alzaba el vuelo desde la cumbre, la rodeaba e iba hasta la cabaña de Charlie para luego volver.

Sonríeme ➳ Charlie WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora