Durante su época en Hogwarts, Charlie Weasley sólo tuvo ojos para su compañera de Hufflepuff, Nymphadora Tonks. Estaba perdidamente enamorado de aquella chica. Sin embargo, sus sentimientos jamás fueron notados. Pasaron inadvertidos. Fueron invisibl...
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CAPÍTULO DIECISÉIS
MALAS NOTICIAS
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Habían pasado tres semanas desde la noche del baile, desde la abrupta confesión de Morgana, y nada parecía haber cambiado. Morgana actuaba con tal naturalidad que Charlie empezaba a sentirse confuso. Llegaba a parecer que lo sucedido no era más que un sueño lejano. Pero aunque así pareciese, Charlie tenía constantemente en mente lo que había pasado. No podía olvidarlo aunque quisiera. No podía olvidar la confesión de Morgana, ni las lágrimas y el dolor que le había causado.
Tenía que darle una respuesta cuanto antes. Pero ella le había dicho que no se apresurase, que se lo tomase con calma para aclarar todas sus dudas. La cuestión era que él no era una persona muy paciente, así que se estaba volviendo loco dándole vueltas sin parar. Necesitaba una respuesta ya, necesitaba saber que era exactamente lo que sentía por ella.
En el pasado, solo una vez había pensado que podía sentir algo diferente por ella, algo más que una amistad, pero había encerrado esos pensamientos en el rincón más profundo de su mente ante la duda y el miedo de que eso pudiese arruinar lo que tenían. «No quiero perderla», recordaba haberse dicho muchas veces en aquel entonces y debido a la situación actual, otra vez se lo estaba diciendo.
En el presente, no podía dejar de dudar sobre lo que sentía o dejaba de sentir. ¿De verdad había visto a Morgana únicamente como una amiga todo aquel tiempo o en realidad la había visto siempre como una mujer con la que quería estar y se había estado mintiendo a si mismo sobre ello? ¿Por qué se mentiría en todo caso? ¿Por qué razón? ¿Solamente por temor a arruinar su amistad o había algo más?
No tenía respuesta. Por muchas vueltas que le diese no era capaz de hallar nada. No era capaz de aclararse. Su cabeza era una completa maraña de pensamientos que provocaban que ni siquiera pudiese centrarse cuando estaba trabajando, por lo que acababa cometiendo un error tras otro.
