━ capítulo tres: la cabaña.

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CAPÍTULO TRES

LA CABAÑA

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Diez minutos después, Charlie regresó hasta donde Morgana lo esperaba. El dragón prácticamente se quedado dormido en la hierba y por lo que Morgana supuso que el trabajo de Charlie había terminado por aquel día. 

—Ya podemos irnos —anunció el pelirrojo—. No vaya a ser que se nos haga de noche.

—Entonces, apresurémonos —no le hacía mucha ilusión caminar de noche por un bosque lleno de dragones y que encima desconocía.

Prácticamente recorrieron el mismo camino que la castaña había hecho con anterioridad, aunque se desviaron en otra dirección en la separación de dos caminos. Uno de ellos conducía a la entrada del Santuario de Dragones, lo sabía porque había venido por ahí, y el otro imaginó que llevaría a las diferentes casas de los dragonalistas, si es que los demás también vivían dentro del bosque como hacía Charlie.

Durante el trayecto, Morgana se dedicó a observar todo más detenidamente, pues antes estaba tan nerviosa por encontrarse con Charlie que no lo había hecho. El bosque era más bonito de lo que parecía. Los árboles tenían grandes troncos y una hermosa y frondosa copa, miles de flores de diferentes tipos y colores crecían de aquí a allá y algunos pequeños animales saltaban de rama en rama o correteaban entre los troncos. A simple vista, era muy bonito. Sin embargo, cuando mirabas más profundamente, podías ver que también había zonas más oscuras y tenebrosas que recordaban al Bosque Prohibido que se hallaba en los terrenos de Hogwarts.

Fueron solo siete minutos los que aguantó observando la naturaleza sin dirigir una sola mirada al pelirrojo. Cuando lo hizo, sus ojos examinaron el perfil del contrario con sumo detenimiento y sí, deleite. Sin duda, era un hombre bastante atractivo y las decenas de pecas que adornaban su pálida piel le daban un toque de ternura. Por no hablar de aquellos hermosos ojos color turquesa, que eran una perdición.

Sonríeme ➳ Charlie WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora