El Seductor [Yoonkook]

Capítulo 40 (Cita)

- Al fin llegas, después de que me llamaste diciéndome que siempre no fuera al hotel, creí que no vendrías - Taehyung sonrió ladinamente, aún sentado observando al menor que llegaba.

- ¿Te dije que vendría no? Yo siempre cumplo - respondió sentandose en frente del castaño. ¿Cuánto tiempo estarás aquí? - lo miró serio y Taehyung rió

- ¿Cual es la prisa por deshacerte de mi? - llevó su mano a la de Jungkook para acariciarla- te extraño - pero el la alejó rápidamente

- ¿por que me seguiste Tae?

- Ya te lo dije, te extraño, quería verte y... tenerte nuevamente. - Jungkook bufó y levantó una ceja. - ¿No me crees?

- Se supone que me odias, dices que soy un oportunista,  un entrometido rompe hogares, un interesado - se cruzó de brazos- sin embargo aquí estás,  contradiciendo esa sarta de insultos para decirme que me extrañas. Absurdo, ¿no te parece?

- Probar tu piel fue mi pecado.

- Adios Taehyung - hizo ademán de levantarse

- ¿Alguna vez te e contado lo que me pasó en la pierna? - habló antes captando la atención del menor - fue en un juicio - dijo bebiendo de su copa de vino que hasta ahora Jungkook notó - el caso era sobre una patria potestad. La mujer cometió adulterio, el hombre la demandó para tener a sus hijos con el, sobre todo por que ella era algo violenta con los niños. Afortunadamente logramos reunir las pruebas suficientes...

- ¿que tiene que ver tu pierna con todo esto?

- gané el caso - continuó ignorando la cuestión- tanto fue el enojo de la mujer que se puso a discutir violentamente, juró darme muerte incluso, traté de detenerla cuando me comenzó a jalar de la corbata para asfixiarme, entre los guardias intentando ayudar, el ex- esposo, el juez y abogados, terminé cayendo de la tarima sobre la que estabamos, caí sobre mi pierna rompiendola al instante, el golpe fue tan duro que el hueso atravesó la piel - jungkook hizo un gesto de dolor al imaginarselo - y todo lo que pude conseguir fue una amputación y un arnés, aún tengo sensibilidad en la parte superior, es por eso que el dolor a veces es insoportable. A lo que voy es que estoy conciente de todo lo que te e dicho, mi justificación es que odio a las personas que solo buscan beneficio sin luchar por ello, cuando algunos inlcuso hemos perdido una pierna por ello. - Jungkook desvió la mirada - sin embargo te veo ahora, y se que estás trabajando,  aunque luego vi que coqueteabas con Min y eso me llena de rabia y celos.

- Suficiente Tae, muy conmovedora tu historia pero nada tiene que ver conmigo. Admiro el gran abogado que eres y todo eso pero, yo no soy para ti.

- Si tan solo me dieras la oportunidad...

- ¿De demostrar que?

- Que puedo hacerte feliz y darte todo lo que deseas. - Jungkook se rió, era obvio que Taehyung podía darle mucho, pero no todo lo que deseaba.

- Por favor, no alucines. No necesito tu felicidad, necesito una vida, y no me la puedes dar.

- Tengo dinero

- No es suficiente,  quiero más que eso, quiero alguien... - lo miró de arriba abajo - de cuerpo completo- se levantó de la mesa - y eso contigo, jamás lo tendré. - roto, así se sentía el castaño - Regresa por donde veniste y deja de buscarme. - Tomó sus cosas y salió del restaurante dejando a un Taehyung abatido y con el autoestima por los suelos, la copa en su mano se rompió por la fuerza con la que la presionó, el vino y la sangre en su mano se esparció como las lágrimas por sus mejillas, jamás le habían hecho sentir tan poca cosa, nunca se había abierto tanto con alguien, sin embargo ese alguien le había destrozado por dentro, pero no se quedaría así.

Jeon Jungkook caminaba por las calles con total paz, total tranquilidad, sin imaginarse que la persona que dejó  dolida dentro de aquel restaurante, ya le estaba tomando un rencor inperdonable y que sería la primera persona en hacerle ver su suerte deshacerse cual pastel de lodo, una a una sus palabras se las tragaría y su arrepentimiento no tendría validez para entonces.
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Jungkook regresó al hotel donde estaba hospedado, las luces de la habitación estaban apagadas y solo atinó a entrar y cerrar nuevamente.

Sintió bastante calor dentro, y como supuso que Yoongi ya dormía se quitó el saco y comenzó a desabotonar su camisa, sin embargo las luces se encendieron de pronto dejando ver al pelirrojo en pijama de seda.

- Jeon, ¿tiene idea de que hora es? - el mencionado miró su reloj.

- las nueve con veinticinco minutos- respondió

- Excato, muy tarde. - el menor frunció el ceño. ¿hablaba en serio? - ¿dónde estaba?

- Fui a conocer - caminó hacia su habitación- ¿algún problema con ello, señor Min? - levantó ambajas cejas

- No, pero me preocupé - Jungkook entrecerró los ojos.

- Pudo haberme llamado - ladeo su cabeza

- Me preocupe de que llegara demasiado tarde, mañama hay que levantarnos muy temprano para irnos - el pelinegro rodó los ojos y se acercó peligrosamente al mayor encarandolo, el pelirrojo lo observo detenidamente, olía muy bien y no perdía ese tono rosado en sus labios

- ¿por qué? ¿Necesita rechazar otra oferta y quiere que luzca bien? - arrepintiendose de sus palabras el mayor estaba

- Jeon, yo no...

- ¿Como quiere que me vista señor Min? - ¿con un traje de camisa negra? Tengo algunas que hacen resaltar mis músculos- yoongi se quedó estático escuchandolo, mirandolo e imaginando aquella camisa en el. - También puedo ir con manga corta para mostrar mi piel, a los cerdos les encanta mirar mis brazos

- Basta Jeon, no sea infantil

- o mejor... - comenzó a desabotonar por completo su camisa captando la atención del contrario- en traje de baño- terminó de abrirla completamente dejando a la vista el pecho y vientre para el mayor, quien le miraba expectante observando aquel trabajo cuerpo, muy masculino, apetecible, sin embargo dirigió su mirada a la del menor y con dificultad habló

- C-con la mayor cantidad de ropa posible  - y se metió a su habitación para evitar seguir viendo al menor. Jungkook sonrió con satisfacción y entró en su habitación, la imagen de su jefe nervioso no debía olvidarla nunca.

Y Yoongi tampoco podría olvidar lo descarado y atrevido que era el menor, y rió gloriosamente por ello.