Desconfianza_

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Kyuhyun:

Al llegar a la casa trate de despertar a Sungmin pero luego de tocar su frente me di cuenta que tenía fiebre. Baje rápidamente del carro con él en mis brazos y entre a la casa, estaba seguro que me encontraría con alguien mas no tenía ni idea de cómo les iba a explicar esto.

-¿Kyuhyun?- Dicho y hecho.

-Kyuhyun ¿ese es Sungmin?- Ignorando las palabras de mi hermano Siwon subí corriendo las escaleras con el señor RyoJung como una sombra detrás de mí.

Entre a mi habitación y lo puse delicadamente sobre la cama sin tener la más mínima idea de que hacer.

-Hay que meterlo en la bañera para bajarle la fiebre- Sugirió el anciano.

-Claro…- Lo volví a tomar en brazos y lo lleve hasta el baño, fue ahí cuando entendí lo que era “meterlo en la bañera” tendría que desvestirlo…

Al retirar mi chaqueta pude detallar el….traje que llevaba encima, un disfraz de conejito erótico. Gire la cabeza un tanto apenado, respire profundamente y volví a mi tarea de desvestirlo. En el proceso me percate del gran numero de moretones y marcas que tenía por todo el cuerpo, ahogue un grito cuando observe su espalda ¿Qué demonios les hacían en esa porquería? Pose uno de mis dedos en la cicatriz más larga de toda su espalda, le recorría casi toda su extensión hasta llegar a la cintura. Sin darme cuenta comencé a seguir el camino de aquella marca y cuando llegue al final.

-No…- Un susurro casi inaudible salió de los rosados labios de mi sirviente.

-¿Sungmin?- Lo recosté a mí para poder verle la cara, lo tenía sentado inclinado hacia abajo para ver su espalda.

Abrió los ojos lentamente y me observo confundido. Bajo lentamente la mirada y se encontró con que solo estaba cubierto su miembro con el traje.

-¡Déjame!- Grito lanzándome un manotazo y apartándose violentamente de mí.

-Tra…tranquilo Sungmin, no te voy a hacer nada…tienes fiebre- Tenía las mejillas de un rojo fuego, no sabía si era por la pena o por la fiebre pero se veía mal.

-Permíteme…- Trate de acercarme de nuevo.

-¡No!- Se encogió y cerró los ojos, estaba traumado era obvio.  

-Vale…tranquilo- Me levante y salí del baño.

-No me deja tocarlo…quizás a usted si se lo permita, se ve que le quiere- Le dije al anciano que se hallaba sentado en mi sofá.

-¿Podría?-

-Cla…claro- Se levanto apresuradamente y se dirigió hasta el baño.

No escuche ningún ruido por lo que asumí que todo iba bien. Suspire y me tire sobre mi cama, era más que razonable que Sungmin no me quisiera cerca después de todos a sus ojos yo debía ser un monstruo. De repente con malicia un pensamiento llego a perturbarme “Sungmin es tuyo” demonios…Sungmin había vuelto a ser mío ¿Cómo íbamos a convivir si no me dejaba ni acercarme? O peor ¿Cómo les iba a explicar esta “situación” a mis hermanos? Estaba metido en un lío peor que cuando lo compre…

Sungmin:

El señor RyoJung me ayudo pacientemente a darme un baño. Una oleada de terror me recorrió la columna cuando desperté y Kyuhyun me tenía en brazos…pensé que quizás el quisiera lo mismo que aquel animal del prostíbulo. Ya dentro de la bañera todos los sentimientos previos al “secuestro”, esos que me obligaron a escaparme regresaron a mi corazón. Trate de sentir agradecimiento hacía Kyuhyun por salvarme pero mi corazón estaba lleno de un profundo resentimiento hacía esta familia y sobretodo hacía él, y sumado a eso un sentimiento de desconfianza ¿Por qué había ido a buscarme? Se supone que me odia ¿Qué lo impulso a cometer tal acto de imprudencia? Había algo que no me cuadraba en todo esto.

-Sungmin- La voz del señor RyoJung me saco de mi tormenta.

-¿Sí?-

-Te ves molesto…-

-No es nada, tranquilo-

-Haz pasado por cosas muy feas, entiendo si sientes rencor hacia el mundo chico pero no te preocupes ya todo lo malo ha pasado- Asentí con una sonrisa, no me iba a enfrascar en un debate con el señor RyoJung explicándole las razones por las que había terminado en aquel horrible lugar. Por culpa del que, según RyoJung, era mi salvador.

Termine de bañarme y con ayuda logre ponerme una ropa que no sé de donde salió pero tampoco quise preguntar. Salimos del baño y ahí estaba él, sentado cómodamente en su sofá leyendo un libro.

-Joven- Giro la cabeza sobresaltado, estaba tan inmerso en su lectura que no se dio cuenta de nuestra presencia.

-Oh…ya…salieron- Por alguna razón lo note nervioso algo muy inusual en él.

-Sí, creó que lo mejor es que descanse- Sugirió el mayor de nosotros.

-Cla…claro am….puedes usar mi cama si gustas yo no…yo tengo algunas cosas que hacer- Definitivamente algo le había sucedido en mi ausencia, lo golpearon en la cabeza o lo drogaron…este chico no era Kyuhyun.

-Es usted muy amable joven, ven Sungmin, recuéstate- Lo seguí vacilante, temeroso de que fuera otra de sus jugarretas.

-No, mejor me voy a mi habitación…- Decidí cayendo ante la desconfianza.

-Pero…-

-No se preocupe RyoJung-shii…alla estaré más cómodo- Kyuhyun no dijo nada, solo desvió la mirada y asintió.

Subí a mi habitación y me recosté en la cama, el señor RyoJung se quedo junto a mí un rato luego alguien llamó a la puerta y salió. En la soledad de mi cuarto mi mente empezó a analizar los hechos de ese día y de los anteriores; Kyuhyun, un chico que no quería verme ni en pintura fue a buscarme a un prostíbulo arriesgando su vida por salvar la mía ¿Qué significaba eso? Al cabo de un rato pensé que era uno de esos lunáticos posesivos que disfrutaba mi dolor y me veía como su juguete, un juguete que no deseaba compartir. Un escalofrió me recorrió la espalda ante tales pensamientos ¿Era Kyuhyun más sádico de lo que yo pensaba? Parecía que sí. Con más razón no podía bajar la guardia, si bien no puedo irme de esta casa tampoco le dejare que vuelva a limpiar el piso conmigo como lo hizo antes, no señor, ya no soy más su perrito faldero.

Hermoso ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora