You, Like Euphoria

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Siempre ha sido un hombre tímido. Desde pequeño, luego la juventud puberta, seguido temprana adultez y fue así sin excepción. Es socialmente inepto y queda incluso raro en alguien como Jeon Jung-Kook. Ya sea su apariencia de adonis está su capacidad de ser prácticamente bueno en todo lo que le planteen. Desde su edad más tierna se la vivió opacando a su Hermano por ser mejor que él.

Adinerado, poderoso y con belleza que muchos envidian. Si a ese perfil le sumamos el ser tan tímido que es incapaz de ver a nadie a los ojos por más de dos segundos o siquiera responder cuando le hablen. Hace que de algún modo, a pesar de lo grande que se ve, quede como una persona muy tierna. Para muchos resulta adorable su forma de ser tan retraída. El problema es que sus padres comienzan a alterarse por la falta de relaciones de su hijo menor.

Ya han superado el tema de que su hijo sea homosexual. Entre que él confesó y que verlo hablar con una mujer es igual a agonía, por motivos que solo él entiende ya queda clara la inclinación. Costó, pero tienen el consuelo de que su hijo mayor si es heterosexual y al menos tendrán el gusto de todo lo que significa.

Jungkook es... Especial, incluso llegaron a tener curiosidad por quien podría ser su pareja. Tanto así que su padre prácticamente le rogó que se tomará al menos un poco tiempo para encontrar a alguien que le guste. Así sea la cosa más superficial de la vida.

Para Jungkook es como pedirle que se bañe en aceite, se prenda fuego y no quemarse.

Ya tiene treinta años y su vida sentimental -por ende, también sexual-, es nula. Más que homosexual, se cree asexual por su rotundo desprendimiento a todo el asunto que implica juntarse con alguien más. Sabe que preocupa a su familia en su larga soltería justificada en tener pena de todo... el asunto es que no sabe cómo empezar ¿No hay un manual o algo que se lo haga más fácil? O que le diga como hace. Podría quedarse viendo una pared con cara de trauma solo pensando en eso.

En este proceso se fue a Corea del Sur a pasar un tiempo dirigiendo la empresa que tiene ahí. Admite que es de sus favoritas.

El primer día que fue alguien lo chocó. Se le cayeron sus papeles, le botó el café encima y los que parecen sus compañeros lo rieron a más no poder.

Le dio hasta un poco de pena con el hombre que- mierda ¿Si acaso tiene dieciocho o diecinueve años? Se ve muy niño. Su cara es adorable. Por otro lado, tampoco es nada del otro mundo. Ojos rasgados, pelo negro, piel pálida y algunas perforaciones. Nada que lo haga especial y si lo sumamos a que está siendo un oficinista a su posible corta edad, es un ciudadano de lo más estándar. Uno torpe y que aparentemente no cuenta con mucho aprecio por parte de sus compañeros. Prácticamente se olvidó de él unas horas después.

Otro día por cosas de la vida se lo topa en una sala de descanso. No supo si lo notó o no, se va riendo de algo en su celular con pantalla rota. Su risa se le hace contagiosa al tiempo que dulce mientras se dobla. A partir de ese momento toma la libertad de saber quién es; se lo encuentra en todos lados.

Sin saber que en realidad lo buscaba muy inconsistentemente.

Se llama Jimin, apenas tiene un par de meses trabajando como contador. Graduado, familia normal, una lista ENORME en su currículum de trabajos que ha tenido. Absurdo en su opinión en referencia a su edad. Por un momento incluso pensó que era mentira para conseguir empleo. Muchos lo hacen al principio. La realidad es que cuando pidió las referencias, recibía confirmación de que realmente estuvo en todos y cada uno de esos empleos.

Con esos datos se hace fácil sentir que lo conoce un poquito. Lo emociona por razones sin sentido. En contraste con su emoción, logra darse cuenta sin esfuerzo lo apagado del muchacho más joven que él. Da un aspecto de estar deprimido y se acentúa cada día que lo ve sea al entrar o pasando frente a su monótono cubículo.

Tuvo ganas de acercarse a hablar con él, quizá preguntar si está bien. El problema es que no logra a reunir ni un poco de valor para hacerlo. Se paraliza al instante y acaba por irse. Tamaña desgracia que incluso se sabe sus mañas.

Va al baño exactamente quince minutos después de comer, tarda diez en volver. Se relame los labios con frecuencia. Mantiene la boca entre abierta al estar concentrado. Se hace el cabello para atrás de manera constante. Tiene una manía por los anillos.

Cuando es muy tarde y no hay prácticamente nadie se pone a cantar a media voz -lo ha grabado en secreto con su celular-, parece que su "almuerzo" debe ser cada día menos por quién sabe cuál razón.

Le da dolor. No entiende porque tiene la impresión de que Jimin es una persona más libre o colorida. Más libre e inquieta. Que muere lentamente en un cubículo de oficina. La oportunidad de su vida se presenta un día cualquiera y sin previo aviso.

Jimin se pintó el cabello de rojo.

Jimin se pintó el cabello de rojo

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Es ridículamente resaltante. Es vibrante. Deslumbrante y lo deja pasmado en su sitio de solo mirarlo. Queda con la boca entreabierta de la impresión y del gusto. Que se volviera un flamante punto rojo entre la muchedumbre sólo aumentó el deseo de hablar con él, pero ¿Cómo hacerlo sin lucir como un atolondrado millonario que apenas puede hablar con sus padres? Incluso puede lucir como acosador. Tras mucho pensarlo en su oficina, Jeon Jungkook decide qué hacer:

Compró un ramo de flores.

Sabiendo su rutina no se hizo cuesta arriba ir a ponerlo en su oficina. Pasó desapercibido al momento de entrar ahí. Como si Jimin ni siquiera fuese relevante para los demás. Escribe apurado una pequeña y sencilla nota:

Te queda bien el rojo

Su cerebro no pudo más. Deja la nota entre las flores y se da a la fuga. Espera unos minutos, Jimin llega y busca a quien dejó el ramo; arruga la expresión, se pelea consigo mismo un rato. Acaba por sonreír con el ramo en las manos. Huele las flores, acaricia los pétalos y por la noche se las lleva a casa. Jungkook da brinquitos en su asiento de la emoción.

Son como las primeras palabras que le dirige y en teoría Jimin dijo un "gracias" ¿No? ¡Pudo hacerlo! No es directo, es algo ¡Es un Inicio!

Que bien se siente... a pesar de sentirse morir.

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