1.6 Floreciendo

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Al salir del restaurante Jungkook lo lleva a pasear por una gran cantidad de plazas en lo que va tomando fotos con su cámara. Un hobbie, dando lugar a su empeño en sacar fotos de Jimin sin que este se de cuenta.

Pronto será fin de año, faltan dos días. Pasaron navidad juntos de una manera bastante íntima. Se detuvieron a mirar un árbol enorme, Jungkook toma discretamente una foto de Jimin con la cabeza alzada para intentar ver la punta del enorme adorno.

—El año pasado me llegaron ramos de flores en navidad y año nuevo.

—También los tendrás este año.

—No hacen falta, prefiero al remitente. —Sonríe divertido, Jungkook sigue viendo la cámara, avergonzado.

Tuvieron un buen recibimiento de año nuevo los dos solos. Jungkook declinó con gentileza la invitación de su familia para ir con ellos. Se siente incómodo con ellos, los cuales son notoriamente más extrovertidos que él. Prefirió pasar el momento con Jimin, quién aun en su retraída manera de comportarse lo entiende y sonríe de esa manera tan radiante que le encanta.

Aun si no se hace en las fiestas, Jungkook presentó a Jimin a su familia. El pobre se quedó en la luna con la efusividad con la que fue recibido. La sorpresa de que aceptaran con semejante facilidad que su hijo salga con un hombre lo dejó aturdido; no por ello se entristecía, de hecho, resultó tan motivador que esas personas lo aceptaran.

Ser aceptado. Como quisiera que sus amigos lo hubieran hecho.

No fue la única sorpresa que Jungkook le dio. Un día simplemente lo llevó a un estudio. Hay varios cuartos con espejos, salones de grabación. Jungkook contó que él y su hermano decidieron tomar una división en cuanto a las empresas que su padre hizo. Su hermano se quedó con las partes con respecto a electrodomésticos, autos y las que abriera en el camino; entre tanto, él se quedaría con lo que siempre le ha llamado la atención: Arte.

Por ello la compañía de diseño le toca a él, junto a una marca de ropa femenina en Corea. Su último capricho hace un par de años fue hacer una compañía discográfica a la cual le iba muy bien y en ascenso poco a poco como a cualquier otro.

Como tal, Jimin no entiende qué sentido tiene ser llevado ahí aparte de hacer saber que Jungkook tiene responsabilidades hasta el cuello y el estrés debe estarlo matando sin que, a pesar de ser su secretario, sea capaz de darse cuenta. Se pregunta porque no se suma esto a su agenda por consiguiente.

—Tengo una secretaria aquí—Hace una mueca ¿Tendrá una en cada sitio? Que mal suena...—. Preferí dejar esto en secreto hasta saber un poco más de ti.

— Muy ¿Bien? ¿Saber qué? —pregunta un tanto curioso, la tentación de entrar a esa sala llena de espejos y bailar un rato es muy fuerte. Hace tiempo que quiere, hacerlo en un lugar así es nostálgico a sus clases de danza.

—Cosas—Corta Jungkook—. Ahora quisiera hacerte una pregunta... Importante, que te la tomes con mucha seriedad—Advierte, Jimin asintió con extrañeza y viendo a Jungkook por sobre las gafas cuadradas—. ¿Te gustaría ser cantante ahora?

— ¿Ah?

—Tienes la forma. Sabes cómo funciona. Lo que se necesita. Tomaría apenas medio año todos los preparativos para iniciar y me gustaría saber si... tú quieres... Iniciaríamos en Corea evidentemente, pero produciríamos desde aquí. Tengo permiso para hacer eso. —explica atropellado y nervioso por la cara dudosa de Jimin.

—Yo te dije que no-

—Ellos hicieron su vida; ellos hicieron su sueño y algo como eso no puede impedirte a ti hacer tu sueño. Aun si no sale bien lo habrás intentado. —Lo toma de las manos, gestos íntimos y de cercanía no son algo raro entre ellos en público. Jimin cumplió su palabra de ser bastante descarado.

Solo con Jungkook obviamente, con los demás Jungkook ha notado que es tímido.

— ¿Y qué pasa con esto? Es... Corea, no es-

—No pienses en nada de lo demás—Advierte—. Piensa en lo que tú quieres. Es en serio lo que te dije antes, te daré todo lo que quieras y si eso es llevar a cabo ese sueño haré lo posible por cumplírtelo. Quieres sí o no.

Los labios le tiemblan ¿Qué ignorara todo? ¿Cómo se supone que haga eso? Es tan complicado para él. Las opiniones ajenas le importan demasiado. La opinión de Jungkook es ajena, aquella simple evasiva lo lleva a una conclusión: Si prestaba más atención a Jungkook únicamente, todo estará bien, no va a ser relevante lo que dijeran los demás.

Solo a Jungkook le importa en realidad Park Jimin. Nacido en Busan, con particular capacidad para ser "tierno" sin hacer nada; que hace sinvergüenzuras y se arrepiente a los tres segundos riendo; un amor por los anillos, pendientes y tintarse el cabello de colores.

—Si me gustaría. —responde en voz baja, Jungkook le besa la mano con una sonrisa y arrugando la nariz.

De ahí en más tuvo unos seis meses muuuuuuy largos, agotadores y donde literalmente depende de Jungkook para subsistir. Aunque la empresa está en América, es totalmente coreana. Todo el personal lo es, incluyendo al instructor de baile que parece amar ponerle cada vez más complejo el asunto; lo hace bien, apenas se da cuenta de que es así lo pone peor.

No siente las piernas.

Lo peor ha sido el profesor de canto. Aunque supuestamente ya está listo, siente que lo hace fatal y ya no sabe cómo se supone que se canta si es que en algún momento lo supo. Una sola canción es escrita por él, las otras del mini álbum que saldrá son escritas por un compositor desconocido, Jungkook lo ha mantenido en un secreto.

Se le hace ligeramente familiar por llamarlo de alguna manera. Tiene la fuerte impresión de conocer a quien la escribió. Lo cual resulta letalmente imposible, porque no es alguien que tenga contactos o similar. Tras seis meses de preparación, dos meses de grabar y grabar hasta que saliera del modo que quería -nadie le iba a decir que esas notas estaban bien, que voz más quebradiza-.

Ahora toca la promoción.

Por ende, tocan fotos.

No tiene problema con eso, es adicto a tomarse fotos por lo que no será un problema. El asunto es que no cree que ir con un cabello rubio y raíces negras sea llamativo. Pensaba en pintarlo, pero no sabe cuál color. No está atraído a la idea de repetir, pensó en gris y rosa; incluso en el rojo.

Luego desecha al idea y hoy que está con eso encima se queda mirando y mirando como un imbécil las rosas que Jungkook le trajo. Son de un tono azulado muy bello en lugar del típico rojo o rosa.

— ¿Aun pensando en eso?

—No en realidad, pero...— recuesta de él, usándolo de silla y almohada. Jungkook es perfecto para eso.

—Me gustaba mucho el naranja.

—Lo sé. Una zanahoria.

—Mochi de Naranja.

—Quiero otro color que no haya usado hasta ahora. No puede ser rojo, rosa, gris, naranja, negro, rubio en cualquier tono—Suspira haciendo un puchero—. No sé ¿Hay más colores siquiera?

—Puede ser fucsia, morado ¿Verde? ¿Marrón? No sé qué tal se vería el gris —Juega distraído con las manos de Jimin—. Puedes simplemente decolorar las raíces y quedarte rubio. Te sienta bien, es tran-

—Azul—Ladea la cabeza ¿Por qué nunca consideró el azul? —. Oh bueno... Azul... que se vea muy azul.

— ¿Y eso?

—Para ser una flor. —Pone ambas manos en sus mejillas antes de reírse y recostarse de él aún más.

—En la antigüedad, el azul era un color de realeza... sagrado, infinito.

— ¿Cómo sabes eso?

—Recuerda que estudie diseño gráfico.

—Lo sé, pero eres muy olvidadizo con eso.

—Jimin-ssi va a ser como una sirena entonces~—Cambia de tema.

Just Like Serendipity || KookMinWhere stories live. Discover now