Capítulo 13

333 27 22
                                    

—¿Qué hacía Kalluto con ustedes? —fue la pregunta que parecía haber desencadenado aquella conversación de horas que ayudó a recuperar los años sin verse.

     Las múltiples posibilidades de responder a eso fueron consideradas por Kurapika, preocupado por la respuesta que fuera a recibir, no se veía diciendo algo que ni siquiera el mismo asimilaba. Leorio también procesaba que tan buena idea sería responder a Killua que su hermano ahora era parte de las arañas... y no sólo él sino también Illumi; este detalle era un hecho de lo que solo Leorio estaba al tanto.

     —¿Qué hacen ustedes aquí? —preguntó de regreso para encaminar el tema a terrenos menos arriesgados.

     —¡¿Ah?! —rugió Killua frunciendo el ceño, trayendo consigo risas por parte de Gon.

     Alluka tampoco pudo evitar esbozar una contenta sonrisa por ver lo bien que su hermano mayor se llevaba con sus amigos

     —Leorio, yo vivo aquí —Gon apuntó con obviedad y risas por lo bajo.

     —¡No me refería a ti! —aclaró exaltado con su entrecejo tocándose— Quiero decir, ¿qué hacen Killua y su hermana aquí?

     Los hombros de Kurapika descansaron ante el sosiego, afortunadamente la conversación se tornó lejos del tema Kalluto. Miró de reojo a los dos Zoldyck, quienes ahora intercambiaban palabras, ignorando por completo las desesperadas correcciones que Leorio soltaba con pena.

     —Ése era nuestro hermano, ¿cierto? —preguntó la menor con afecto.

     —Sí —respondió—. Pero ustedes no se habían visto desde hace diez años, ¿pudiste reconocerlo? —dijo admirado.

     —¡Claro! —replicó con una enorme y dulce sonrisa—. Tiene los mismos ojos que papá y el abuelo —asintió juntando sus palmas.

     Esa cariñosa charla entre los hermanos no hizo más que dejar perplejo a Kurapika. La familia de Killua era particular, pero aquello era demasiado como para poder entender que sucedía; no obstante, atribuía mayor sentido a las reacciones del tercer hermano contra Alluka. Su mirada quemaba y toda acción que fuera a realizar era incierta... hasta que el mismo Killua le vio y su belicosa exaltación se convirtió en aflicción.

     Kalluto desapareció de la vista de todos y, aunque Killua estaba sorprendido de verle, no hizo esfuerzo alguno por detenerle o hablarle.

     —¿Y ustedes qué hacen aquí? —Gon preguntó con incredulidad, aun cuando ciertamente tenía un deje de intriga.

     Killua espontáneamente se vio contagiado por esta misma, mientras gradualmente las expresiones de sus amigos tomaron seriedad. La respuesta a ello evidentemente traía una larga y nada segura historia detrás, porque desde que recibió la cita de Kite a ese lugar, la alerta recorrió todos sus nervios.

     Sus ojos se volvieron a su hermana quien, al notar este abrupto cambio en él, trazó preocupación en su rostro. Kurapika no tardó en advertirlo, sabiendo que lo que vendría no era algo que Killua querría que ella escuchara.

     —Alluka —llamó afablemente—, ¿te gustaría conocer al bebé? —propuso con una atenta sonrisa, sabiendo que la presencia de Wobble, que ahora se encontraba con la tía de Gon, había intrigado a la joven.

     Killua apoyó rápidamente, colocando la mano sobre su cabellera, a lo que ella con emoción respondió: —¿En serio? —asintió de nuevo dándole ánimos. Alluka le regresó la sonrisa a Kurapika—. Gracias —dijo con total simpatía. Nadie hubiese podido saber que ella reconocía su voz de llamadas que escuchó a su hermano tener.

ReverberaciónWhere stories live. Discover now