El comienzo de una gran historia.

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Sofía era aún muy pequeña cuando comenzó a sentirse atraída por su compañero de deportes, “el príncipe Hugo".
Tenía tan solo 9 años cuando sus sentimientos cambiaron y dejó de verlo solamente como a un compañero de juegos, para convertirse en algo más. Gracias a esto, la llegada de nuevos intereses y sentimientos se asentaron en su vida.

Lo conocía desde los 7 años, pero como toda buena historia, su primer encuentro no fue tan romántico, la pelea y el descontento se había clavado en ambos, desde el primer momento.
Afortunadamente pudieron superarlo y se convirtieron en un buen equipo. Podían competir juntos en el Derby volador, patinar sobre hielo e incluso jugar a los bolos.

Inicialmente el carácter de Hugo solía ser muy superficial, pero con la ayuda de Sofía, se volvió más flexible.

En contraste, Sofía siempre fue una persona bondadosa, capaz de ayudar a cualquiera que lo necesitará. Además, todo aquél que la conocía, afirmaba que se trataba de un ángel caído del cielo.

No es lógico, pensar que un alma tan buena pudiera dejarse llevar por los sentimientos negativos.
Los celos, la obsesión y el descontento, orillaron a la pobre princesa a convertirse en una persona despreciable.

Todo comenzó cuando los jóvenes de Encantia tenían 17 años.

El rey Roland y Amber se preparaban para recibir al rey Garrick y a su familia en una cena de negocios.

Amber no comprendía el fin de esta reunión, pero su futuro cambiaría desde ese momento.

~Un placer rey Garrick. Sonrió la rubia haciendo una reverencia.

~El placer es todo mío Princesa. Contestó el hombre con refinamiento. ~ Es un gusto visitar Encantia después de tantos años, veo que has sabido encaminar bien a tu hija. Mencionó girando su vista hacia Roland.

~Así es Garrick, Amber es una princesa bien educada, la mejor en su clase.

~No me cabe duda, ahora no tendré miedo por Albuquerque, sé que Encantia al mandato de Amber, será un buen aliado.

~¿Haremos negocios, papi?

~Así es, Encantia enviara algunas criaturas mágicas a Albuquerque y ellos nos ayudarán a entrenar a nuestros guardias reales.

~Bueno, entonces nos veremos a menudo, rey Garrick ¿Cómo están sus hijos? Pensé que nos acompañarían.

~Axel tiene una cita de negocios con la princesa Astrid de Freezenburg. Hugo, tuvo una competencia de patinaje sobre hielo, ambos les enviaron sus disculpas.

~No importa, los veremos pronto. Contestó Roland.

En ese momento, un conejo entró repentinamente al salón principal, siendo seguido por la princesa Sofía que tropezó frente a todos.

~Lo siento mucho. Contestó incorporándose de inmediato.

~Veo que has crecido mucho, ya no eres la niña de mis recuerdos, aquella que bailó junto a mi hijo en el recital sobre hielo. Comentó el rey Garrick con delicadeza.

~Han pasado 6 años. Intervino el rey Roland.

~Lamento mucho haber entrado de esa forma, Clover no se ha sentido bien estos días ¡Realmente no quería importunar!

~No te lamentes, hiciste nuestra reunión más divertida, estoy seguro de que a Hugo le hubiera encantado verte.

~¿Usted cree? Dijo con los ojos llenos de esperanza.

~En el pasado no hacía más que hablar de ti. Yo creo que nada ha cambiado.

Sofía sonrió con alegría, mostrando el rubor que había aparecido en sus mejillas.

Mientras tanto, Hugo se encontraba practicando sus giros en medio de la pista de hielo. No había persona que  pudiera ejecutar los pasos de manera tan perfecta y delicada como él.

~¿Sabe dónde está mi padre?, se supone que partiríamos a Encantia después de mi práctica.

~Su majestad, él partió hace más de una hora.

Hugo bajó la mirada con decepción.

~Te agradezco mucho, Max.

Unas horas más tarde, su padre se encontraba de vuelta en Albuquerque, y Hugo lo esperaba pacientemente en su estudio.

~¿Por qué te fuiste sin mi? Esto también me concierne.

~Quería inspeccionar todo antes de llevarte. ¿Estás seguro que quieres casarte con alguna de las princesas de Encantia?

~Nunca había estado tan seguro. Dime ¿Qué es lo que viste?

~Amber es un princesa excepcional y será una magnífica reina en el futuro, además su belleza es cegadora. Por otra parte, Sofía me pareció un poco desastrosa, aunque es muy divertida y gentil, ¡te aseguro que es tal como la recuerdas!

~Mañana visitaré Encantia, lo que me dices no me hace dar una idea de lo que quiero para mí futuro.

Garrick palmeó el hombro de Hugo y salió rápidamente de la habitación.

A la mañana siguiente, Hugo ya se encontraba en uno de los jardines de Encantia.
Todo lucía distinto, el correr de los años se hacía presente con cada paso que daba.

~¡Clover! Vuelve. Se escuchó una voz al final del jardín.

La figura esbelta de una joven relucio frente a sus ojos. Cabello castaño hasta la cintura, ojos azules y pestañas pobladas y largas, ¡toda ella era perfecta!

~¡Sofía! Tartamudeo.

~Lo soy... ¿Tú quien eres? En seguida el recuerdo volvió a ella y con asombro gritó su nombre. ~¡Hugo! ¿Qué haces aqui?

~Vine a disculparme con tu padre por no asistir a la reunión de ayer, pero ahora me arrepiento ¡Siempre es un placer ver a mis viejos amigos! ¿Cómo están James y Amber?

~De maravilla, James está en la escuela de caballeritos. Amber está en su habitación ¿Quieres que vaya por ella?

~Me gustaría charlar contigo, después saludaré a tu hermana. ¡Hay tantas cosas que me gustaría saber!

~Esta bien Hugo, ¿Cómo estás?

~No tan bien como tú, Sofía, la vida te ha privilegiado, estás más bella que nunca.

~Tu siempre has sido guapo, el más guapo de la escuela real. Comentó con la cara totalmente roja.

~Estaba muy nervioso por volverlos a ver, pero me doy cuenta que todo es como antes. Me alegra tenerte a mi lado de nuevo. Exclamó entrelazando su mano con la de Sofía.

~Espero que vengas a visitarnos con más frecuencia.

~Oh claro, me verás a menudo. Encantia y Albuquerque tienen algunas negociaciones en puerta. Contestó acortando la distancia entre ambos.

~Te reto a una carrera de caballos. Gritó al sentirse acorralada por el amor.

Hugo observó como Sofía corría en dirección al establo y sin pensarlo comenzó a perseguirla.

~Sabes que no me ganarás, soy el mejor en Derby.

~Eso está por verse Hugo, he practicado día y noche, esperando poder retarte algun día.

~Veo que esperabas volver a verme.

~Lo he esperado desde que nos separamos.

Fue así que ambos jóvenes subieron a sus caballos voladores, como en su época de niñez.

La maldad de la juventud. La otra cara de la moneda.Where stories live. Discover now