Capítulo 49.

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Capítulo 49.

Cada vez que pensaba que nada podía ser peor, la vida me golpeaba en la cara demostrándome que sí. Claro que podía ser peor. Y por supuesto que Lauren iba a estar involucrada en ello.

Ayer por la tarde Lauren había restringido las visitas, cuando su abstinencia volvió a enloquecerla.
A Lucy y a mí nos explicaron que al no recibir la medicación que le daban en rehabilitación, los síntomas no se iban a detener en lo absoluto. Por lo que sólo pudieron sedarla para que durmiera.

Pude verla unos minutos antes de que negaran las visitas, y era como si el dolor estuviera consumiéndole el cuerpo. Se retorcía como si sus músculos se contrajeran y necesitara ayuda para detener todo ello.
Sus ojos rogaban por ayuda, pero yo no podía hacer nada, y los médicos tampoco.

Hace unos minutos vino su enfermera del centro de rehabilitación. Sarah. Y entró rápidamente junto con el doctor.
Lucy la había contactado, supuse porque Lauren se lo había pedido. Pero no sabía qué podía hacer ella para ayudarla.

Lucy: Aquí tienes. -dijo llegando a mi lado con un café, ya perdí la cuenta de cuántos llevaba.- Deberías ir a casa.

-Deberías estar en la bienvenida de la Universidad.. o algo así.

Lucy: ¿Qué haces aquí entonces?, ella no nos permitirá verla, Camila. No quiere que veas... a lo que llegó.

Asentí, ya porque toda la situación me tenía en completa resignación y agotada tanto física, como mentalmente.
Esa chica me estaba volviendo loca.

Simplemente bebí de mi café, acobijándome a mí misma en el asiento de hospital.
No sabía qué era lo que debía hacer, o siquiera el porqué seguía allí cuando ella no me permitía verla.
Mis padres me pedían que fuera a casa. Que la viera cuando ella quisiera, o cuando se sintiera mejor. Que me preocupara del comienzo de mi vida universitaria.
Pero cómo podía hacer aquello, cuando la chica que amaba seguía cayendo. Una y otra vez. Sin permitirme ayudarla.

Sarah salió de la habitación con una mirada que trasmitía gran calma y ternura. Sentándose a mi lado y entregándome una sonrisa reparadora.
Su presencia entregaba comodidad, supongo porque era parte de su trabajo. Pero lo agradecía bastante.

Sarah: Hola, cariño. -me sonrió.- Soy Sarah. Nos vimos en el centro de rehabilitación hace unos días.

-Hm.. hola. -asentí.- ¿Ella está bien?

Sarah: Estuve hablando unos momentos con ella, respecto al tratamiento que debe seguir.

-¿Por qué usted está aquí?, ella se escapó.

Sarah: Ella no estaba bien en ese lugar.

-¿Y cree que está bien aquí?

Alcé la voz, sintiendo la mano de Lucy tocar mi pierna para que me calmara. Pero siquiera yo estaba entendiendo mi manera de reaccionar. Sólo sentía la necesidad de culpar al resto de todo lo que estaba sucediendo.

Sarah: Cuando la ayudé no pensé en que podía acabar aquí.

-¿Usted la ayudó a escapar? -volví a alzar la voz, soltando una risa sarcástica.- Pero..

Lucy: Camila, ya basta.

Sarah: Escúchame, cariño.  Debes hablar con ella respecto a esto, pero no la juzgues antes de saberlo todo. -esta vez miró a Lucy.- Gracias por buscarme. Intenté comunicarla, sin saber que estaba aquí.

Susurró con tristeza, pero yo estaba molesta. Sin reconocer si lo estaba con ella, con Lauren o con la situación.

Sarah: Ella no puede volver a internarse en este estado. Dificulta todo su tratamiento, ya que ella necesita uno constante.

Next To Me. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora