Capítulo 48.

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Capítulo 48.

Mis dedos dolían al apretar con tantas fuerzas mis brazos, intentando cobijarme en mi propio cuerpo.
Estaba sentada en el suelo hace horas. Sin poder quitar de mi mente el momento en el que sus ojos verdes perdían vida frente a los míos. Cómo su mano dejaba de sujetar la mía, a pesar de que yo la buscara con desesperación.
Cómo mi corazón se detuvo al notar todo lo que estaba sucediendo. Lo que estaba perdiendo.

Lo recordaba a la perfección, cada minuto, cada segundo, en el que la persona que amaba con todo lo que tenía.. iba desprendiéndose de la vida.
Los gritos de las enfermeras, los que corrían de un lado a otro, mientras la ingresaban con rapidez a urgencias. Su cabeza cayendo ligeramente hacia un lado por el movimiento brusco de la camilla. Dejándome completamente sola, de pie en la entrada del hospital. Mirando el hondo pasillo por el cual se llevaban al amor de mi vida.

Traumatismo cerebral severo, que produjo un sangrado interno grave, me comentó un médico momentos después.
Y eso fue lo que me hizo volver a la realidad. Un golpe tan brutal, que me obligó a asimilar las cosas.

Estaba sola en urgencias, sin soltar ni una lágrima, ni un sólo sollozo hasta ese momento. Pero eso fue lo que me hizo desviar la mirada del suelo. Mirando al médico que ya estaba preparada para sujetar mi cuerpo. Allí todo se detuvo para mí.

La amaba con todo lo que mi cuerpo y alma me permitía, y casi la perdí. Pero la tenía.

"Está estable, pero el golpe lastimó algunas áreas importantes". Me dijo, y sólo pude caer de rodillas al suelo al sentir cómo mis piernas ya no reaccionaban ante el alivio.

Ahora me encontraba fuera de la habitación de cuidados intensivos que le habían asignado. Con mi tercer café en una de mis manos, y mis ojos quemando al no haber dormido en lo absoluto.
Lucy estaba a mi lado, aunque desparramada por los asientos a mi lado, durmiendo como si se encontrara en su cama. Ya viéndose tranquila desde que supo que su mejor amiga estaba estable.

xx: Buenos días. -susurró el doctor que llegó a mi lado, mientras miraba su reloj un segundo.- Vengo a ver su avance. Ya debería estar despertando.

-¿Puedo entrar? -pregunté con mi voz quebrada y ansiosa, levantándome para quedar frente a él.- Por favor.. sólo serán unos momentos.

Él asintió, permitiéndome entrar primero.
Tristemente, me esperaba verla de esa manera. Tal vez porque no era la primera vez que me encontraba en esta situación. El de verla en esa cama, como si la vida lentamente comenzara a volverle al cuerpo.
Las máquinas escuchándose en periodos rítmicos, marcando los latidos de su corazón. Un lado de su cabeza vendado, su piel muy blanca, con ligeras media lunas bajo sus ojos y bastante más delgada que la última vez que la vida. Lo que no noté cuando la encontré en el suelo hace unas horas.
Ella se encontraba mirando la habitación algo asustada, como si acabara de despertar.

xx: Despertaste. -habló casi en un susurro, acercándose a ella con una pequeña linterna de diagnóstico que acercó a sus ojos por unos segundos.- ¿Cómo te sientes?

Sus ojos dieron con los míos, mostrándome lo agotada que estaba, pero sin que su mirada dejara de brillar.

Lauren: Que.. que hermosa.

Solté un suspiro, junto con una pequeña sonrisa. Aliviada de comenzar a verla estable.
Era lo primero que decía, siquiera preguntó la razón por la que se encontraba allí, y me revolvió el estómago.

Lauren: Y ahora... ¿Qué.. qué demonios pasó?

xx: Por lo que tu mejor amiga me dijo.. te estrellaron la cabeza mientras peleabas con una chica.

Next To Me. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora