Capítulo 34.

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Capítulo 34.

*POV Lauren*.

Entré cabizbaja a la escuela, con la mirada fija en mis pies mientras caminaba a mi casillero. Sintiendo como la ansiedad me comenzaba a subir por el cuerpo.
No quería estar aquí.

A penas saqué mis cuadernos de mi casillero, Theo, un chico de mi clase, al parecer sin darse cuenta me golpeó el hombro, logrando que todas mis cosas terminaran en el suelo.
Como acto reflejo lo empujé con fuerza, volviendo mis manos en sólidos puños. Sentía cualquier acto en mi contra como algo completamente peligroso, y yo solo quería defenderme. Todo me aterraba.

-No me toques, idiota.

Theo: ¿Y si lo hago qué?

Me desafió, acompañado de una sonrisa de superioridad, y como si Camila se encontrara en mi cabeza, sus palabras se reprodujeron como grabadora. Recordándome que no debía meterme en problemas, así que solo guardé silencio. Agachándome para ordenar todas mis cosas.

Theo: Eso creí.

Y se fue, dejándome con la mirada de las personas en el pasillo. Esto llegaba a ser ridículo y vergonzoso.
Me apresuré a llegar al salón, y me senté al fondo como siempre. Aún estando sola, ya que la clase comenzaba en unos cuantos minutos.

Mis ojos se cerraban casi solos, culpando a los medicamentos que aún debían tomar. Supongo que me merecía estar tomando antidepresivos.

Mi teléfono comenzó a sonar en mi bolsillo, y la primera sonrisa de mi día fue gracias a ella.

-Hola, Camz.

Camila: Hey.. ¿Cómo estás?

Sabía que ella estaba preocupada y afligida respecto a los problemas recientes que habían sucedido.

-Bien. Te extrañaba.

Camila: Yo.. -suspiró.- Siento mucho lo que pasó ayer.

Me distraje al ver como los chicos comenzaban a entrar al salón, y a sentarse mientras reían y hablaban entre ellos.

Camila: Lauren, dime algo.

-Te amo.

Camila: También te amo. De verdad. Quiero lo mejor para ti y..

No logré terminar de escucharla, porque el mismo chico que me empujó al llegar me había quitado el teléfono de la mano.

Theo: Eh, ¿Con quién hablas?

-Devuélvemelo, imbécil. -me levanté de mi asiento, apretando mis manos nuevamente. Observando como él colocaba la llamada en altavoz, recibiendo la atención de los demás.- Dámelo ya.

Theo: ¿Hola? -rió, como si fuera lo más gracioso del mundo.- ¿Hablo con...?

Camila: Eso no te importa, idiota.

Esa era mi chica.

Theo: Wow, solo quería hablar contigo. Lauren parecía realmente feliz, y vamos. Quería saber porqué.

Camila: No me interesa. Quiero hablar con ella.

Theo: Tienes una bonita voz.. ¿Nos conocemos?

Camila: Por suerte no. Ya devuélveme con mi novia.

Theo: ¿Tienes novia? -rió, hablándome tan fuerte que toda la clase guardó silencio.- ¿Cómo se llama?

Y simplemente me cansé.
Le quité el teléfono de las manos, y lo golpeé directo en la boca. Tal vez por las ganas que tenía desde que llegué.
Sin embargo él quiso golpearme también, pero me hice hacia un lado, y sólo pudo lastimar algo mi ceja, quedando desconcertado.
Tomé mis cosas y salí del salón. Viendo como el profesor apenas entraba.

Camila: ¡Lauren!, ¿Estás bien?, dime que no lo golpeaste.

La escuché decir mientras volvía a acercar el teléfono, y caminaba rápidamente fuera de la escuela.

-Yo.. lo siento. Debo irme.

Camila: ¡Demonios, Lauren!

Y corté, soltando un suspiro agitado, debido a lo mucho que me había gustado golpearlo. Me gustaba sentir el control, me gustaba esa adrenalina.

-Hola, Sam.

Dije sonriéndole al que ha sido mi entrenador las veces que he peleado, mientras entraba al gimnasio luego de haber caminado un tiempo antes de ir a casa.

Sam: Hola, Lauren. -se acercó a mí, mientras se quitaba los guantes de sus manos, junto a las vendas bajo ellos.- ¿Qué te trae por aquí?

-Quería saber si hay alguna pelea en la que pueda participar. Supongo que.. traigo energía que quiero gastar.

Sam: Sí, me di cuenta. -rió, acercando uno de sus vendajes a mi ceja que había sido golpeada esta mañana, la que supuse había sangrado.- Hay una este sábado. Puedo apartarte un espacio si quieres. Aunque no es una competencia sencilla.

-¿Por qué?

Sam: Son tres peleas. Si ganas las tres, llegarán ciento cuarenta dólares a tu bolsillo. ¿Estás dentro?

-Por supuesto. -sonreí. Porque realmente me gustaba pelear, y qué mejor que me paguen por hacerlo.- ¿Cuándo podré entrenar?

Sam: Mañana a las ocho. -asentí, sabiendo que a esa hora eran las llamadas con Camila.- No necesitas entrenar demasiado, solo para prepararte. Te veo mañana.

Se despidió, y corrió con los chicos que supuse estaba entrenando.
Salí del lugar sólo pensando en el consumo de drogas que debía tener para esa pelea.

*POV Camila*.

Encendí mi computadora con algo de ansiedad de ver el estado de mi novia por lo de esta mañana.
Realmente no era sana la constante incertidumbre de cómo se encontraría a cada minuto.

-Genial. -llevé una de mis manos a mi cara, y soltando un suspiro al ver como su ceja tenía una pequeña herida.- ¿Eso fue lo que pasó esta mañana?

Lauren: Él comenzó.

-No te justifiques. Has hecho todas las cosas que te pedí no hicieras.

Lauren: Hm.. mira, un gatito.

Acercó a Charlie a la pantalla, logrando que sonriera y rodara mis ojos.
Estaba molesta, y ella lo sabía, pero también sabía lo mucho que la amaba.

Lauren: Tengo algo que decirte, mi amor.

-¿Y ahora qué?

Lauren: Es.. es sobre el boxeo.

-¿Vas a pelear otra vez?

Mi estómago se revolvió cuando ella asintió, tal vez porque sabía que yo no podría hacer nada para sacarla de todo eso, por más que insistiera, y es que le gustaba. Se veía realmente emocionada.

Lauren: Si gano tendré ciento cuarenta dólares.

-De acuerdo, no servirá de nada lo que te diga, así que golpéala muy fuerte y gana esa estupidez.

Ella sonrió de una manera tan hermosa, como si el que yo la apoyara en algo que le gustaba fuera lo único que necesitara.
Se veía feliz. Y si el pelear la dejaba de esa manera, iba a dejar que lo hiciera. A pesar del peligro de por medio, no había otra opción para mí.

Sofi: ¡Hola, Lauren!

Gritó feliz, mientras se acercaba con saltos a mi computadora y sentándose sobre mis piernas sin ningún tipo de permiso.

Lauren: Hola, linda. ¿Cómo estás?

Sofi: Bien, aunque venía a buscar a Kaki para jugar a las muñe.. ¿Qué te pasó allí?

Se apuntó su propia ceja, acercándose más a la pantalla para ver más de cerca con su rostro lleno de espanto.

Lauren: Tu hermana me golpeó.

-¡Lauren! -la regañé cuando recibí la enojada mirada de mi hermana pequeña.- Está mintiendo.

Escuché reír con fuerza a mi novia, logrando que terminara riendo con ella, porque Sofi realmente estaba exaltada.

Lauren: No es cierto, Sofi. Me golpeé con la puerta.

Parecía tan sincera, y me pregunté cuántas veces me había mentido de esa forma.

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