Dylan Smith, indiferente con las personas, sólo confía en muy pocas. Es la capitana de un equipo de baile callejero e hija de un gran empresario.
Esta vez su padre tendrá que viajar por todo el mundo por su trabajo, pero sus empleados tienen hijos y...
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CAPÍTULO DIECISEIS ! "¿Que puede pasar?"
No llores.
No, no puedo llorar, yo soy fuerte, ¿no?
Me recargue en el respaldo del asiento y traté de controlar mi respiración. Mis nudillos ardían, pero no intenté nada, deje que me siguieran lastimando.
Los demás se metieron al auto, espere a que todos estuvieran listos y encendí el auto.
Conduje hasta casa, el camino fue silencioso, nadie quería hablar. No creo que haya nada que hablar, y menos si tratan de subirme el ánimo.
Llegamos a mi casa y estacione el auto,otros 4 autos hicieron lo mismo. Todos se bajaron del auto, yo espere un poco, quite las llaves y salí. Cerré la puerta y me gire, todos estaban a unos metros de mi.
No los mire y me encamine hacia la puerta, se escucharon pasos detrás de mi. Entre y fui a la sala, me senté y espere a los demás. Todos fueron entrando, cada uno se fue a sentar a un lugar, y como éramos muchos, algunos se tuvieron que sentar en el piso.
Y otra vez, nadie decía nada.
¿Les digo que había?
Silencio.
Esto es incómodo, lo admito.
–¿Como que hace calor no?.-dije tratando de romper el silencio. Todos se giraron hacia mi, y soltaron una risita.
–¿Estas bien?.-pregunto Emily.
–Si.-dije asintiendo.-Digo, no soy yo la que tiene un ojo morado.-dije con una sonrisa.
–¿Porque no nos dijiste?.-dijo Jack cambiando de tema.
–¿Decirles que?.-dije frunciendo el ceño.
–Sobre tu mama.-dijo Max.
–Ah.-dije mirando para otro lado.-Porque no.-me encogiendo de hombros, nadie decía nada, que casualidad.
Después nos pusimos a ver una película, era temprano, así que teníamos tiempo. Estuvimos viendo La chica de la capa roja. Esa Valerie no se decidía entre Peter y Henry.
La película término y todos estaban echados en el sillón, esperando a que algo pasara.
–Tengo una idea.-dice Jake.
–¿Cual?.-pregunto Scarlett.
–¿Jugamos?
Y con eso dijo todo, todos asintieron con una sonrisa, y yo los imite.
