Capitulo 29: La Gran Carrera

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La hora de la carrera se acercaba y cada vez me encontraba nerviosa, algo totalmente extraño en mi. Tenía una sensación, bueno, mas de una, sabia que esta carrera sería el comienzo de una etapa nueva en mi vida, el momento por el cual he seguido viva, mi verdadera libertad. Pero, por otra parte algo dentro de mi sentía como si fuese a pasar algo malo.

Subí a mi habitación rápidamente, dejando a mis amigas con mis hermanos en la cocina. Una vez arriba me situé frente al espejo, me miré y me dediqué unas palabras de ánimo. Esto era lo más cerca que había estado de saborear la felicidad, no quería estropear nada, quería que todo me fuese bien por primera vez en mi vida.

Bajé corriendo las escaleras por los gritos de mis amigas, bueno que más que gritos eran insultos hacia Axel. Todos me dedicaron una mirada con cierta pizca de esperanza y yo asentí, confirmándoles que estaba preparada para dar el último paso hacia la verdadera Libertad.

Salimos de la casa mientras cogía a Mare por el brazo y a Kendra por la otra. Me miraron con grandes ojos en forma de sorpresa en cuanto vieron a que coche me estaba dirigiendo.

- ¿Sorprendidas? - pregunté soltando una risita. Ellas asintieron sorprendidas mientras corrían para toquetear al Dodge Charger R/T 1970  negro que se encontraba delante nuestro.

- Esto es una locura. Este coche es una locura. Que tu tengas este coche es una locura. ¡TODO ESTO ES UNA MALDITA LOCURA! - gritó Kendra, acelerándose con cada frase. Los chicos y yo nos reímos ante sus comentarios.

- Va, nenas, dejad de toquetear tanto y subid, que llegaremos tarde. - Soltó Camerón abriendo la puerta de piloto del Dodge. Lo miré, alzando una ceja. - Pequeña, tienes que ahorrar fuerzas.

Volteé los ojos, rindiéndome y me puse de copiloto. Mis amigas sonrieron y se fueron corriendo a los coches de mis hermanos.

Llegamos a Derrapes menos de media hora después.
Derrapes era zona muerta, nadie pasaba por ahí y nadie vivía cerca, calles fantasma con muy mala fama. Al bajarnos del coche ya notamos el ambiente bastante caldeado, habían montado algunos garitos con musica, puestos de comida improvisados y la gente ya estaba bastante "acalorada".

Dejamos los coches aparcados y miré entre la multitud a ver si encontraba a Mike o Leah y asi fue. Leah venia corriendo hacia mi, con una gran sonrisa.

- Espero que les des una paliza a todos - soltó una vez llegó a nuestro lado. Le sonreí y asentí. - La noche de hoy viene bien caliente, así que ves con cuidado...hay algunos que...

La miré extrañada por lo preocupada que se mostraba, algo totalmente raro en ella. Se revolvió su pelo rosa en signo de frustración y bufó Justo cuando Mike apareció.

- Buenas noches a mi familia favorita - saludó alegremente. Le ignoré y me centré en su hermana.

- ¿A que te referías? - preguntó esta vez Jack, igual de preocupado. Mike miró a Leah con cierto enojo.

- Te dije que no hacía falta contar nada que pudiese desconcentrarla. - soltó molesto. Leah bufó y giró la cara hacia nosotros.

- Hay competidores que podrían no jugar limpio. Así que vigilad el coche y Cookie, ten mucho cuidado. Para ti puede ser una carrera más, pero esta vez puede ser mucho más salvaje que nunca. - me aconsejó cogiéndome las manos, yo asentí mostrándole una sonrisa de agradecimiento y pude notar como Jack clavaba su mirada en mi.

Nos alejamos un poco de ellos y nos acercamos al coche. Aun quedaba bastante para la carrera, de momento solo se trataba de disfrutar de la fiesta.

Mientras todos estábamos hablando y riendo sonó una voz que no esperé encontrar allí.

- Ten cuidado. - dijo Hunter a unos metros de mi.

Abrí los ojos sorprendida y asentí, confundida ante la situación.

- ¿Podemos hablar un rato? - preguntó acercándose. Yo miré de reojo a Jack y volví a mirar a Hunter. Asentí y me fui con el a caminar.

Caminamos un rato en silencio hasta llegar a unos banco en una pequeña colina de Derrapes. Nos sentamos e intenté respirar con tranquilidad. Se me estaba haciendo eternamente incomodo.

- ¿Y bien? - pregunté esperando a que empezara a hablar. Noté como se tensó un poco y se giró hacia mi.

- ¿No crees que deberíamos hablar de lo que pasó la última vez? - preguntó arqueando una ceja. Yo suspiré en respuesta.

- No se que necesitas hablar. Nos besamos, si, pero los dos sabemos que no estamos hechos para nada más. - respondí.

El quedó callado durante unos minutos.

- Puede ser, pero eso no significa que no me gustaría repetir. - dijo mirándome y acercándose peligrosamente. Solté una risita y dejé que me besara.

Que charla mas productiva.

Estuvimos un buen rato sentados en el banco, besándonos como si fuese el último día en la tierra. Las cosas se calentaron un poco y él me cogió las piernas colocándome encima de él. Se nos fue de la manos lo completo.

No pensaba en la carrera, ni en nada. Solo en ese mismo instante. Notaba como tanto su cuerpo como el mío ardían ante la subida de temperatura que estaba teniendo la situación. Mi piel se derretía en cada toque o caricia que recibía por su parte.

Era una sensación abrumadora.

La cosa se calentaba mucho más por momentos, hasta que recibí una llamada de Andy, que lucia preocupado. Aparté mi boca de la de Hunter y salí de encima de el, levantándome de golpe para contestar el teléfono.

Respondí intentando calmar mi respiración.

- ¿Si?
- Ya es hora de que te prepares Cookie. - dijo Andy con molestia.

Corté la llamada y dejé a Hunter ahí, corriendo hacia donde estaban todos.

- Un poco más y me pienso que estabais follando en algún arbusto. - soltó Kendra por lo bajo. Yo le sonreí y ella se tapó la boca para contener la sorpresa.

Subí al Dodge y lo coloqué en la línea de comienzo. Mis amigas y mis hermanos se acercaron a mi.

- Conduce con calma, no te desconcentres. - me aconsejo Axel con cara de preocupación.

- Mantén tu objetivo en mente. No servirá de nada si haces alguna locura y terminas herida. Si ves que corres algún peligro, no te arriesgues. - dijo Adam sonando más firme de lo usual. Yo asentí y noté como la mano de Cam estaba encima de mi cabeza.

- Tendrás otra oportunidad. - dijo con tranquilidad.

Todos me dieron palabras de apoyo para tranquilizarme y mantenerme concentrada. Lo agradecí por completo. El hecho de que esta probablemente sería la última carrera que necesitaría hacer lo complicaba todo más.

Mis amigos se alejaron y vi como Jack se quedaba mirándome. Una oleada de culpa y dolor recorrió mi cuerpo como chispas.

No me mires con esa expresión tan dolorosa Jack.

Todos los coches se prepararon y Leah tomó la posición delantera con la moto para dar el disparo para comenzar.

La tensión se notaba en cada uno de los participantes. Me cogí bien al volante y empecé a jugar con el embrague. Respire hondo y al tercer disparo solté el embrague rápidamente, saliendo con rapidez.

She is Bad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora