Capitulo 28: Queda poco

1.3K 59 12
                                    

En cuanto las tres estuvimos preparadas, bajamos corriendo las escaleras, nos despedimos del resto y nos fuimos en el coche de Ken hacia la feria.

La feria quedaba a un poco más de veinte minutos en coche, lo que nos daba tiempo de sobras de marcarnos un karaoke en el coche con los hits más antiguos. Así pues, ahí estabamos, cantando " This is me" fieles a Camp Rock y al maravilloso movimiento estrella de Demi Lovato. Un clásico.

Mientras contribuíamos a la contaminación acústica por nuestro escaso talento de canto, me llamó Leah, la hermana de Mike, para avisarme de la hora y el lugar de la carrera. A los pocos minutos de terminar la llamada, conseguimos aparcar a unas dos manzanas de donde se encontraba la feria.

- Creo que me he dejado las cuerdas vocales en la última canción. - informó Kendra bajando del coche. Nosotras la imitamos riéndonos.

Nos alejamos del coche direccion a la entrada, mientras comentábamos donde subirnos primero o si comer algo antes.

- No me iré de aquí sin probar un algodón de azúcar extra grande. - dijo Mare convencida. - Ah, el perrito caliente también es un clásico, pero la manzana caramelada es muy conocida también...¿Y que tal los batidos? - comenzó a enumerar toda comida típica de ferias que se le venía a la mente y puedo asegurar como su cerebro entraba en medio de un colapso.

Creo que vi humo y todo salir de su cabecita.

- ¡Cálmate Mare! - gritamos Ken y yo a la vez. - ¿Solo piensas en comida? - continué yo riéndome.

Ella se sonrojó y dudo por un momento.

- No del todo...- susurró mirando para otro lado. Que inocente, seguramente pensó que no lo había escuchado, ni que no lo entendería.

- ¿Que tal si primero pensamos en donde vamos a subirnos? - preguntó Ken riéndose mientras se adelantaba corriendo cual niña pequeña.

Mare sonrío y corrió junto a ella, dejándome atrás.
Fueron segundos pero esos segundos pasaron eternos.

¿A que me refiero?
A ellas.

Durante esa milésima de segundo, cuando las vi correr delante de mi, sonriéndome y gritando para ver quien llegaba antes a la noria, sentí como que algunos engranajes comenzaran a encajar. Las conocía de hacia muy poco tiempo, pero sentía como si hubiesen estado toda mi vida a mi lado.

¿No os ha pasado alguna vez? ¿Conocer a alguna persona y sentir una extraña pero agradable conexión?

Ellas habían conseguido lo que nadie había hecho, mi siquiera yo sabía que realmente pudiese llegar a confiar en alguien que no fueran mis hermanos. Pero lo hicieron, rompieron todos mis esquemas y joder, cuanto me alegro de que lo hicieran.

Las veo y pienso "No me importaría volver al pasado y ser traicionada mil veces si gracias a ello las llego a conocer."

Los gritos constantes de Mare y Ken me hicieron volver a conectar a la realidad.

- ¡ PERO ESPERADME CABRONAS! - grité mientras corría para llegar a donde estaban.

Una vez dentro de la feria estuvimos unos minutos de bloqueo mental sin saber a donde ir.

- ¡QUIERO IR A LA MANIAC MOUNTAIN! - gritaba Mare dando saltos mientras comía una manzana caramelizada.

La miré extrañada
- ¿Se puede saber en que momento has comprado eso? - pregunté atónita. Es una ninja. Una ninja con tendencias glotonas.

Ella solo río.

- Yo quiero ir a la casa del terror, porfis, porfis, porfis. - suplicaba una y otra vez Kendra.

She is Bad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora