Disyunción

AU! Fable: The Lost Chapters

Editada del día siguiente: ACABO DE RELEER ÉSTA MIERDA Y ES HORRIBLE, YA SE HICIERON CORRECCIONES, LAMENTO MUCHO QUE TUVIERAN QUE LEER ÉSTO AGSFDAIHS

El tiempo sobre cada escena es el momento en que aparece la escena en la historia de la multimedia, espero que se pueda entender mejor, alm ;;;;

Si necesitan entender como inició, vean desde el minuto 7:14 - 9:21

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(9:50 - 13:05)

Dylan se dejó caer de rodillas junto al cuerpo sangriento de su padre.

¿Cómo todo se arruinó así? ¿Por qué todos estaban muertos? ¿Quién hizo esto?

Su mayor preocupación sólo debía ser que había olvidado en regalo del cumpleaños de Ayami, su hermana mayor. La bolsa de chocolates seguía en su bolsillo mientras lloraba sobre el pecho frío del hombre que lo había criado, desplomado al lado de los restos de su casa, que aún estaban ardiendo.

Un gruñido humano le hizo jadear de terror. Giró rápidamente, un hombre vestido como bandido corría hacia él con una espada sucia de sangre, ¡iba a morir! La voz no le salía, no podía gritar, no podía ni siquiera rogar por su vida-

-Un relámpago azul golpeó al bandido, haciéndolo convulsionar de manera repugnante antes de caer al suelo, sin moverse.

Dylan lo observó con los ojos completamente abiertos de horror, ¿qué había sido eso? ¿De dónde vino?

—¿Qué estás haciendo ahí? —un hombre alto y marcado con extraños tatuajes azules, se acercó a él, su cabello castaño balanceándose con su caminar. —Están todos muertos. Vámonos, no es seguro. No querrás unirte a ellos, dame la mano.

Extendió la mano hacia el chico, el hombre era imponente, sus vestiduras eran anchas y brillaban igual que los rayos que le habían salvado la vida.

¿Lo llevaría a un lugar seguro?

Dudando, tomó su mano. Y su pueblo destruido se desvaneció entre gentiles ondas azules.

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—Pensé que tendrías más estómago. —bufó, mirando a Dylan vomitar al reaparecer lejos de la destrucción del pueblo. —Qué más da.

Dylan levantó la cabeza, con coraje, ¿se estaba burlando? Intentó darle un golpe, sin embargo, débil, mareado y con los ojos llenos de lágrimas, era incapaz de acertar cualquier golpe.

—Hey. No es conmigo con quien quieres pelear. Reserva tu fuerza. No sé si no te has dado cuenta, muchacho, pero te salvé la vida. —cantó. A Dylan le recorrió un escalofrío. —Si te hubieras quedado, estarías tan muerto como los demás. Sígueme.

Él empezó a avanzar sin mirar atrás, dejando al chico en la puerta de salida del pueblo que lo vio crecer. A un lado podía ver las cenizas y los cuerpos de todos los que conoció alguna vez, al otro lado, podía ver la espalda de un desconocido yéndose por un camino incierto.

Se endureció a sí mismo y comenzó a seguirlo. Quería sobrevivir. No podía acabarse aquí.

—Me llamo Brishen. Y soy el jefe del Gremio de Héroes, seguro habrás escuchado hablar de mí. —habló, sonriendo para sí mismo cuando sintió la presencia del niño a su espalda. —No encontrarás un lugar más seguro en todo Albión, ni un hogar mejor. Si buscas venganza, necesitarás la preparación que sólo nosotros ofrecemos.

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—Tengo otro estudiante para ti. Ponlo en el dormitorio de arriba con el otro chico.

Un hombre adulto, alto y de cabellos negros ligeramente largos los recibió, mirándolos con seriedad. —No me parece que tengas mucha madera para héroe, pero Brishen sabe lo que hace... Supongo —sus ojos grises miraron de reojo al nombrado, quien, sin más, comenzó a retirarse. —Sígueme, entonces.