Una confesión inesperada(¿

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—Mamá... Padre... —Evan empieza, algo dudoso.

Su voz tímida llama la atención de los otros cuatro en la mesa y, aunque se preparó para hacer esto con toda su familia presente, tener sus miradas encima es mucho peor de lo que esperaba que fuera.

Marlena levanta el rostro para verlo con confusión, Johan de inmediato lo mira con molestia. —Evan, sabes que no se habla durante la comida.

El menor de la familia baja las manos de la mesa para secarse el sudor de las palmas en el pantalón. Desvía la mirada y está a punto de sólo dejar este momento pasar y, tal vez, intentarlo de nuevo más tarde. Cuando no estén todos, tal vez primero hablar con Noah o con su mamá y prepararse mejor para salir del clóset.

Pero es que le causa mucha desesperación no poder... ser él mismo.

Ha estado pensando en esto desde ya demasiado tiempo, sus padres debieron haber visto las señales, ¿no? Evan es literalmente su hijo menor y tiene una diferencia de edad considerable con sus hermanos, seguro le prestaron atención mientras crecía o algo.

En realidad, reflexiona tardíamente, tal vez es eso por lo que Johan siempre parece exasperado con él- por no ser lo suficiente como sus hermanos, no al menos de las formas que a su padre le importan.

—Bueno, ¿qué es entonces? —Aren lo mira fríamente, él nunca ha sido muy cálido y trata a Evan siempre como si fuera un compañero de trabajo antes que un hermano, pero todos están acostumbrados a eso, así que no es malo. Al contrario, hace sentir a Evan menos presión el trato impersonal a diferencia de la mirada insistente de su madre.

—Sólo... quería decirles algo —En el momento en que las palabras escapan de su boca, se da cuenta de que tal vez deba evaluar mejor su situación de vida mientras es menor de edad antes de hacer algo tan arriesgado como confesarles a sus padres que es gay, es decir, desde que lo descubrió supo que lo metería en problemas con su familia, pero tal vez no pensó lo suficiente en qué tan malo podría ser, ¿y si lo echan de casa? ¿Y si lo golpean? Tal vez lo mandan a uno de esos campamentos de conversión de los que se habla tanto y le pasen cosas horribles o lo manden a la escuela militar como su padre ya ha amenazado un par de veces que, incluso si es probablemente el menor de los castigos, en realidad no quiere ser separado de los amigos que tiene ahora, que lo han hecho sentir cómodo con su sexualidad y, en especial, de Isa. —Pero no es nada. Puede esperar.

Espera que dejen la situación pasar y se olviden de esto. Retirada táctica lo llama en su mente, apenas evitando tartamudear, pero siendo el más callado, Noah obviamente está interesado en lo que tiene por decir. —No, habla ya —presiona, incluso poniendo un codo sobre la mesa para inclinarse hacia el adolescente, quien mira al más alto de sus hermanos sintiéndose acorralado. —Ya interrumpiste la comida de todas formas.

—Lo siento —murmura, pero antes de que pueda decir algo más, Johan interrumpe.

—Habla fuerte y claro, Evan —bufa, poniendo los cubiertos a los lados de su plato. El nombrado se encoge en su lugar, pegando la espalda a la silla en su intento de inclinarse hacia atrás. —Siempre hablas como si tuvieras algo en la boca, di lo que quieres decir de una vez.

Es demasiado tarde para retroceder, pero tampoco puede seguir con el plan original así que trata de pensar en algo distinto que decir, cualquier cosa, literalmente cualquier cosa para que dejen de presionar. —Es que, en realidad soy... —Las palabras se le escapan de la boca porque es lo único en lo que ha podido pensar desde hace años, es lo único que quiere decir incluso cuando no debería e, inevitablemente, entra en pánico. Cualquier cosa, cualquier cosa, cualquier cosa menos gay. —Soy- s-so... socialista.

Un silencio cae sobre la mesa.

Evan aprieta la boca, tratando de no echarse a correr cuando su padre lo mira en una mezcla de molesta e incredulidad.

—¿Socialista? —Johan repite en incredulidad. —Evan, ¿sabes si quiera de qué estás hablando?

Aren niega con la cabeza. —Ni siquiera tienes edad para opinar algo así, el socialismo no sirve, mira a Cuba, ¿Corea del Norte? ¿La URSS? ¿Quieres eso?

—No, pero eso es el comunismo —Noah interviene, empezando a reírse. —Es- Esos países son comunistas, no-

—No importa, al final todos van a lo mismo. Son de estas posturas políticas que tienen toda esta generación que no quiere trabajar y esperan que el gobierno los mantenga —Johan golpea la mesa con molestia.

—Basta —Marlena interviene suavemente. —No política en la mesa, debemos disfrutar bien nuestros alimentos.

—Evan no puede creer que es socialista —Johan reniega— Evan, no tienes edad para estar pensando en estupideces como esas, tienes como- once-

(—Tiene catorce.

—¿En qué año nació?

—Sí tiene catorce —Marlena aclara sus hermanos mientras Johan sigue hablando.)

—¿Y dónde siguiera escuchaste eso? El comunismo y el socialismo y todas esas tonterías de izquierda No. Sirven. Sólo llevan a países enteros a la ruina, ¿quieres que muramos de hambre? La economía funciona-

Evan baja la mirada a su comida, dejando de escuchar por completo y sólo dejando escapar la tensión de sus hombros mientras le sube la sangre a la cara por la risa de hiena de Noah. Ni siquiera está del todo seguro de si prefiere esto o hubiera podido enfrentarse con sus reacciones a él saliendo del clóset. Esto resulta inesperadamente humillante, ni siquiera tiene una postura política real, tienen razón en que ese tipo de cosas jamás le interesaron, es estúpido.

—¿Eh? ¿Me estás escuchando? —Evan asiente apresuradamente y su padre bufa con fastidio. —Ni siquiera sabes el valor del dinero porque no te esfuerzas en ganarlo, pero yo mismo te voy a enseñar cómo se maneja un negocio y vas a abandonar esas ideas ridículas, ¿entendiste? —Evan asiente— Entonces deja de estar hablando, es más, creo que ya comiste lo suficiente, vete de la mesa.

—Johan, no seas tan duro. Es un chiquillo, cuando crezca se va a volver más conservador-

Es lo último que Evan escucha cuando sube apresuradamente por las escaleras. Se encierra silenciosamente en su cuarto y se pone una almohada en la cara, esperando asfixiarse y morir ahí mismo.

La cara le quema, pero al menos una crisis fue evitada, esto pudo haber sido peor, mucho peor.

Inevitablemente se ríe, frustrado y divertido por lo estúpido de la situación y ahora, supone, es socialista, gay de closet y probablemente pasivo, ¿qué le falta? ¿Ser masoquista? ¿Emo?

Nunca lo va a volver a intentar.

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Notas!

Estaba escribiendo lo de estrategias militares cuando se me ocurrió hacer un manifiesto de los ideales de la Cuarta y, como no sé hacer manifiestos, empecé a buscar ejemplos y pues me leí el inicio del Manifiesto Comunista de Karl Marx y pues luego pensé en "de dónde carajo Evan saca consciencia social en AUs modernos?", entonces imaginé a Evan leyendo lo mismo que yo por mera curiosidad y luego hablándole de eso a su familia para desviar la atención de que es homosexual y salió esto, basta

Gracias por leer(?

DisyunciónWhere stories live. Discover now