Evan no es un promiscuo

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Evan probablemente debió haber sabido que había algo raro con él desde que pasó sus primeros dos años universitarios en la carrera de negocios encontrándose a tantos hombres dispuestos a acostarse con él a pesar de que la carrera estaba llena de hombres copiados y pegados del estereotipo de la heterosexualidad. Sin embargo, no pensó nada raro de ello hasta que se percató de su facilidad para atraer hasta a los de la facultad de ingeniería, que, dice la leyenda, eran todavía el doble de homofóbicos.

Realmente- de buena fe, Evan había creído que él era normal. Su padre era el hombre más religioso que había conocido, se había casado con su madre desde que eran jóvenes y fácilmente podrían haber vestido ambos de blanco con lo pura de su relación, durante mucho tiempo fueron el ideal del amor de Evan y sus hermanos. No importaban las historias de horror del matrimonio y el renombre de esta unión, Evan, viendo la manera en que sus padres se amaban, incluso después del fallecimiento de su madre, lo hacía desear enamorarse y unirse a alguien de por vida. Pero- volviendo al punto- su padre era un hombre puritano a más no poder y, a falta del contrapeso del amor de su vida en la crianza de sus hijos, Evan había sido educado bajo aplastantes ideas religiosas que lo habían llevado a utilizar cualquier escape posible por una probada de libertad y desobediencia.

Había empezado desde que salió del clóset en la preparatoria y, aunque en un inicio había sido demasiado tímido para intentar nada, en su primera fiesta universitaria tuvo un despertar sexual que lo volvió feral.

Tenía buena cara, sin afán de ser narcisista, Evan sabía que era atractivo y su genética lo hacía esbelto, más de alguna vez le habían dicho que tenía el tipo de cintura que hacía querer sujetarlo y el tipo de hombros para poner sus piernas sobre ellos, además que todos apreciaban cuando daba un trabajo oral. Evan le gustaba el sexo y era bueno en el sexo, nada extraño ahí.

El sexo- el deseo de los hombres lo hacía sentir bien. Confiado, cómodo, enérgico. Lo hacía desear más y lo relajaba para seguir con sus estudios sin preocuparse por su escasa interacción social. Nunca había sentido necesidad de explicar porqué le gustaban los hombres, todo el mundo dice que naces así y tienes que descubrirlo y está bien. Había concluido que era homosexual y no había un motivo detrás.

Ninguno de ellos tampoco dijo nada sobre sus ojos volviéndose fucsias y no es como si alguna vez él hubiera podido verlos. Evan tiene poderes sobrenaturales, pero todavía es medio humano y poder ver sus propios ojos debe ser un poder perteneciente a un plano demasiado alejado de su existencia.

Ni siquiera Yerik, quien era su propio amigo-con-derechos de confianza había dicho nada jamás. Probablemente ni siquiera lo había notado. Y es que, la mitad de las personas con las que Evan había tenido un encuentro candente desde que empezó a dar rienda suelta a su sexualidad parecían olvidarlo y la otra mitad deseaban desesperadamente mantenerlo en secreto, había demasiado pocos rumores sobre él.

Sin embargo, los Johansen eran conocidos por tener una suerte desastrosa, su bisabuelo había sido prisionero de guerra durante la segunda guerra mundial por ir a ahuyentar un zorro del gallinero a media noche, su abuelo había ganado la lotería y, cuando fue a recoger el dinero, su esposa entró en labor de parto y un enfermero le robó el billete, tenía un tío que accidentalmente había entrado en un avión que lo dejó perdido en Nepal, su hermano Aren ya había sido asaltado al menos doce veces en toda su vida y Noah era incapaz de dejar de ser imbécil.

Tener un matrimonio feliz estaba un poco fuera de carácter para su padre y tener tanta suerte con su sexualidad estaba fuera de carácter para Evan.

No es hasta que conoce a Ayami que alguien empieza a darle un poco de dirección en lo que es una sexualidad normal- porque Yerik realmente no es de ninguna ayuda, ese hombre es incluso más sexual que el propio Evan cuando viene en personalidad, podía no alcanzar el conteo de cuerpos del pelinegro, pero no había sido rechazado en su vida por parte de ningún sexo.

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