Siento que te amo

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Evan es muy cariñoso.

No más que el propio Isa, claramente- sin embargo, es sorprendente porque el moreno todavía puede recordar los primeros días de su amistad, cuando Evan solía encogerse en los abrazos e inquietarse cuando Isa lo tomaba de la mano mucho tiempo.

Incluso ahora, a sus dieciocho años, Evan sigue sonrojándose cuando ve a alguien más mostrando afecto en público y no se permite a él mismo hacerlo, es muy tímido.

Es un tanto lindo. Isa disfruta abierta y descaradamente llenarle el rostro de besos cuando se le antoja hasta que Evan empieza a jalarse como un cachorro contra la correa, con las orejas enrojecidas y los ojos brillando entre la necesidad de esconderse y el deseo de seguir recibiendo las atenciones de Isa.

Sin embargo, tres años de noviazgo y casi una década de amistad han permitido a Evan aclimatarse a la personalidad exuberante de Isa; no se resiste a ser llevado a donde Isa quiera ir, tampoco a sostenerse de las manos o compartir palabras dulces. Isa sabe muy bien que Evan lo disfruta, desea tacto como cualquier persona y su timidez sólo limita la cantidad de cariño físico que podía recibir diariamente, mientras estaban en la escuela o mientras regresaban juntos a casa.

Pero Isa lo ha educado (entrenado si quieres decirlo así) para aceptar, para querer, no sólo la cercanía de Isa, sino también de Ayami y Librado, de Evelyn o incluso de Shurik. Para aceptar los abrazos fugaces de Agne y Ameenah, las palmaditas de Sigourney y Goliat-

Y, aun así-

-Isa es tomado por sorpresa cuando Evan de repente se inclina hacia él y le deja un beso en la mejilla.

Es una cosa casta, tierna y cálida, pero están frente a la casa de Evan, donde cualquiera de sus hermanos (o su padre) podrían asomarse y verlos de pie más cerca de lo platónico, con las manos entrelazadas y compartiendo sonrisas cómplices. A media calle donde la gente camina o los coches pasan.

Y, aun así, Evan sólo sonríe, mirando a Isa con ese brillo en sus ojos- como si hubiera puesto la luna y las estrellas en el cielo, como si lo adorara, como si Isa fuera algo divino, algo bendito y maravilloso y brillante y precioso-

Incluso alguien como Isa (seguro, travieso, coqueto) puede sonrojarse ante una mirada como esa.

—Siento que te amo —murmura Evan contra su mejilla antes de que él pudiera responder nada. —Pero que te amo en serio —enfatizó, bajo, casi susurrando, presionando su mejilla contra la de Isa y frotándose un poco, como un gato. —Siento como si deseara que estuvieras conmigo toda la vida —rio un poquito, dejando otro beso, sobre la comisura de sus labios. —No que te cases conmigo si no quieres —aseguró, dando un par de apretoncitos con sus dedos aún entrelazados y acariciando el dorso de sus manos con los pulgares. —Pero sí como si quisiera seguir a tu lado sin importar a dónde vayas.

Isa traga saliva. Tiene una contestación melosa y astuta en la punta de la lengua- un contraataque, porque él le ha dicho millones de veces que lo ama y Evan se lo ha dicho antes y sabe cómo hacer que Evan tropiece con las palabras y huya con la timidez de cuando tenían trece años.

Pero Isa ha sido tomado por sorpresa y sólo puede repetir las palabas una y otra vez en su cabeza mientras el pecho se le inunda de emociones y su corazón se llena de amor y la cabeza se le nubla con ternura y sus manos se mueven antes de poder formular palabras- y entonces está jalando la cara de Evan hacia él para besarlo apropiadamente.

Sus bocas se encuentran y Evan se derrite en el beso, desliza los brazos por sus hombros y se inclina ligeramente sobre Isa, cerrando los ojos y suspirando soñadoramente mientras el más bajo trata de hacerle beber las palabras que no puede decir porque está demasiado ocupado amándolo para pensar en este momento.

Detienen el tiempo unos segundos sólo para disfrutar la sensación de que el otro está aquí, que están juntos y que todo es perfecto por un instante.

Entonces Isa toma el labio inferior de Evan entre los suyos y se separa con un ruidoso pop a pesar de que el beso ni siquiera había incluido una lengua. El ruido parece despertar al más alto de cualquier trance en el que hubiera estado antes, suelta a Isa para poder mirarlo a los ojos con un horror subyacente, mira a todos lados y termina por cubrirse la cara con ambas manos.

Como cronometrado, en ese momento una ventana se abre y la sonrisa comemierda de Noah se dirige hacia ellos mientras asoma la mitad de su torso por una ventana del segundo piso. —¿Qué están haciendoooo?

Evan no pierde un segundo en responder mientras saca su celular y lo arroja directamente a la cara de su hermano, devolviéndolo dentro de la casa y haciéndolo tropezar con algún mueble si los ruidos y su grito son algo por lo que guiarse.

Evan se gira para abrir la puerta y huir como el cobarde que es mientras Isa ríe entre dientes.

—¡Te amo! ¡Nos vemos mañana! —se despide el moreno, radiante. Evan lo mira antes de cerrar la puerta y su expresión se relaja en algo cariñoso y adorable, con la expresión aún tímida y ruborizada.

—También te amo. Adiós.

¡Gaaaayy!

La puerta se cierra suavemente. —¡Cállate, Noah! ¡Tienes envidia porque tú no tienes novia ni nadie quien te quiera!

Isa no se molesta en silenciar su jadeo cuando rompe en una carcajada y se va a la casa de sus padres con una sonrisa (y un buen sabor) en la boca, mensajeando para contárselo a Ayami.

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Notas!

Ameenah le compró a Evan una funda para celular "de uso rudo" porque Evan no escatima en tirar lo que pueda tirar cuando está avergonzado (y ella lo sabe de primera mano), así que el celular no sufrió ningún daño:D

Quería escribir algo meloso kahhsdja una vez alguien me dijo algo como lo que dijo Evan y yo estaba absolutamente muriendo de amor???? No fueron las mismas palabras, pero les juro que cada vez que recuerdo eso me siento como la persona más especial del mundo, quería que Evan le dijera algo bonito a Isa.

Gracias por leer!<3

DisyunciónUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum