Secuestro Obsesivo

10. Despacho

Cayden

—Pasa— indicó con seriedad.

Veo como la puerta se abre, y lentamente su figura se asomó en el umbral de la puerta.

Tiene miedo, se nota. Estoy enojado con ella, no, eso es poco, me encuentro furioso con ella y lo sabe perfectamente, por eso es su miedo de quedarse a solas conmigo.

—¿Qué espera, señorita Pliego? ¿Va a entrar o se va a quedar ahí quitandome mi tiempo como es su costumbre?— interrogó, no soy estúpido y se que la orientadora Olga esta a su espalda.

—Vamos señorita, obedezca a su profesor y entre a su despacho— indica mientras la empuja hacia adentro.— Espero que con esta plática mejore su comportamiento.—finaliza para guiñarme el ojo y marcharse.

—Cierra la puerta, amor— indicó cautelosamente, cuidando de que nadie a las afueras de la oficina pueda escucharme.

Ale traga en seco pero obedece y cierra lentamente la puerta como si esperase que alguien apareciera e interrumpiera nuestra charla. A veces mi pequeña puede llegar a ser muy ingenua, pobrecita.

Se gira una vez más y se queda ahí, plantada en su lugar, no avanza. ¡Carajo! Hasta asustada se ve tan perfecta. Sus ojos bellos y hermosos me lleva a otra galaxia pero sus estúpidos actos me hacen enojar. No lo puedo evitar, sin esperar ni un segundo, vuelo hasta donde se encuetra para cerrar con seguro la puerta (evitando que alguien entre y nos interrumpa) mientras tapó su boca y la acorralo contra mi cuerpo y pared, su olor. Me siento hipnotizado por ella, tanto que en estos instantes sólo quiero besarla. Pero antes debo decirle mi inconformidad con su comportamiento de esta semana, no puede hacer simplemente lo que quiera. La tomo de la cintura para cargarla e ir hasta donde hace unos minutos me encontraba y sentarla al borde del escritorio, separó un poco sus piernas y me colocó entre ese espacio, evitando que las cierre.

La miro a los ojos y ella a mi.

Maldición, esta mujer me hechiza de una manera poco saludable.

—Dime, ¿Qué mierda hacían con Damián ayer? ¿ Y por qué te sentaste de nuevo a lado de Xolalpa?

No responde, me caga que haga eso. La miro con más seriedad y ella tan sólo voltea hacia otro lado. ¿Que significa esto?

La tomó de las mejillas, obligandola a que me mire de nuevo, no quiero lastimarla pero ella misma lo provoca con su silencio y su rebeldía. Creí que ya había quedado en claro como serían sus castigos al desobeder y que estaba comprendido.

—Me lastima— se queja e inteta apartar mis mano de su cara, que inocente; lo único que provoca es que lo apriete aun más.

—Contesta— ordenó en tono amenazante.

—Es usted un salvaje.

Su contestación me frustra— y no sabes hasta donde puedo llegar sí no respondes mi puta pregunta.

Aleja su mano y me mira dolida, ya no quiero tratarla así,pero cada vez que intento ser lindo tan sólo pasa de mi.— Por favor, ya le explique lo que Paso con Damián— la miro diciendole que su respuesta no me satisface— es cierto, lo juro. Por favor.

—Fingamos que te creo— la cortó.— ahora, dime.........

... Cuando llegue el me dijo que necesitaba platicarme de su mal de amores— me interrumpe— es cierto, lleva desde el año pasado flechado con....— duda si decirme o no pero al darse cuenta que no voy a soltarla sino me dice, suspira— con Brenda, pero sólo le da largas.

Por fin la suelto y acarició donde la lastime.

—Ya sabes que no me gusta que te acerques a ningún hombre que no sean tus hermanos o tus primos. Soy celoso, amor. Debes entenderlo.— le digo acariciando su mejilla con la mía, me encanta su contacto. Junto mi frente con la de ella, esto jamás lo había sentido, ni siquiera Raquel que la conozco desde niña logró que sintiera ni la milésima parte de lo que siento por esta niña. Mantiene sus ojos cerrados y beso sus párpados para seguir con su nariz, sus pómulos y terminar en sus labios. Los muevo con lentitud y necesidad, hago afán de probar sus cavidad pero no puedo, jalo un poco de su labio para insinuarla a ser partícipe de esto, más no hace caso.