4. Problema Sorprendente

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Alejandra

Quiero que la tierra me tragué y nunca me saque, ¡maldita sea! El único consuelo que tengo es saber que sólo me falta este y otro año para salir de ahí y dejar de verlo.

No puedo evitar sentirme intimidada, sé que me mira y probablemente este enojado por todo lo que dije sobre él. Pero ¿cómo rayos iba a saber que él estaba aquí? ¿Qué era el novio de mi prima? Intento ignorarlo y estar lo más concentrada en mi libro pero la pesadez que siento cuando me ve me lo impide, no quitó la vista de mi libro pero no me puedo concentrar ni un poco. Odio a ese tipo y a la vez me aterra. Pensar que me escucho hablar mal de él, hace que tema las futuras consecuencias. Si de por si me llamaba todo el tiempo la atención y decía que no se traía nada en contra de mi, no quiero ni imaginarme como será ahorita que si tiene motivos para traerselas en mi contra. ¿Porque no deja de verme? Nunca lo hacía ¿Porque ahora si? Subo un poco la vista y ahí están sus ojos azules me miran con ligera molestia.

En esos momento siento una vibración en mi pierna, más específico en el bolsillo. Es un mensaje de Aldo, es mi ex pero estamos en eso de si regresamos o no. Sonrió.

"Te Amo Chaparrita."

Mi estómago siente a un millón de mariposas revolotear sobre él.
-Ya me voy- le aviso a mi mamá que me mira mal. Suspiró, a veces me gustaría que ella me entendiera con respecto a este imbécil profesor.

El también se pone de pie, ya avisé que me iba y él también, no quiero que piense que le temo. Ósea si me da miedo pero él no lo sabe, o eso es lo que quiero creer. Antes de que él salga yo lo hago y camino lo más rápido que puedo a casa. Esta empezando a chispear por lo que abro rápidamente la puerta de la casa y mis hermanos me ven

-¿Mi mamá?- pregunta Edmun, el pequeño.

-Se quedo con Anel- le respondo mientras le doy un abrazo- ¿Y Jorge?- pregunto metiendolo al cuarto.

-En el xbox- dice.

De pronto la lluvia se suelta demasiado fuerte, ahora hasta caen rayos y truenos. Edmun no para de dar lata en el cuarto por lo que no me deja concentrarme en el escrito.

-Ed- digo y para de saltar para mirarme.- te compro una galletas si te estas quieto ¿va?

-Si- acepta saltando en su lugar.

-Vale, voy por ellas. Pero ya siéntate por favor- tomo mis llaves y salgo del cuarto al patio.

Mi casa no es muy grande o muy bonita. Es sencilla. Son varios cuartos, un baño y una cocina con dos pequeñisimos patios. Yo comparto mi cuarto con mi mamá y mi hermano pequeño mientras mi hermano Jorge con mi abuelita.

Saco un paraguas y al salir del viejo portón blanco lo abro. Sin duda esto ya no es sólo una lluvia sino una fuerte tormenta. Llego a la tienda y le compro unas galletas "Marías" a mi hermano. Salgo y una vez más abro mi paraguas. Camino un poco y me sorprendo al ver al profesor Cayden ahí, debajo de un pequeño techo para cubrirse. Esta sentado y con las manos en la cabeza, parece estar preocupado por algo. Quizás tenga me irse rápido pero la lluvia se lo impide, esta mojado aquel rincón no lo cubre muy bien que digamos. ¿Que hago? A ver Alejandra, se supone que lo odias porque a sido una pésima persona contigo. Pero por otro lado tu no eres de esas personas que se van a pesar de saber que alguien está mal. Maldición. Me acerco y colocó el paraguas sobre él para así cubrirlo. Alza su mirada y por primera vez puedo visualizar lo lindos que son sus ojos cuando no intentan intimidarme.

Nos quedamos viendo directamente a los ojos, azul vs café, café vs azul. Ninguno dice nada por un largo rato su cabello está completamente mojado, mi madre dice que no es bueno estar afuera con el cabello así y me imagino que menos lo es al estar en una tormenta como esta.

Secuestro ObsesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora