3. Sorprendentemente Harto

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Cayden

¡Esa niña ya me tenía harto!

¿Quién se creía que era?

¡Yo no regalo calificaciones!

Además de que yo di una instrucción, una orden ¿o no?

Y lo que yo decía se hacía, si o si. ¿Qué más daba los problemas que la habían obligado a no llegar? Su trabajo era cumplir, sino podía con ello, pues que se saliera.

No me sabía su nombre y para ser sinceros, tampoco me planteó recordarlo porque sencillamente no me interesa, sino todo lo contrario, me resulta tan indiferente que ni siquiera me esforzaría por recordarlo o aprendermelo.

No sabia quien era peor, sí esa estúpida niña o Raquel. Se los juro, cada día es más irritante. Por lo menos con mi "novia" todo es diferente. No me pide explicaciones porque sabe que no tiene ni derecho de hacerlo.

-Hasta luego profesor Dunkel- se despiden varias de mis alumnas. Les sonrió con educación y un poco de picardía, son hermosas sin duda alguna pero lamentablemente son mis alumnas, claro que eso para mi no sería ningún impedimento pero incluso yo sé con quien si.

Ya tengo suficiente con Raquel y Anel que se la pasan de ensimosas como para aguantar a otra tonta y soñadora detrás de mi.

Porque eso era lo que Anel y Raquel eran, una por creer que estando casada conmigo podría lograr llamarme la atención y la otra por tan siquiera pensar que a parte de mi esposa sería la única. ¡Por favor! Si engañó a Raquel es más que obvio que lo haré con ella. Las mujeres son una joya, sin embargo el problema que tienen es creer que son únicas e irremplazables, porque no lo son. Nadie lo ha sido y dudó que alguien lo llegue a ser.

Hasta ahorita sólo una chica ha cumplido aquel requerimiento de no vincular sentimientos e ingenuidad y es una de las más buenas de esta escuela, por no decir que la más.

Salgo del colegio en mi automóvil. Manejo unos 20 km de ahí y abro la puerta cuando alguien se acerca.

-Hola Profesor-

Sonrió ante el respeto que demuestra ante mi, como todas las demás, así es como debe ser. El hombre siempre tiene el control- Alondra.- Anel es hermosa pero su error es creer que es más inteligente que yo. La muy idiota creía que no me enteraria de edad o de su linda hija. Comprendo lo de cambiarse la edad a una más grande, ya que si parece que es mayor de edad pero ¿ocultar a su hija? ¿Que clase de madre lo hace?

No me juzguen que con esta chica no hay nada más que suculentos besos y buenos fajes, lo que me gusta de Alondra es que sabe para que la quiero no pide más y tampoco nada a cambio. Ella una vez me lo dijo: "prefiero reprobar si así puedo verlo más seguido"

No hay sentimientos sólo es un buen distractor cuando no quiero ver a Anel.

Conduzco a casa, lo único bueno de llegar a ese lugar es ver a mi pequeño. Él no tiene culpa alguna de las estupideces de su padre, ni de las ingenuidades de Raquel. Sólo una mujer sin amor propio se ataria a alguien que sabe que nunca la vería como mujer al menos de estar lo suficientemente ebrio, que de ataria a un hombre que nunca la amaría a ella ni a ninguna otra.

-Cayden, cariño.- se acerca muy sonriente Raquel intentando darme un besó ¿ven lo que digo? La esquivó.- Dame tu saco querido, ¿A que no sabes quien ha venido a vernos?- la miro de reojo, intenta sonreír forzando sus carnosos labios, esta tensa.

-¡Cay!- grita alguien saliendo de la cocina.

-Primo- exclama el otro. Ahora veo porque esta así. Si son los tontos de Marcel e Ian, mi primo y mi mejor amigo.

Secuestro ObsesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora