2. Lo Odio

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Alejandra Pliego.

Me gustaría lanzar el grito al cielo, golpear a alguien o tan siquiera a mi almohada. Es que ese hombre es tan agghh. Sólo era una maldita décima, una. Pero no, según él mi trabajo estaba reflejado en esa calificación. Obvio no, digo mi trabajo no estaba nada mal fue uno de los mejores y en el examen tampoco me fue mal ¿pero que había pasado? Que él maldito tráfico en la Ciudad de México había sido peor que otros días. Habían cerrado la avenida, los peceros no pasaron ni hicieron filas en la gasolinera. ¡Nada! Y para mi buena suerte aquel día la primera clase que tenía era HISTORIA, Dios ¿Porque? Ya llevaba más de medio año con ese estúpido profesor, que ni siquiera de indigna a verme. Digo se que estoy fea pero es por educación. Su manera tan frívola e indiferente con "todos", lo digo entre comillas porque al parecer se lleva estupendamente con las huecas.

-Por favor profesor- pedía mientras lo seguía. Necesitaba que respetará mi calificación.

-Lo siento ¿señorita?- ¿¡Era encerio!? Medio año y aun no se aprendía mi nombre.

-Pliego, señor- intente sonar lo más amable y educada, conteniendo mis ganas por golpearlo.

-Eso- dijo sin prestarme atención o tan siquiera dignarse a pararse- mire Señorita Pliego, yo Di una indicación. Si ustedes llegaban tarde al examen, la mayor calificación que tendrían sería 5 y eso sí ustedes sacaban todas correctas, usted no sacó las 10 correctas sino 8. Así que por favor deje de seguirme que tengo mejores cosas que hacer.- y se metió a su despacho.

Aggghhh.... maldita sea! Hijo de su...... Lo odio, lo detesto, ojala que llegue un rayo y que lo parta.

Camine furiosa de vuelta al salón y me tiré en mi banca.

-¿Qué paso?- pregunto muy al pendiente Brenda.

-El muy maldito se nego- gruñi - te juro que lo odio.

Ella río y negó.- No creo que lo odies ¿Quien podría odiarla? Si el es tan sexi, con esos ojos de ensueño, sus tatuajes en aquellos bien fornidos brazos.- decía mientras se mordia los labios.

Rodé los ojos- Si, y también es un grosero y negligente. Cada vez que da su clase ignora a casi todos a excepción de cuando hay una duda. Se cree la gran caca. No entiendo, que es lo que le ven.
-¿Estas de broma?- río mi amiga. Yo la mire de manera sería por lo que se calló. En ese momento llegó el siguiente profesor. Solté un suspiro, sin duda alguna mi madre me mataría. 6, por Dios! 6 en Historia. Jamás había sacado eso y ahora todo era gracias a ese imbécil. Era cierto, no entendían que le veían. Cayden Dunkel sólo era un idiota total. Bueno, debía admitir que sus clases eran de verdad interesantes y que él era atractivo, tenía ojos bonitos pero no me atrevía ni siquiera cruzar mirada con él; eran un tanto intimidantes, carecian de emocion alguna. Todas se morían por ser el centro de atención del profesor, yo sólo intentaba pasar lo más desapercibida por él o eso era hasta que el muy maldito me puso una calificación baja. ¿Saben? Si me la mereciera lo terminaría aceptando pero no me lo merezco, estuve noches en vela sólo por sus estúpidas tareas, estudie muy duro para el examen para que al final todo el esfuerzo valiera shet.

-Señorita del fondo ¿podría poner atención?- escuche que alguien me llamaba la atención- tal vez para usted no sea importante esta clase pero créame que para sus demás compañeros, lo es.- ¿A que hora había llegado este tipo?Tranquila Ale, ignoralo- ¿Acaso es usted es sorda?- ¿¡Qué le dan!?

-Lo lamento, profesor. No volverá a pasar- respondí intentando con todo mi autocontrol no ir y romperle la cara. Aunque, sí lo sé, yo también lo veo imposible. Es enorme y se ve que hace mucho ejercicio.

-Que no se vuelva a repetir- decreta de manera fría.- Y luego exigen una calificación la cual no merecen- se burla. No ahora sí, yo lo mató.

Pasaron la clase, estaba por completo furiosa. La historia era una materia que en verdad me gustaba, pero el sólo pensar que ese imbécil me daría la materia me hacía querer no entrar.

Secuestro ObsesivoWhere stories live. Discover now