32. ¿Va a matarme?

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ALEJANDRA

Alaska. Alaska. Alaska. Alaska.

Ese nombre.

Por más que quiero, no puedo dejar de pensar en ello, sin contar que las palabras de la madre de Cayden me están matando de alguna manera, sin importar que haga, siguen ahí, tan presentes:

«Alaska fue asesinada.»

¿Cayden, lo hizo?

¿Él va a matarme también?

No, imposible. Él no haría eso, ¿o sí? Digo, siempre se la pasa diciendo idioteces, como que me ama, por algo estoy aquí, pero, ¿y sí también se lo dijo a ella?

¿Sí su obsesión lo ciega? ¿Podría intentarlo...? ¿Tendría que intentar escapar?

«Matará a mamá, y a nuestros hermanos.» me dice esa vocecita dentro de mi cabeza.

¡Si no lo hago yo voy a morir!

«Piensa, ¿cuántas veces intentaste escapar? Ahora, mírate, dónde estás.»

¡Mierda! ¡Estúpido Dunkel!

¿Alguna vez te has asfixiado tanto que te cuesta respirar? No importa lo que hagas, cada exhalación que tus pulmones emiten se vuelve en un dolor insoportable que a penas puedes soportar, y no porque quieras, sino, por qué no te queda otra opción. He llegado a un punto dónde ya no solo lo vivo, sino también lo veo expectante, como si fuera una mala película cliché de muy bajo presupuesto, tan malo que se olvida del romance y lo remplaza por la locura misma, pero, ¿qué voy a saber de eso? Nunca he tenido nada lindo en mi vida, con Aldo sí me pongo analizar un poco las cosas no era más que plena obsesión, ya saben, aquello a lo que te aferras para huir de la mierda que sabes que tienes como vida, y aún así, sigue siendo realidad.

¿Donde está el puñetero final feliz que las novelas, los cuentos y la misma literatura me prometieron?

Siempre romantizando por aquí y por allá, un poco de misoginia, un terroncito de machismo, una gran ración de estereotipos y veinte toneladas de estupidez mezclado con sueños e imaginación de la propia cosecha.

La realidad, es que todo es mentira. Disney y todos esos canales telenovelos, nos mintieron. Así como las frases motivacionales. De esas que dicen que después de la tormenta viene un arcoiris, pero si hubo uno yo jamás lo ví. Tal vez, las nubes grises eran lo suficientemente sólidas como para cubrirlo, o, yo estoy más ciega de lo que creía.

Genial, ahora ya ni siquiera sé de qué hablo. ¡Enloquecí!

Ojalá esa locura me ayudará escapar de la despreciable realidad. Por qué... Yo siempre dije que jamás me dejaría de nadie, qué si alguien intentaba hacerme algo nunca se lo permitiría, que gritaría y arañaria el rostro de algún cabrón que quisiese lastimarme, ¿y bien? Soy un fiasco, si una cosa aprendí, es que es muy fácil decir y hablar, pero es muy distintos actuar. Porque, cuando te encuentras en esa situación, simplemente, te quedas a la deriva, pensando en la perfecta solución después de que actuaste y la cagaste. Me pregunto, si soy la única broma en el mundo o hay más igual a mí.

Sé que algunas personas en mi lugar, habrían pensado enamorar a su demente y sexy secuestrador hijo de puta que se cree el puto amo del universo y de tu vida, después de mucho, yo también llegué a esa conclusión, sin embargo, en un principio apenas estás procesando toda la mierda habida y por haber, sientes asco y te compadeces a ti misma —cosa que creo que yo sigo haciendo —, ¿en qué momento podrías demostrar enamoramiento cuando lo único que sientes es la bilis subir por tu garganta cada vez que lo ves?

Secuestro ObsesivoWhere stories live. Discover now