22

56 12 14
                                    

Jonghyun

Un día más pasa en el que vengo a visitar después de mi trabajo a Taemin, viendo que aún se encuentra en el mismo estado sin mejoría alguna. Casi ha pasado además una semana desde que le indujeron al coma en el que se encuentra.

Mi odio hacia Song se hace cada vez más intenso, sobretodo porque ahora además de sus clases también da las de mi novio, perjudicándole lo máximo posible en ellas, sorprendiéndome incluso porque el resto, principalmente Baek, me apoya y ninguno le hacemos las cosas fáciles ni en gimnasia, ni en la otra clase ni en los descansos siquiera.

El plan de que sea despedido cada vez se está convirtiendo en algo posible desde el momento en que le vimos siendo llamado a dirección, volviendo a clase con el ceño fruncido y cara de perro, con perdón a todos los perros del mundo por compararles con semejante idiota.

Todo eso lo he compartido con Taemin, quien no reacciona obviamente pero según el doctor podría ser posible que escuche cuando le hable.

Asique por ello he decidido compartir eso con él acariciando en todo momento su mano entre las mías, viendo como el monitor que controla su corazón se mantiene estable, manteniendo aún la esperanza de que en algún momento abra los ojos y me mire con esa preciosa sonrisa suya en su ahora pálido rostro.

— Echo tanto de menos tus vete a estudiar, no podemos excedernos, tu madre se enfadará porque estás mucho tiempo conmigo.. hasta cuando separas tus labios profundamente envuelto en un sueño bien merecido después de tener que soportarnos tanto —paso mi mano entre los mechones de pelo que caen en su frente —no veo el día aún pero se que despertaras y seguirás gritándome para que sea un alumno responsable. No he olvidado tu voz gruñendome que lo sepas Lee Taemin. Todos te echan de menos en realidad.. eres el mejor profesor de todo el instituto y ahora mismo.. solo falta que hagamos una estatua en tu honor para que sepan quien manda ahí. Creo que lo plantearé o la construiré por mi mismo. ¿Cuándo piensas abrir tus preciosos ojos?

Siento arder tanto los míos viendo ninguna reacción por su parte que el miedo aumenta rápidamente en mi interior. Su mano entre las mías se siente cálida solo por el calor que yo le transmito pero es tan doloroso..

La sensación de que presiona su mano envuelta con las mías, sus parpados moverse.. todo parece una imaginación proyectada por el dolor que crece en mi con cada día que pasa en coma.

Sus uñas, cada vez más largas, clavándose en mis manos me hacen atender a eso, apartando una de mis manos, viendo como mueve sus dedos.

— ¿Te estás despertando? —vuelvo a mirar su mano, que nuevamente se mueve —llamaré a un doctor.

Presiono el botón que me permite comunicarme con el medico que le atiende, llegando el hombre escasos minutos después.

— Ha movido su mano —señalo la que aún sigue sobre la mia —¿eso quiere decir que se está despertando?

El hombre revisa a mi novio, mirando sus pupilas, sus latidos, todo absolutamente antes de prestar atención a esos breves movimientos de la mano de mi novio, quien ya no vuelve a reaccionar así.

— Han podido ser reflejos —miro al doctor —una persona en coma suele tener movimientos de partes de su cuerpo llamadas reflejos. Suelen surgir cuando sabe que le están hablando o simplemente su cuerpo quiere expresarse de alguna forma para que sepamos que sigue luchando. Ten paciencia que pronto volverá a ser el de antes.

Asiento aceptando el consejo, más porque no me queda otra, volviendo a tomar sus manos entre las mías, apoyando mi frente en el colchón donde permanecerá aún durante bastante tiempo, durmiéndome en esa misma postura, despertándome unicamente cuando, no se cuanto tiempo después, siento movimiento cerca mio, levantándome rápidamente dispuesto a enfrentarme a la persona que se atreve a aparecer aquí, a sabiendas que no se trata de ningún sanitario.

— Mocoso Kim —frunzo el ceño, viendo a Kyungil frente a mi —¡largate ahora mismo!

— El único que se tiene que ir de aquí es usted señor Song —presiono rápidamente el botón —lárguese antes de que le deje la cara como un cuadro.

— ¿Me estás amenazando niñato? —el picor en mi mejilla se hace presente, recibiendo una bofetada por su parte —¡largo!

— ¿Qué ocurre aquí? —miro al doctor, acercando a mi novio —¿usted quien es? Fuera de aquí.

— Yo soy compañero del paciente y este mocoso no pinta nada aquí. Solo es un alumno.

— Hasta donde yo se el paciente y el chico están en una relación y como yo soy el medico a cargo de este paciente el que se larga es usted —sonrío por haber logrado la victoria aunque me duela la mejilla —¿no me ha oído? Si no se larga llamaré a seguridad y aquí no vuelve ni en calidad de paciente.

Kyungil me mira con furia evidente, se resigna a irse y el doctor toma de su autoría para sacarlo de aquí, quedándome al fin a solas con Taemin, a quien le tomo la mano entre las mías, sintiendo su pálida piel fría, viendo la paz en su rostro, preocupándome por un momento, intentando relajarme cuando el doctor viene, dejando caer nuevas lágrimas cuando el monitor que controla su corazón empieza a pitar, siendo yo también expulsado de la habitación a pesar de poner toda la resistencia posible.

Caigo al suelo, abrazándome a mis piernas, sintiéndome impotente por no poder hacer lo que sea para que Taemin viva, ocultando mi rostro en mis piernas, deseando con todas mis fuerzas que salga de esta pase lo que pase, cueste lo que cueste.

¡Oh profesor, Mi profesor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora