5

85 12 0
                                    

Taemin

En mi vida, y no solo como profesor, creo que jamás escuché a nadie gritar tanto. El señor Lee grita tanto, con tanta fuerza, que tanto los dos profesores que me acompañan como yo creemos que en algún momento perderá la voz y tendremos que sustituirle.

Los dos alumnos sentados en la silla frente al escritorio recibiendo cada uno de los gritos, Jonghyun y otro alumno que no vi antes porque no esta en ningún grupo que yo haya podido dar clase se mantienen cabizbajos en todo momento, soportando la reprimenda por haberse peleado en mitad del pasillo.

El alumno del cual no se el nombre hasta ahora se marcha, saliendo acompañado de mis dos compañeros que se mantuvieron como yo en silencio, quedando solo Jonghyun, quien levanta la cabeza de pronto, sorprendiéndome cuando le escucho dirigirse al director con un temblor en su voz que me asusta, me preocupa.

— Se merecía el golpe que le di señor director. No puede obligarme a disculparme —miro directamente la expresión del director —no después de lo que ese idiota dijo sobre el profesor Lee. Quizá el señor Lee, digo el profesor Lee no es perfecto, no es un profesor con una alegría absoluta pero no se merece ni morir ni ser despedido.

— ¿Le ha deseado la muerte? —el asentir de Jonghyun me hace sentir una punzada en mi pecho —váyase a su clase Kim pero no vuelva a repetirse.

— Si señor.. —se pone en pie, avanzando hasta quedar frente a mi —¿está bien profesor?

Asiento manteniéndome firme, aguantando mis ojos sobre los suyos hasta que se va, cerrando la puerta tras él.

— Siéntese señor Lee —me siento, cuando salgo de mi pequeño trance —acabemos la conversación y se va a preparar sus clases.

— ¿No me despide? —debería sonreír pero me contengo.

— ¿Bromea? Como bien le dije hablé con los otros profesores y si le despedimos su clase pasara a ser un caos. Sus alumnos si solo con un posible despido hacen una batalla no quiero pensar lo que pasaría con los padres cuando pase a ser una guerra. Lárguese ya venga. Y hable después con el alumno Kim para que no vuelva a repetirse. No quiero tener que expulsar a ese alumno.

— Si señor —hago una reverencia y salgo del despacho.

Las clases ya hace unos minutos que han empezado asique no me encuentro con ningún alumno de camino a la sala de profesores. Me siento en mi silla de siempre, dejando mis cosas sobre mi escritorio y tomo mi botella de agua, dándole un trago, dejándola cerrada cuando escucho que llaman a la puerta.

— Adelante.

La puerta se abre de nuevo, entrando por ella quien menos esperaba ver ahora, más que nada porque debería estar en clase y no deambulando por ahí.

— La profesora me ha enviado a usted por ir tarde a su clase —me da la hoja de expulsión de aula —no se cree que estaba en dirección y la clase acabara en algo más de media hora.

— En media hora se puede aprender mucho Jonghyun —acerco una silla —siéntate. Tenemos que hablar de tu comportamiento de antes.

— Le defendí de ese idiota cuando le deseo la muerte —se sienta —nadie se merece esa clase de deseos profesor.

— Jonghyun —cruzo mis manos sobre la mesa, mirándole fijamente —en mi vida, tanto de joven como ahora me he encontrado con muchas personas asi. Si ese alumno quiere decir esas cosas que las diga. No porque desee mi muerte voy a morir ¿de acuerdo?

— Pero está mal —veo sus manos apretarse tanto que sus nudillos acaban blancos —no se merece esos deseos profesor.

— Si tienes deberes que hacer hazlos o te envío a la clase de detención —aparto mi maletín para que tenga sitio —y en silencio.

— No tengo. Los hice en casa —frunce el ceño —soy responsable profesor. Nunca le he dado ningún problema en clase y nunca me ha puesto un negativo por no hacer mis deberes a tiempo.

Asiento porque tiene toda la razón en ello.

— Entonces haz lo que quieras pero nada de ruidos. Tengo que preparar mi clase —tomo unos de mis bolígrafos, escribiendo en mi cuaderno habitual.

No me fijo en ningún momento en lo que el alumno a mi lado hace, centrándome en cada punto que hoy quiero dar en mi clase, al igual que en la de los próximos días, cerrándolo minutos después, frotando mis manos con cuidado sobre mis ojos apoyándome en el respaldo de mi silla sin abrirlos.

— Le traigo algo si quiere profesor —niego con la cabeza —también puede dormir. Yo no me moveré de aquí.

— Tienes clase después y no vas a saltártela.

— No me la salto porque es con la misma profesora que me ha expulsado por llegar unos minutos tarde.

Separo mis parpados sin moverme, mirándole fijamente cuando mi campo de visión no esta formado por una linea borrosa y me incorporo, acercando mi silla a la suya.

— Te llevaré yo mismo para que entres. No vas a saltártela ¿me escuchas? La siguiente a esa es conmigo y no vas a quedarte aquí hasta entonces.

— No sea asi profesor —sonríe de forma infantil —le gusta mi compañía.

— Kim Jonghyun —frunzo el ceño —vale ya. Eres mi alumno y yo tu profesor asique ten respeto.

— Si, profesor —vuelve a centrarse en su móvil.

Los minutos que quedan hasta que suena el timbre de aviso de cambio de clases me lo paso observándole cuando ríe por lo que sea que ve y hace en su móvil. Sus ojos en ningún momento se despegan de la pantalla, viendo como de vez en cuando se los frota.

Alargo la mano, quitándoselo, bloqueándolo, dejándolo sobre la mesa, ganándome una mirada confusa por su parte.

— Descansa un poco —me sorprende cuando me hace caso —¿por qué hiciste eso ayer?

— ¿Ir a su casa? —asiento —ya se lo dije. Y me echo de malas maneras.

— No te eche de malas maneras —el timbre suena en el pasillo —era tarde y un chico de diecisiete años debe estar en su casa no en la de un profesor.

— Pudo haber sido porque me daba tutoría de su clase. Muchos alumnos lo hacen —se sienta más cerca, al punto que su rodilla roza la mia —¿está nervioso?

Levanto rápidamente la vista de nuestras piernas, de la conexión en nuestras rodillas, mirándole a él fijamente.

— No digas tonterías y vete a clase ya —me pongo en pie —vamos.

Me dirijo a la puerta, alargando la mano hacia la manilla para abrirla. La abro unos centímetros cuando vuelve a ser cerrada, viendo la mano de Jonghyun, de mi alumno, a escasos centímetros de mi cara manteniéndose sobre la puerta haciendo fuerza, girándome con la otra mano que deja en mi cintura sin permiso alguno, sin importarle si quiera que soy su profesor y el un alumno más.

Mi cuerpo se carga de tensión cuando rompe los pocos centímetros que separan nuestros cuerpos, mi corazón se acelera cuando, emitiendo un gruñido que se queda en mi garganta, sus labios rozan los míos sin brusquedad, con suavidad, siendo de un roce de sus labios con los míos a una lengua colándose en mi boca, sintiéndome mareado por la falta de aire en mis pulmones cuando intensifica el beso, sintiendo la presión de sus dedos en la piel de mi cintura.

Salgo de mi trance lo suficiente para apartarle, rompiendo la unión que no debió de existir, abriendo la puerta con fuerza, ignorando el gruñido que suelta por ser golpeada su mano, la que retenía la puerta cerrada.

— Vete a clase ahora mismo —intento mantener la calma —no me hagas ponerte yo mismo una advertencia Kim Jonghyun. Dale esto a tu profesora.

Escribo una nota rápida para que le deje pasar, se la doy y le dejo ir, cerrando de un portazo que agradezco nadie escuche porque todos están en sus clases. Vuelvo a mi sitio, intentando calmar el rápido bombeo de mi corazón, bebiendo agua hasta que logro calmarme cuando ya empezaba a sentir pinchazos en esa zona en concreto.

¡Oh profesor, Mi profesor!Where stories live. Discover now