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Jonghyun

Despertar sin estar empapado por el sudor causado por la fiebre y entre los brazos del señor Lee es algo que parece más un sueño que una realidad.

Aparto despacio las mantas que me cubren hasta casi el cuello, acercándome más a su cuerpo aún entre sus brazos, eliminando toda la distancia que había entre los dos, observando su calmado rostro mientras duerme, atreviéndome a rozar sus labios con los míos, sintiéndolos algo frio, notando cuerpo a cuerpo su corazón latiendo algo más rápido de lo normal, preocupándome porque si se ha quedado aquí seguramente no haya tomado siquiera su pastilla diaria.

— Profesor —le muevo con cuidado, escuchado sus protestas —despierte por favor. Quiero preguntarle algo.

— ¿El que? —separa lo justo sus parpados.

— Se ha quedado toda la noche.. y no ha tomado su pastilla del corazón ¿no?

El brusco tirón contra mi cuerpo cuando se levanta, separando nuestros cuerpo, me hace tensarme más de lo que el profesor está.

— ¿Ocurre algo si se la toma por la mañana y no en la noche por una vez?

— Ocurre mucho si no me la tomo —sale de mi habitación rápidamente.

Escucho un portazo y la voz de mi hermana, quien entra en mi habitación con la confusión reflejada en su cara.

— No preguntes —salgo de la cama despacio —yo tampoco lo entiendo bien. Vamos a desayunar. Estoy hambriento.

Taemin

Vuelvo a casa lo más rápido posible, hablando por el camino con mi medico, respirando poco a poco más tranquilo gracias a sus palabras aunque aún estoy temiendo las consecuencias por no tomarme esa pastilla y saltarme la cena.

— No es correcto olvidarte una de las pastillas pero no te sucederá nada si te tratas a diario. Mantente con calma todo el día y esta noche toma la correspondiente al día de hoy. Si notas síntomas ven a mi consulta pero no te sucederá nada ¿de acuerdo?

— ¿Seguro? ¿Puedo ir a trabajar normal doctor?

— Si pero recuerda no tener situaciones que alteren a tu corazón hasta que tomes tu medicación esta noche.

Le agradezco y finalizo la llamada, entrando en mi casa más calmado, yendo a la ducha directamente donde consigo calmar toda la tensión acumulada en los últimos veinte minutos, saliendo, vistiéndome con ropa para iniciar un día nuevo de trabajo en el instituto, desayunando aunque casi ande con el tiempo justo para comer algo y llegar al centro, acelerando cuando subo a mi coche, aparcando en mi plaza habitual, entrando directamente en el aula con siete minutos de retraso, pidiendo que todos se sienten aunque no es necesario, porque cada uno está en su lugar, incluyendo sorprendentemente Jonghyun.

Inicio la clase como de costumbre, agradeciendo la atención y la tranquilidad de todos, hasta que suena el timbre de fin de clases dos horas después.

— Chicos esperar un momento —me levanto de mi silla —la semana que viene os haré una prueba. No es un examen pero si os pondré nota solo para valorar muestras capacidades. No os pongáis nerviosos ¿de acuerdo? No pasa nada si la nota no es positiva porque no os influirá a la hora de graduaros. Portaros bien en el resto de clases.

Dicho eso recojo mis cosas y salgo de la clase, dejando atrás los murmullos que se han formado después de mi aviso sobre esa prueba. Hoy ya no tengo más clases, aunque si dos guardias después del almuerzo asique podre relajarme en el aula de profesores. Pero aún en lugar de ir allí me dirijo a los servicios de profesores, entrando, cerrando la puerta a mi espalda, acercándome al lavabo donde me echo un poco de agua en la cara, agradeciendo el fresco sobre mi piel que me alivia.

— Profesor —me giro rápidamente, encontrándome con Jonghyun cerrando la puerta con seguro —¿se encuentra bien?

— Perfectamente —me seco la cara con un poco de papel —deberías estar en clase.

— He salido para ir al baño solo.

— Usalo entonces aunque tenéis los vuestros.

— Ya lo se profesor —su acercamiento crea nervios que se forma en mi interior —no se ponga nervioso profesor. Solo quiero estar un rato a solas con usted y besarle.

— Podría entrar otro profesor Jonghyun —retrocedo, entrando en uno de los cubículos casi sin darme cuenta —largate a clase por favor.

Cierra la puerta a su espalda, poniéndome repentinamente más nervioso, y más aún cuando sus labios se acoplan a los míos, cerrando los ojos, dejándome llevar aunque debería apartarle e irme, abrazándome a su cuello, sintiendo como sus manos me separan del suelo, abrazándome a su cintura con mis piernas.

— Le gusto —me muerdo el labio, sintiendo sus labios en mi cuello —me encantaría dejarle miles de marcas en su cuello.

Niego rápidamente, deteniéndole cuando esta a punto de hacerlo, besando sus labios, suaves, sintiendo su lengua uniéndose a la mia cuando separo un poco mis labios. Sus manos se aferran bien a mis caderas, sintiendo una deslizarse por mi pantalón, gimiendo, arqueando un poco mi espalda cuando roza esa zona con dos dedos, deslizando uno casi por completo, apretando mejor mis piernas en sus caderas.

Los movimientos de su dedo en mi interior me están volviendo loco, más cuando introduce uno segundo después de soltar mi pantalón y bajarlo sin dificultad, sintiendo como mi pantalón se ciñe cuando mi erección ya no puede ser más notoria.

— Quiero hacerlo con usted profesor —abro los ojos, mirando fijamente los suyos —ahora si. Se que me lo va a preguntar. Me da igual saltarme esa clase ahora mismo.

— N..no puedes.. —ahogo un gemido —no puedes saltarte las clases Jonghyun.

— Entonces déjeme ir a su casa y acabar con esto. Esta tarde.

Quiero negar. También asentir y cumplir su deseo y fundirme cuerpo a cuerpo con mi joven alumno. No soy capaz de dar una respuesta con palabras asique lo hago de forma distinta, besando sus labios, dándole a entender que podrá venir a mi casa y seguir con esto, gruñendo cuando sus dedos ya no están en mi interior, mis pies tocando el suelo en lugar de aferrarse tras su trasero.

— Vete a clase —le pido, con un hilo de voz —a las seis y ni una palabra.

— No voy contando mi vida privada por ahí.

Niego con la cabeza cuando me quedo solo, dejándome caer hasta el suelo donde me quedo sentado hasta que mi cuerpo se calma y no hay peligro de ser visto en una forma demasiado indecente, yendo ahora si a la sala de profesores donde me quedo hasta mis dos horas de guardia y al fin puedo volver a casa, observando todo, yendo a mi habitación, cambiando rápidamente las sabanas, aunque se que después también tendré que hacerlo, preparándome algo de comer en la cocina, aún no teniendo casi apetito, esperando que las horas en parte pasen lentas pero por otra que sea rápido y pueda llegar ese momento.

¡Oh profesor, Mi profesor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora