Candidatos

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    El olor de los integrantes en la casa Argent le puso los vellos de punta a Derek.

    Una de las cosas que podía recordar inconscientemente era la terrible sensación de culpa y dolor que le acompañaba desde adolescente cada vez que se encontraba con el olor de Kate. Ella apareció repentinamente en su vida, como si fuera un molesto anuncio publicitario del cual no se pudo deshacer y que, dicho sea de paso, terminó por destruir todo lo que se encontró a su paso.

    Esos días fueron muy obscuros y silenciosos para él. La muerte de Paige fue un enorme detonante para el mutismo y el aislamiento del joven Derek; por lo que muy pocas personas fueron capaces de llegar a hablar con él sin que éste le espantara con su hostilidad. Tan sólo Talía tenía el poder de hablar con Derek; y luego, como ave de mal agüero, llegó la rubia explosiva. Ese fue el momento en donde la chispa se fue preparando para encender la peor de las desgracias.

— ¿Derek? —Stiles apareció detrás de Derek cuando su puño comenzaba a perder color. El alfa espabiló sus pensamientos retrospectivos y enfocó su vista. Estaba entrando en el comedor de la casa, el cual estaba limpiamente prolijo y acomodado, salido de una revista—... Vale, ya regresaste.

    El hombre asintió. No tenía ni la menor idea de cual habría sido el momento exacto donde se había perdido e sus pensamientos; pero con la situación que tenía entre sus manos, sabía que no podía darse el lujo de refugiarse en sus cavilaciones. Por otro lado, Chris Argent seguía manteniendo su postura de hombre tenso y alerta; dejando entrever sin ningún tipo de pudor que no aceptaba a la manada Hale ni por un segundo dentro de sus aposentos.

   Incluso en el comedor, el cual estaba en el centro de la gran casa, el olor de calma y sociedad unificada se estaba deshaciendo poco a poco. La esencia sobrenatural de Allison comenzaba a hacerse espacio entre la cantidad equitativa de olores humanos; lo que dejaba un enorme margen de incertidumbre en la familia, porque entendían que ya su hija, la heredera del imperio Argent, no era humana.

—Allison en estos momentos no está... muy dispuesta a las visitas  —comentó el patriarca Argent cuando todos tomaron asiento en la mesa. Como siempre, Chris en la cabecera, demostrando su autoridad sobre los demás; mientras que los lobos se sentaron a su alrededor a regañadientes, con Derek a la izquierda de Chris, Scott a su derecha, y Stiles a la izquierda de Derek—. Así que, lo que sea que tengan que decirle, háganlo aquí. Ella podrá escucharlos.

    El dolor con el cual había pronunciado la última oración no pasó desapercibido por nadie. Sin embargo, Scott cerró sus manos en puños, totalmente enojado por la nueva sorpresa que le había dado su querido suegro.

— ¿Allison no bajará? —preguntó con un hilo de voz. Estaba haciendo todo lo posible para controlar su furia. Derek lo miró fijamente con el ceño fruncido, alertándolo. Scott no debía ponerse ridículo en estos momentos— Usted dijo...

—Dije que tenían su minuto de atención —Chris recalcó—. Mas no dije que ella participaría en la conversación.

    "Él tiene un punto a su favor" pensó Stiles, no sin cierto atisbo de resentimiento.

    Era cierto, pues, Chris nunca había dicho en ningún momento que Allison iba a bajar a unirse a la conversación; pero era más que obvio el hecho de que ella debía  estar presente en la conversación. Primeramente porque era un miembro de la manada —o por lo menos eso es lo que Scott y los demás pensaban—, y también porque era de mucha importancia que la mayor cantidad de cazadores estuviera presente para la conversación que iban a tener.

    Allison valía por dos en ese entonces.

—Estamos preocupado por ella —argumentó Derek antes de que Scott comenzara a decir disparates—. La batalla que hubo en el bosque dejó varios heridos —comentó con dificultad—, y sabemos que Allison salió afectada... más que un deber de manada, es una preocupación genuina por una amiga... o compañera. —Derek hizo un auge en lo último con la intención pura de referirse a la relación de Scott y Allison de manera formal. Aunque, por los rostros ruborizados de sus betas, supo que esa elección de palabras tal vez fue muy íntima.

Huellas ||Sterek||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora